OTAN y guerra, las dos caras de una misma moneda

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OTAN y guerra, las dos caras de una misma moneda

Alrededor de 250 centenares de personas, conscientes e informadas, recorrieron la mañana del domingo el centro de Madrid para expresar su rechazo a la OTAN, a la guerra y a la política del Gobierno español de apoyo entusiasta a ambas. Decimos 250 centenares de personas, es decir, 25.000 -la manifestación ocupaba unos dos kilómetros de longitud, desde la Plaza de Atocha al inicio de Gran Vía- como una forma jocosa de ridiculizar a los medios que, después de realizar una campaña previa de criminalización y confusión sobre esta movilización, en su fase posterior se han dedicado a minimizar la asistencia. Estábamos convencidos/as de que así sería, y no nos hemos equivocado. Curiosamente ABC es, quizás, el medio que da una información más veraz sobre el tema, cosas veredes.

La asistencia a la manifestación del domingo 26 no decepcionó a los/as organizadores/as. Todo lo contrario. Nuestras previsiones eran una asistencia de unas 5.000 personas, y esta fue finalmente unas cinco veces superior. Ello, a pesar de la campaña de confusión, de criminalización y de manipulación orquestada por todos los medios, incluido Público, que los días anteriores informaba en su portada que Delegación del Gobierno había prohibido las manifestaciones contra la Cumbre de la OTAN, así, sin matices. Cualquier periodista/medio con una mínima dignidad profesional y respeto por la verdad hubiera construido un titular del tipo: “Autorizada la manifestación del domingo 26 y prohibidas las comunicadas para el 29 y 30”. Pero eso hubiera sido una oportunidad perdida de demostrarle al “señorito” la servidumbre debida. No es de extrañar que el periodismo sea la profesión peor valorada por la opinión pública en el Estado español desde hace muchos años.

Los/as organizadores/as, especialmente la Asamblea OTAN No de Madrid, que viene trabajando desde hace muchos meses en la organización de las movilizaciones, considera la asistencia del domingo 26 un rotundo éxito. Y no solo por la asistencia a la manifestación, sino por el proceso de construcción de esta, que sirvió para afrontar y resolver en buena medida diversas cuestiones políticas y organizativas de un movimiento popular que avanza de forma significativa en Madrid. En nuestra declaración del viernes 24 sobre la Cumbre criminal decíamos que lo más importante era que el proceso en marcha sirviese para aprender, para madurar como movimiento popular. Así ha sido, y eso es lo fundamental. Ello nos permite estar en mejores condiciones para afrontar las batallas del otoño contra la guerra y la precarización social, que van asociadas en el mismo pack.

Sin embargo, y no es sorpresa alguna, los del bando de la guerra y la muerte no han aprendido nada, salvo la necesidad de matar más aún. Si la realidad expresa una versión totalmente diferente de la que preveían, no pasa nada: se niega la realidad y el relato se adapta a sus previsiones. Y ya está, a intentar seguir otra temporadita. Lo malo de confundir los deseos con la realidad es que esta finalmente acaba imponiéndose.

Dice la Ministra de Defensa, Margarita Robles, que quienes nos movilizamos contra la guerra y la OTAN estamos en “una clarísima minoría”, porque según ella, y en referencia a los datos de una encuesta del Instituto Elcano (como todo el mundo sabe, reconocidísimo centro de investigación demoscópica de ámbito internacional) y de una encuesta de La Sexta -nos imaginamos que para hacer la ola- alrededor del 80% de la población en el Estado español está a favor de la OTAN y de la guerra.

Hace unos días, el 15 de junio, se publicaban en La Vanguardia los resultados de un estudio realizado por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECSR) cuyos resultados en nada se parecen a los aportados desde el Instituto Elcano y La Sexta:

Obviamente, los datos aportados por el ECSR nos ofrecen mucha mayor credibilidad que los de La Sexta o el Instituto Elcano. En cualquier caso, si la Ministra de Defensa está convencida de que hay una mayoría social a favor de la guerra o la OTAN, le animamos a que convoque una manifestación en Madrid para comprobarlo.

Durante los días de preparación de la Cumbre de la OTAN de Madrid han ocurrido unos hechos absolutamente trágicos y criminales: la matanza de decenas de personas migrantes, aún no se sabe la cifra exacta, que intentaban pasar a Melilla… ¡Pero eso no son crímenes de guerra! El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, salió de inmediato a defender la actitud asesina de la gendarmería marroquí: “Ha sido un asalto violento, bien organizado, bien perpetrado y en este caso, yo creo que bien resuelto por parte de los dos cuerpos de seguridad, tanto de España como de Marruecos”.

https://twitter.com/garcialopezyei1/status/1540626044092354560?s=20&t=QvNSMq5eNWoToQK8jkeE1A

Lo sucedido no es casualidad. Marruecos es un país con el estatus de “socio estratégico clave” de la OTAN y juega un papel cada vez más protagónico en esta. El caso del Sáhara es un ejemplo de ello, pero hay otros muchos; el “Gobierno de Progreso” está encantado de participar en esas celebraciones de sangre y muerte, todo bajo el designio y para mayor gloria del imperialismo yanqui. Pero esto no son más que los entremeses del futuro que están preparando.

Estamos ante el impulso a un proceso de guerra global, guerra que solo el capitalismo necesita para salir de su crisis y que supondrá muerte y precarización brutal para las clases populares. Esto no es un videojuego, es la realidad-real, que se agravará si no la frenamos con el movimiento popular en la calle. La gran movilización del domingo 26 es un punto de partida que nos tiene que dar esperanzas y seguridad en que ese proceso de confrontación exitosa con los planes del imperialismo es factible. A ello vamos a entregar lo mejor de nuestras capacidades y energías.

Izquierda Castellana, 27 de junio de 2022

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