El Metaverso y otras expresiones de la miseria intelectual del capitalismo

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El Metaverso y otras expresiones de la miseria intelectual del capitalismo

Facebook viene arrastrando en los últimos tiempos una profunda crisis económica y de credibilidad, no solo por los graves problemas de seguridad con su supuesta “información confidencial”, sino por la denuncia de una ex-ejecutiva de la empresa, Frances Haugen, que les acusa de inducir planteamientos ​sectarios y maliciosos, potenciando el racismo y otras discriminaciones, así como la violencia. También Haugen ha denunciado a Instagram, vinculada a Facebook, por generar problemas de salud mental entre la juventud por el tipo de “modelo físico” que promocionan en su plataforma. Pues bien, Zuckerberg, jefe de Facebook, no solo no ha asumido esas cuestiones y puesto medios para corregirlas, sino que en una “escapada hacia adelante” ha informado de que su empresa, que ahora pasa a llamarse Meta (cuyo significado es “Más Allá”), lanzará un proyecto de mundo virtual denominado “Metaverso” (esto es, “Más Allá del Universo”).

El magnate, uno de los exponentes más importantes del capitalismo globalista/imperialista, ha anunciado “su buena nueva”, que ni es nueva ni desde luego buena. Sus orígenes conceptuales se remontan a la novela de Neal Stephenson que publicó en 1992, Snow Crash. Esta propuesta, el Metaverso, consiste en poner a disposición del público (del que pueda pagarlo) un mundo virtual a la carta, en el que según parece se podrá interactuar con fluidez, por supuesto en el marco de la realidad virtual, es decir, de la no-realidad.

Ya no habrá problemas con la Castilla vaciada; llenamos los pueblos y villas de gente y actividades virtuales y asunto resuelto. Ya no habrá problemas con los consultorios cerrados o semicerrados; pondremos a funcionar a tope los centros sanitarios virtuales. Si hay desabastecimiento no pasa nada; el Metaverso nos permitirá comprar en establecimientos virtuales perfectamente surtidos.

El ascenso del fascismo como proyecto político, junto al ascenso del guerrerismo como acompañamiento necesario a ese planteamiento político, vino precedido de una intensa campaña ideológica-filosófica de ataque al racionalismo en general, muy especialmente en Alemania, donde la filosofía de base racional estaba muy asentada y desarrollada.

La metodología científica para ampliar el campo de los conocimientos confronta desde siempre con el formato mágico del conocimiento. Son ejemplos históricos bien conocidos las revolucionarias aportaciones a la astronomía de Nicolás Copérnico y Galileo Galilei durante los siglos XVI y XVII, al defender y demostrar la existencia de un modelo heliocéntrico -esto es, la concepción de que la Tierra y los otros planetas giraban alrededor del Sol-, frente a la concepción medieval, que era geocéntrica (la Tierra como centro del Universo). La contribución de ambos al conocimiento de la astronomía chocó con la condena por parte de la Iglesia Católica, en cuanto ese conocimiento, científicamente adquirido, colisionaba con el conocimiento “divinamente institucionalizado”.

La ofensiva brutal del irracionalismo protofascista en la época de la I Guerra Mundial y de la época de entreguerras se dio en el marco de una profunda crisis del sistema capitalista. Esta crisis fue precisamente la condicionante estructural principal de la Gran Guerra, pero también de la enorme crisis de sus modelos políticos, lo cual llevó al impulso de diferentes movimientos revolucionarios en diversos países europeos, y muy especialmente en el Imperio ruso con la Revolución soviética. El atraso económico y político del Imperio ruso, así como su gobernanza totalmente irracional, fueron algunas de las bases para el éxito de la Revolución soviética. Rusia era en aquel entonces, tal como es ahora el Estado español, el eslabón débil del capitalismo occidental.

Los irracionalistas cuestionan el método científico como método para ampliar el campo de los conocimientos y contraponen métodos puramente idealistas, como por ejemplo el de la intuición (no confundir con la inducción o deducción).*

Este ataque se desarrolló inicialmente a través de filósofos que representaban la “Miseria de la Filosofía” con un cierto nivel intelectual. Después, esta misión recayó en personajes de ínfimo bagaje. En el Estado español, ese proceso estuvo inicialmente en manos de Ortega y Gasset, único representante de cierta capacidad de esa tendencia, además de Eugenio D’Ors en Cataluña.

La línea de acción para crear y reproducir la alienación entre la gente es esencial para el capitalismo en cualquier circunstancia, pero aumenta en importancia hasta hacerse esencial en épocas de crisis profunda como la que vivimos. La batalla ideológica y cultural, se convierte en una de las prioridades del Sistema. El embrutecimiento intelectual y moral de la gente y el impulso a la irracionalidad son actividades preferenciales para el mantenimiento del Sistema. El Metaverso se sitúa claramente en esa dirección, aunque hay muchas otras iniciativas en el campo del impulso a la irracionalidad, como el apoyo unánime dentro del capitalismo imperialista a la llamada autodeterminación de sexo, cuyo impulso principal también procede de EEUU, cuestión que no es casual ni anecdótica.

El capitalismo imperialista está en una profunda crisis, de la que no puede salir por métodos ordinarios. Para avanzar necesitan emplear “métodos extraordinarios”, entre los que está la guerra y la reordenación social, que tiene como una de sus bases el intento de embrutecimiento de las clases populares. Además de seguir utilizando las herramientas tradicionales (por ejemplo, las drogas duras con capacidad de generar una dependencia absoluta, como la heroína y sustancias afines), ponen en circulación nuevas herramientas, como el Metaverso.

Izquierda Castellana, a 3 de noviembre de 2021

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