Rendición, no negociación

Comparte este artículo:

El “acuerdo” al que el pasado fin de semana han llegado la Unión Europea a través de su máxima representante, la Presidenta de la Comisión Ursula von Der Leyen, y el Presidente de los EEUU, Donald Trump, no ha sido en absoluto fruto de un proceso de negociación, sino un proceso de rendición puro y duro. Los EEUU han impuesto un arancel general de un 15% a los productos de la UE, y además, como parte de ese pacto, compromete a la Unión a comprar productos energéticos estadounidenses por valor de 750.000 millones de dólares, invertir 600.000 millones en la economía de los EEUU y abrir los mercados europeos al comercio sin aranceles para EEUU, además del compromiso de adquirir grandes cantidades de equipamiento militar yanqui. Podríamos decir, sin ningún tipo de exageración, que en Escocia (lugar elegido por Trump, quien tiene allí un negocio privado de gran envergadura, consistente en un complejo de golf para ricos) no se desarrolló una negociación, sino una claudicación en toda regla.

Según estimaciones del Instituto Kiel para la Economía Mundial, un arancel general del 15%, junto con mayores aranceles al acero y al aluminio, reduciría el PIB de Alemania en un 0,15% en un año, lo que equivale a una pérdida de 6.500 millones de euros (7.100 millones de dólares). El PIB total de la UE disminuiría un 0,1%.

Según un video emitido por Florida’s Voice, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, le dijo a Trump durante una conferencia de prensa posterior al acuerdo: «Tiene usted fama de ser un negociador y negociador duro». Trump intervino rápidamente: «Pero justo», a lo que von der Leyen respondió: «Y justo». Sin embargo, Trump respondió inmediatamente con un «Eso es menos importante», lo que provocó risas en la sala. Cuando un periodista le preguntó si podía ofrecer a la UE una tasa arancelaria mejor que la actual del 15 %, Trump confirmó: «¿Mejor significa menor?». Tras la respuesta del reportero, este respondió inmediatamente con un «No», mientras Von der Leyen permanecía en silencio, según muestra un vídeo de Fox News.

Global Times

Esta rendición no es, aunque eso tiene mucha importancia, una cuestión meramente económico-comercial, sino que es en lo esencial un asunto político-militar que supone un gran paso adelante en la construcción del IV Reich, en este caso bajo la hegemonía de los EEUU e Israel, con la colaboración cada vez más estrecha de la Europa Occidental, y por tanto, en el avance hacia la III Guerra Mundial. La articulación del IV Reich, que venimos denunciando desde hace tiempo, no está generando movimientos de rechazo suficientemente significativos en Europa occidental. Esto ya sucedió durante el proceso de construcción del III Reich, al que de alguna u otra forma todos los Estados europeos de la época se fueron plegando, excepto la URSS y el Estado español. Aquí se desarrolló la primera guerra antifascista, que no pudo enlazar con la II Guerra Mundial -iniciada en septiembre de 1939- por la oposición de una parte del PSOE y otras organizaciones a la postura del Presidente Juan Negrín de intentar alargar la guerra unos meses más. Si la guerra antifascista en el Estado español se hubiera mantenido unos meses como demandaba Negrín, el desarrollo de las cosas hubiera sido muy diferente, como hemos explicado en otras ocasiones. Negrín y todo su equipo fueron, por cierto, expulsados del PSOE al cabo de unos años, cuando se puso en pie la postura atlantista y de beligerancia contra la URSS y el socialismo en general. Esta cuestión nos lleva a una reflexión colateral, que abordaremos en otra ocasión en profundidad, que es la del tiempo, la dimensión temporal como elemento muy significativo en el desarrollo y expectativas de victoria del movimiento popular.

Los movimientos de resistencia ante el avance del IV Reich en el mundo occidental, quizás con la excepción del movimiento popular en los propios EEUU, son de una envergadura muy limitada, y en lo referente a los gobiernos no tienen como objetivo frenar ese nuevo proyecto nazisionista, sino acomodarse a él de la mejor manera posible. Un dato del máximo interés para entender esto es cómo las bolsas en lo referente a la economía especulativa, no así con la productiva, han mostrado su satisfacción con el “acuerdo” subiendo significativamente en el conjunto de Europa.

Otro momento de la reunión entre Von der Leyen y Trump.

Aunque la línea hegemónica en relación con Occidente es la que acabamos de describir, tiene cierto interés, aunque sea limitado, señalar la existencia de algunos matices que presentan algunos países respecto a la política general del Gobierno de Trump. Por ejemplo, los acuerdos que parece que se han empezado a gestionar entre el Gobierno de Salvador Illa y representantes económico-comerciales de China; o las demandas de algunos Estados, entre los que está el español, para que se produzca una tregua indefinida entre Israel y Palestina o un acuerdo entre el Estado sionista y Hamás y otras organizaciones de la resistencia palestina, como la Yihad Islámica o el Frente Popular de Liberación. En cuanto a estas posiciones en relación con el asunto palestino -muy matizadas, aunque con algunos aspectos parcialmente positivos-, hay que apuntar que para la mayoría de la opinión pública de esos países la asunción íntegra de las posiciones del Estado de Israel y de EEUU serían inaceptables y fuente de conflictos internos más allá de lo que estamos viendo.

Hace un par de semanas llegó la información de que los presupuestos de la Política Agraria Común (PAC) se habían reducido sustancialmente (más de un 20%), lo que significa un atentado a las condiciones de vida en el medio rural europeo, que afectará en muy buena medida al medio rural en el Estado español y tendrá especial incidencia sobre el castellano. El propio Ministro de Agricultura, Luis Planas, destacaba esta cuestión en una entrevista en La Vanguardia, y al mismo tiempo se lamentaba por la importancia que históricamente había tenido el mundo rural para cohesionar la Unión Europea, avisando de la incertidumbre y más que posibles efectos negativos que tendrá el recorte de los presupuestos de la PAC.

En contraste con la posición de claudicación de la UE ante el nuevo aspirante a Führer, China está dando un ejemplo de dignidad y coherencia negándose a aceptar las imposiciones que los EEUU intentan hacerle, no solo en el terreno económico sino en el político y militar, y a cada una de las medidas contrarias responden con contramedidas proporcionales. China es un país realmente soberano y defiende sus intereses estratégicos, lo que no hacen los Estados que están al servicio de unas pocas multinacionales.

Izquierda Castellana, 28 de julio de 2025

Comparte este artículo: