
Hola a todas y todos,
Hoy estamos aquí, en Villalar, un lugar que no es solo historia: es símbolo. Símbolo de un pueblo que se levantó cuando vio que lo estaban dejando sin futuro. ¿Os acordáis de por qué se levantaron los Comuneros? Porque un rey lejano, Carlos I, mandaba desde fuera y solo venía a Castilla a sacar riquezas, a exprimir el territorio, sin dar nada a cambio. Y cuando el pueblo quiso decidir por sí mismo… ya sabéis lo que pasó: represión, violencia, silencio.
Pues mirad. Hoy pasa igual. Solo que en vez de un rey, tenemos empresas privadas y gobiernos que las apoyan. Y en vez de espadas, tenemos macro-plantas de biogás, macro-granjas, proyectos industriales que vienen a destruir nuestro territorio.
¿Y qué son estas macro-plantas de biogás? Suena muy verde, ¿verdad? Muy ecológico. Pero no os dejéis engañar. Estas plantas se alimentan de toneladas y toneladas de residuos de ganadería industrial, cadáveres, lodos de depuradora… Residuos que fermentan y generan metano. Y ese metano se vende fuera de España , y lo que no se vende se queda: los malos olores, el aire contaminado, el agua sucia, el paisaje roto, los suelos envenenados.
Dicen que es energía limpia. Pero limpia para las cuentas de beneficios de las empresas, no para los pueblos donde se instalan. No crean empleo, no bajan la factura de la luz, no fijan población. Lo único que fijan son problemas. Y lo peor: lo hacen sin contar con nadie. Sin preguntar a los pueblos. Sin estudios públicos y transparentes. Sin planificación real.
Hay más de 100 proyectos de macro-plantas en Castilla y León. Algunos ya aprobados. Otros en trámite. ¿Alguien nos ha preguntado si queremos eso? ¿Dónde está el debate público? ¿Dónde está la democracia?
Hoy venimos aquí, desde todos los rincones de esta tierra: Desde Milagros, desde Fuentelcésped, desde San Esteban de Gormaz, desde Machacón, desde Muñoveros… Y podríamos seguir. Venimos porque nos están atacando pueblo a pueblo. Y solo resistiendo juntos vamos a poder parar esto. Porque esto no es solo una lucha medioambiental. Es una lucha por el derecho a vivir dignamente.
Queremos futuro para nuestros hijos. Queremos que se queden, que regresen, que emprendan. Queremos que nuestros pueblos respiren, no que huelan a cadáver. Queremos que las decisiones sobre el territorio las tome la gente que vive en él. No una empresa a 600 kilómetros. No una consejería encerrada en despachos. Queremos un modelo de vida rural vivo: Ganadería extensiva, agricultura regenerativa, turismo rural, energías limpias de verdad, de autoconsumo… No plantas de biogás gigantes que ni siquiera saben qué hacer con sus residuos.
Y lo decimos claro: NO queremos esto ni en tu pueblo, ni en el mío. Ni ahora, ni dentro de 10 años.
Por eso hemos venido hoy, al corazón de la dignidad castellana. Aquí donde los Comuneros dijeron “basta”. Donde el pueblo reclamó su voz. Porque Villalar no es un día de fiesta. Es un grito que aún retumba. Hoy lo gritamos otra vez:
¡No somos tierra de sacrificio!
¡No somos vertederos!
¡No somos sumisos!
¡Somos pueblos vivos, con memoria, con orgullo y con futuro!
¡Gracias, Villalar! ¡Y adelante, Castilla y León!