
HRW informó que el ejército israelí no está solo en su agresión en Gaza, ya que los informes confirman la participación de las fuerzas de EEU.U. en las ofensivas.
El organismo internacional Human Rights Watch (HRW) advirtió en un informe que las fuerzas estadounidense podrían enfrentarse a responsabilidades legales por su participación junto a las fuerzas israelíes en la comisión de crímenes de guerra en Gaza.
En este contexto, la directora de la oficina de HRW en Washington, Sarah Yager, dijo que la participación directa de las fuerzas estadounidenses en las ofensivas militares con las fuerzas israelíes significa que, según el derecho internacional, Estados Unidos ha sido y sigue siendo una parte en el conflicto armado en Gaza.
Añadió que los militares, funcionarios de inteligencia y contratistas estadounidenses que ayuden a las fuerzas israelíes en la comisión de crímenes de guerra podrían enfrentarse algún día a persecuciones penales debido a las tragedias en Gaza.
“El derecho internacional considera que un país que conscientemente ayuda a otro en la comisión de violaciones graves de las leyes de guerra y otros abusos es responsable de complicidad en el crimen. El pueblo estadounidense debe saber que las armas estadounidenses proporcionadas a Israel facilitan directamente los crímenes en Gaza, involucrando profundamente a Estados Unidos en las violaciones de las leyes de guerra documentadas por Human Rights Watch y otros”, precisó.
De igual manera, al poner de manifiesto que, de acuerdo con el derecho internacional humanitario, las hostilidades en curso entre Israel y los grupos armados palestinos en Gaza se consideran un conflicto armado no internacional, la alta responsable de HRW en Washington detalló que el derecho internacional no ha especificado criterios exactos sobre cuándo un estado que ayuda a otro en un conflicto no internacional es reconocido como parte en el mismo, pero la participación directa en ofensivas letales es un claro ejemplo de ello.
Según este informe, funcionarios estadounidenses han reconocido que, desde el comienzo de la guerra de 2023, Estados Unidos ha proporcionado a Israel información de inteligencia utilizada para atacar ubicaciones en Gaza, además de realizar coordinaciones, planificación y recolección de información a gran escala con las fuerzas israelíes para apuntar a líderes del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS).
Los gobiernos de Estados Unidos también han admitido públicamente su participación en este conflicto.
El informe cita las declaraciones de funcionarios estadounidenses, incluidos el expresidente de EE.UU. Joe Biden y la portavoz de la Casa Blanca durante la administración Trump, Caroline Leavitt, quienes hicieron referencia a consultas con la Casa Blanca sobre los ataques israelíes.
“He ordenado a mis fuerzas de operaciones especiales y a nuestros expertos en inteligencia que trabajen junto a sus homólogos israelíes para localizar a Yahya Sinwar y a otros líderes de Hamas que se han escondido en Gaza. Con nuestra ayuda en inteligencia, las fuerzas israelíes han perseguido sin cesar a los líderes de HAMAS”, reconoció Biden en octubre de 2024.
A su vez, Leavitt comentó en una entrevista con los medios después de que las fuerzas israelíes reanudaran los ataques aéreos sobre Gaza el 18 de marzo de 2025, que “Se consultó con la administración Trump y la Casa Blanca sobre los ataques israelíes de esta noche en Gaza”.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó que más de 400 personas murieron esa noche, siendo la mayoría mujeres y niños.
Las fuerzas israelíes han cometido crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y actos con características genocidas en Gaza durante el conflicto actual.
La administración de Trump no solo no ejerció presión para detener estas violaciones, sino que con sus declaraciones y acciones, apoyó o fue cómplice de los actos ilegales perpetrados por las fuerzas sionistas.
El 25 de enero, Trump sugirió que todo en Gaza sería destruido, lo que fue una referencia clara al desplazamiento forzado de los palestinos desde la Franja de Gaza, un crimen de guerra, un crimen de lesa humanidad y un acto de limpieza étnica.
El informe señala que la administración de Trump ha respaldado completamente a la llamada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), cuya distribución de ayuda ha contribuido a la masacre diaria de palestinos. La GHF está gestionada por dos contratistas privados estadounidenses y afirma ser independiente de cualquier gobierno.
Sin embargo, las fuerzas israelíes han disparado repetidamente contra los civiles palestinos que acudían a estos centros en busca de ayuda, resultando en la muerte de cientos de palestinos, ataques que constituyen crímenes de guerra.