
En el Duelo a garrotazos, perteneciente a la “serie negra” de Goya -conjuntamente con otras obras, como Las Parcas-, el pintor simboliza de forma impresionante el primitivismo, el sectarismo extremo, hasta el enfrentamiento a vida o muerte. No se sabe cuál es la cuestión de fondo que lleva a los protagonistas a esa actitud, como sí sucede con otros cuadros cargados de simbolismo (como Los fusilamientos del 3 de mayo, donde se representa la resistencia popular antinapoleónica en Madrid), pero eso es lo de menos llegados a tales circunstancias.

Cuando hemos hablado en anteriores editoriales sobre “las falsas trincheras” nos estábamos refiriendo también a esto: dos personas enfrentadas a garrotazos, con los pies enterrados, lo que les impedía abandonar esa batalla aunque quisieran hacerlo, con lo cual la única opción que tenían era matar o morir. Es un simbolismo muy apropiado para expresar lo que ocurre ahora con los dos grandes partidos del Régimen. Ambos están cubiertos de corrupción hasta las orejas, pero se afanan en intentar convencer a la opinión pública de que la corrupción que les afecta a unos es menor o menos importante que la que afecta a los otros. Hasta ahí llegan en su intento de construcción de “falsas trincheras”, pero no, esa no es la lucha del pueblo.
No hay ningún atisbo de que quienes están impregnados de corrupción vayan a rectificar, porque su única pretensión es seguir ejerciendo esa actividad al amparo del Régimen del 78. Este es un marco privilegiado para la corrupción, por eso ha afectado y afecta a todos los partidos que tuvieron un papel significativo en su gestión: PSOE, PP, CIU (antecedente en buena medida de lo que hoy es Junts)… Por supuesto, por no hablar de la propia monarquía, donde se impuso la abdicación de Juan Carlos I en su hijo Felipe VI para intentar salvar lo insalvable.
Solo hay una única trinchera útil para la lucha popular, y es la de la liquidación del Régimen del 78, el de la Segunda Restauración borbónica impuesta por el franquismo y asumida sin rechistar por todas las fuerzas políticas parlamentarias, actuales y pasadas.

El destrozo a garrotazos ha sido sustituido en esta ocasión por la intervención cada vez más beligerante en los medios de comunicación de todo tipo (televisión, radio, prensa y redes sociales), y es un frente inútil y contraproducente que solo sirve para confundir y despistar a las clases trabajadoras. Si en todos los ‘medios’ aparece ese mismo esquema, apoyando a una u otra opción, es porque es lo que realmente les interesa. Pero cada vez hay más sectores sociales que no comulgan con ese simplismo político e intelectual.
Desde Comuner@s, cada vez con mayor convicción, estamos levantando, no sin dificultades, un auténtico frente que nos lleve al avance de las condiciones de vida, también las morales e intelectuales, de las clases trabajadoras; es decir, un frente de lucha por la República, la soberanía de los pueblos, el feminismo y el antiimperialismo, que se ha convertido en una lucha clásicamente antifascista, teniendo muy presentes los intentos de poner en marcho un IV Reich y una III Guerra Mundial a través de la alianza del nazi-sionismo, en la que se incluyen, aunque en el caso del gobierno español lo hagan de una forma vergonzante, el conjunto de la UE y el Reino Unido.
Fiestas de la Karmela en Vallekas
Izquierda Castellana, 22 de julio de 2025.