
Desde que la pasada semana Estados Unidos realizara un despliegue militar en el sur del Caribe, apuntando hacia Venezuela, con la mentira institucionalizada de ser ese territorio epicentro del narcotráfico regional, muchos han dado por sentado que el ataque será inminente. Otros sacan cuentas sobre el alcance de los misiles que podrían lanzarse hacia Caracas.
Cuba, por su parte, expresa «solidaridad y apoyo» frente a esa narrativa «para destruir a la Revolución Bolivariana y Chavista», como dijera el miembro del Buró Político del Partido y canciller, Bruno Rodríguez Parrilla, tras recibir al embajador venezolano, Orlando Maneiro Gaspar.
Sería absurdo negar la capacidad de esas fuerzas bélicas. No obstante, Washington sabe que, para lograr una victoria militar, debe tener en cuenta que se enfrentará a buen arsenal y a un pueblo dispuesto a repeler los ataques externos.
Así lo demostró el pasado fin de semana en dos jornadas de la campaña Yo me alisto. Se trata de un proceso voluntario, para reforzar la defensa ante esta agresión.
A las plazas Bolívar el pueblo acudió a alistarse en las filas de la Milicia Nacional Bolivariana (mnb), pues, para los venezolanos, la salvaguarda de la soberanía es una tarea colectiva. Recordemos la unión cívico-militar por la que tanto abogó Chávez.
Este rediseño en la estrategia de defensa comprende las movilizaciones populares a nivel comunal, de manera que cada ciudadano puede combatir los ataques externos desde la base. Así, el alistamiento está organizado por la mnb, en conjunto con estructuras partidistas y de los gobiernos estaduales y municipales. Para este viernes y sábado se prevén otras dos jornadas en las que se habilitarán más de mil puntos para el registro.
Además, de enero a agosto de este año, la Operación Estratégica Escudo Bolivariano mostró resultados opuestos a las acusaciones de la Casa Blanca, y que refuerzan las declaraciones de la onu, en las cuales se señala a Venezuela como territorio libre de cultivos ilícitos. Con 164 unidades de Reacción Rápida se combate hoy el narcotráfico y el paramilitarismo en el territorio nacional, según el Ministerio para la Defensa.
También quedó activada la Zona de Paz No. 1, con un despliegue permanente en la frontera con Colombia, cubierta por 15 000 funcionarios. Asimismo, Maduro anunció que le fue presentado un plan de reforzamiento para echar a andar la zona binacional, y que mantuvo conversaciones con el Ministro de Defensa colombiano para garantizar la seguridad fronteriza.
En medio de ese contexto, no son los buques de guerra y submarinos nucleares los únicos portadores de misiles apuntando hacia la nación sudamericana. Esos, hasta ahora, se han mantenido en calma, porque se conoce que forman parte, sobre todo, de una estrategia de intimidación y demostración de poderío militar; a la que recientemente se han sumado Ecuador, Paraguay, Guyana, Trinidad y Tobago, y Argentina.
A Venezuela la han «bombardeado» desde que la Revolución Bolivariana triunfó. Los misiles de presión sicológica sí que tienen fines de intervención directa: se proponen abrir el camino a las fuerzas militares a través de la inestabilidad interna. Así, la llamada guerra de las drogas no es más que otra herramienta de manipulación para explotar vulnerabilidades en la mente y lograr la anhelada desestabilización.
¿La realidad? La dejó clara la vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez. No hay tráfico ilícito en Venezuela. Los barcos que están saliendo son otros buques muy distintos: los de crudo de la Chevron que, a pesar de las amenazas, sigue operando en ese país.
No les conviene al inquilino del Despacho Oval y a su séquito subestimar la capacidad de respuesta de un pueblo que está en el derecho de defender su soberanía y autodeterminación. Parece que esta vez el tiro no fue de gracia, pues hasta la oposición venezolana ha decidido poner su voluntad en contra de la injerencia extranjera. Solo ha quedado fuera de ese «toque a degüello», lo más reacio de la extrema derecha.
La cuna de El Libertador de Nuestra América no respondería de otra forma. No se puede vivir de espaldas a la historia. Los linajes hablan.
Otros misiles: los de la guerra cognitiva › Mundo › Granma – Órgano oficial del PCC