
LA GUERRA CONTRA LAS MUJERES
Iniciamos con este editorial una reflexión sobre este asunto, al que seguirán algunos más. Invitamos a que los leáis con el mayor interés y nos trasladéis aquellas cuestiones que os parezca oportuno sobre este tema.
Con este título queremos definir claramente el sujeto de la reflexión, la violencia, la guerra contra las mujeres; no vamos a despistarnos con consideraciones semánticas.
Las mujeres son un sujeto claro definido con suficiente precisión biológica, pero también social y culturalmente. Partimos por tanto de esa definición sin pretender excluir a ninguna otra realidad realmente existente, pero consideramos que la categoría «mujer» es, tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo, una realidad condicionante del devenir social, además con un claro papel determinante, tanto históricamente como en la actualidad. En este sentido queremos afirmar una vez más que la filosofía queer, tan arropada por el imperialismo angloamericano, es una filosofía anti-mujer que objetivamente pretende borrar esa categoría biológica/social que en este editorial reivindicamos con toda energía.
La violencia contra las mujeres es una cuestión global y con larga data en la historia, pero con una expresión cuantitativa diferenciada entre los diversos contextos sociales. Afecta en diferentes niveles a los diferentes espacios sociales, y se diferencian muy particularmente los espacios postrevolucionarios de aquellos en los que el neoliberalismo/neoimperialismo es plenamente hegemónico. Iremos aportando datos concretos sobre esta cuestión en próximos editoriales.
Por supuesto la cuestión de la investigación sobre la realidad de la violencia sobre las mujeres se ha visto muy debilitada en los últimos tiempos en el mundo occidental, lo que en principio hay que achacar también al ascenso de las ideologías condicionadas por la filosofía queer, que a su vez va asociado al intento de la puesta en pie de toda una línea de confusión conceptual, esencialmente en el mundo occidental, que en relación con la ausencia de ese trabajo de investigación con rigor científico ha hecho que no solamente no se haya avanzando en los últimos tiempos en el conocimiento de la violencia sobre las mujeres, sino que se haya involucionado. Es de principal interés impulsar líneas de trabajo en este sentido, además de estudiar, por supuesto, aquello que tenga interés para profundizar en el conocimiento del problema.
Ya hemos introducido en un editorial anterior (El imperialismo nos empuja hacia la guerra global) la idea de la guerra contra las mujeres, que se expresaba entre otras cosas en el aumento de la violencia de una forma dramática, muy especialmente en el Estado español, y, por supuesto, en el mundo capitalista en general. Ello ocurre en paralelo al incremento de la violencia en todas sus expresiones, incluyendo la guerra que el modelo del capitalismo/imperialismo está generando.
Aunque cada vez haya una mayor presencia formal de las mujeres en las instituciones capitalistas/patriarcales en el mundo occidental, ello no significa para nada que su naturaleza haya variado, sino todo lo contrario. Esto es una paradoja que el imperialismo históricamente ha sabido manejar con bastante inteligencia, y no solamente en el caso de las mujeres, sino también en otros sectores sociales oprimidos y explotados, como diversas realidades nacionales o minorías étnicas.
La violencia contra las mujeres es una violencia estructural que evoluciona de forma paralela a la evolución del sistema patriarcal/imperialista que la sustenta, y es por ello que en estos momentos está avanzando de forma especialmente dramática.
