¿Caminando hacia la III Guerra Mundial?

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¿Caminando hacia la III Guerra Mundial?

El Gobierno español, y en general el bloque dominante español, está haciendo gala de una absoluta falta de inteligencia, entendida esta en su sentido general y de forma sintética como la capacidad para comprender la realidad y actuar sobre ella. Además, está demostrando también un tremendo desconocimiento de la historia, incluyendo la más reciente (la del siglo pasado, en el que se produjeron las dos guerras mundiales y, entre ambas, el ascenso del nazi-fascismo). Estas deficiencias afectan también en buena medida a la gobernanza del mundo capitalista occidental en su generalidad.

El 23 de mayo de 1939, ante un selecto grupo de generales de élite alemanes, Hitler anuncia la invasión de Polonia y, por tanto, el inicio de la IIª Guerra Mundial, que estaba convencido que sucedería una vez comenzada esa invasión. Durante su discurso los interpelaba en los siguientes términos:

Los problemas económicos de Alemania, dijo para comenzar, no pueden ser resueltos más que por el aumento de nuestro Lebensraum [espacio vital] en Europa, “lo que es imposible sin invadir otros países y sin atacar las posesiones de otros pueblos”.

Auge y caída del III Reich, William L. Shirer, p. 275.

Esta cita está obtenida de la única acta realizada sobre esa reunión, tomada por el Jefe de Estado Mayor del Führer, Rudolf Schmundtde un documento que fue aprehendido por los aliados al finalizar la guerra en los archivos del III Reich.

Nos preguntamos qué tienen que ver las razones que el mismo Hitler aduce para iniciar la invasión de Polonia y la IIª Guerra Mundial con las razones que el presidente ruso manifiesta para iniciar su operación militar en Ucrania.

Rusia tiene territorios más que sobrados, siendo el país más extenso del mundo. Y todo lo que puede aportarle Ucrania, lo tiene en abundancia en su propio territorio. Como es obvio, las razones para la intervención militar de Rusia en Ucrania son totalmente diferentes de las de Hitler para intervenir en Polonia.

Las razones de Rusia han sido comunicadas ampliamente a las potencias occidentales, aunque los medios de comunicación no se han hecho eco de ellas con un mínimo rigor. Son razones que pertenecen al ámbito de la seguridad geoestratégica. La seguridad entendida como un concepto colectivo. Rusia, tal como reconocen los países que sí funcionan con autonomía e inteligenci(así se han manifestado China, Sudáfrica, India o México), siente que su seguridad como Estado queda en entredicho ante el avance progresivo y provocador de la OTAN en los últimos 30 años; así lo reconocen actualmente algunos de sus líderes.

Cualquier paralelismo mimético con la historia es siempre un abuso intelectual, pero de buscar y encontrar algunos rasgos comunes, sería más bien en la política de extensión de la OTAN hacia Rusia en dónde encontraríamos ciertos reflejos de lo que fue la política de expansión y anexiones de la Alemania nazi en Austria o Checoslovaquia que, por cierto, se hizo «pacíficamente» y con la complicidad de las potencias occidentales, hasta que llegó el turno de Polonia, un punto de inflexión inaceptable.

El siguiente paso previsto por la OTAN y por la gobernanza de Ucrania, precisamente su incorporación a la Alianza político-militar más criminal de la historia, fue la que encendió todas las alarmas rusas y condujo a tomar la decisión de intervenir militarmente en ese país. Esta cuestión, tal como hemos reiterado en nuestros anteriores editoriales sobre el tema, no legitima la intervención militar de Rusia en Ucrania, pero esta debe analizarse en ese contexto.

La intervención militar de Rusia en Ucrania, no legitimada aun interpretándola en el contexto señalado, está generando un escenario favorable al proceso de cohesión del mundo occidental bajo el absoluto vasallaje a EEUU y a su senil emperador actual, Joe Biden. El refuerzo del proceso de colonización de Europa por los EEUU es un hecho evidente. Y son precisamente los EEUU y el capitalismo angloamericano quienes están obteniendo claros beneficios inmediatos; desde el punto de vista económico, esos beneficios van mucho más allá de las empresas relacionadas con la industria del armamento, con el refuerzo del dólar, subidas millonarias en bolsa y con una repercusión clara en todo lo relacionado con el mercado internacional de energía. Estados Unidos pretende inundar Europa con su gas licuado trasportado en barcos –lo que, como es obvio, encarece de por sí el coste de esa materia prima para la producción de energía-. Su imposición a Europa forma parte de ese proceso de colonización al que asistimos. 

Hasta hace pocas semanas, Polonia, que ahora lleva la voz cantante en el proceso guerrerista por parte de Europa, era el Estado maldito de la UE, hasta el punto de ser sancionado por esta. Actualmente es el solista principal de este coro colonial. El Estado español se consolida en su papel de chico de los recados. La imagen de Pedro Sánchez en la foto de familia de los miembros de la OTAN en una esquina, prácticamente fuera de los focos, es todo un ejemplo de lo que decimos. La nueva posición del Gobierno español en relación con el Sáhara, asumiendo las tesis de Rabat y, por supuesto, las del Imperio, es expresión de que Marruecos se ha convertido en el aliado privilegiado del imperialismo yanqui en la región del estrecho atlántico-mediterráneo. La posición actual del Estado español con respecto a la cuestión del Sáhara -por supuesto, también en otras- es reflejo de la indecencia y pérdida de dignidad. Incluso Vox ha demostrado mayor altura de miras al respecto que el actual Presidente del Gobierno, que ya es decir.

La guerra en el Este de Europa, protagonizada por Rusia en un lado y en el otro por todo un entramado político/mediático/militar bajo la denominación de Ucrania es un ejemplo -trágico, desde luego- del uso descarnado de la población como rehén para justificar una escalada belicista, que nos está metiendo de lleno en la IIIª Guerra Mundial de mano de los EEUU. El actual Régimen de Ucrania evidentemente es un Régimen proimperialista y pronazi. El Golpe de Estado realizado en la Operación Maidán en 2014 fue el punto de partida de tal cuestión. En el Maidán intervinieron movimientos fascistas organizados militar, política y financieramente con el pleno apoyo de la CIA; tales sectores no eran novedosos en Ucrania, remontándose a los tiempos previos a la IIª Guerra Mundial, en la que colaboraron intensamente con los ejércitos nazis y asesinaron a centenares de miles de sus compatriotas, especialmente judíos (solo en Babi Yar, unos 50.000 asesinados). A raíz del Maidán se consolidaron estructuras militares autodeclaradas nazis, como el conocido Batallón Azov, protagonista de muchas de las masacres que se están viendo en Ucrania. Como otras estructuras militares surgidas al calor de aquellos acontecimientos y autodeclaradas nazis, fueron integrados en el ejército regular ucraniano y hoy juegan el papel más activo en la pretendida “resistencia popular” a la intervención rusa. Una de las primeras medidas del Gobierno surgido del Maidán fue ilegalizar al Partido Comunista, votado por más de un 10% de la población; nadie se echó las manos a la cabeza por tal cuestión en el mundo occidental.

Otro aspecto que nos parece del mayor interés sobre la actual realidad de Ucrania y su funcionamiento socioeconómico es la del apoyo pleno por parte del Estado ucraniano a lo que podríamos denominar “granjas de niños/as”. Como es bien sabido, Ucrania es el paraíso de los vientres de alquiler, una práctica ultraliberal y absolutamente inmoral y antihumana. La guerra en Ucrania está trayendo gravísimos problemas para las criaturas gestadas al amparo de ese procedimiento mercantil, que han quedado en tierra de nadie y carecen de cualquier amparo. Similar cuestión podríamos decir de la trata de personas, especialmente de mujeres y niñas destinadas a los prostíbulos europeos.

Polonia, así como el conjunto de los Países Bálticos, tiene una larga tradición antirusa y anticomunista. Sin embargo, sectores muy importantes de su población han apoyado históricamente proyectos prosocialistas. De hecho, en Polonia se instauró el socialismo en 1947 después de unas elecciones democráticas en las que se enfrentaban dos bloques: el que defendía el modelo capitalista occidental y el que defendía un modelo prosocialista asociado al espacio de la URSS. Este último fue el que triunfó electoralmente.

Una sola chispa puede incendiar la pradera

El movimiento popular avanza adecuadamente en el Estado español y seguirá avanzando con más profundidad y extensión en los próximos meses. El Gobierno y sus apoyos mediáticos pretenden ignorar la realidad-real, tal como han venido haciendo con la huelga de los transportistas. Pero la época de las realidades virtuales se ha acabado.

Pedro Sánchez y su Gobierno no tardarán en caer. Ya no cumplen el papel principal que tenían encomendado: controlar al movimiento popular. Demuestran cada día de una forma más patética su incapacidad para comprender lo que pasa y dar alternativas a los problemas que surgen. No tardará en emerger la alternativa de Feijóo-Vox, eso sí, en el marco del Régimen del 78, para intentar estabilizar la situación aplicando políticas de profundización en el neoliberalismo.

La alternativa para los pueblos y clases trabajadoras no está en un cambio de Gobierno, sino en un cambio de Régimen y de alianzas internacionales. Y para ello estamos trabajando. Nuestras tareas son la dinamización de la organización y la movilización, algo que intentan evitar por todos los medios (ilegalización de IzCa; intento de cierre de la Molinera, etc.), pero que no les va a servir para frenar este proceso de avance de la lucha popular, en marcha e imparable.

Izquierda Castellana, 25 de marzo de 2022

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