
Quince horas encerrados en un tren, una mujer de 84 años hospitalizada y otro día negro para la historia del tren en España, que según Óscar Puente vive «el mejor momento de su historia». La rotura de una catenaria en la provincia de Toledo desató otra jornada de caos en la red ferroviaria de nuestro país, provocando retrasos en más de media decena de trenes de alta velocidad y cientos de pasajeros pernoctando en plena ola de calor en trenes parados en medio de la nada. Fuentes de Adif, la entidad pública responsable de las infraestructuras ferroviarias, apuntan a El Confidencial que se va a poner en marcha una investigación y que no se descarta cualquier hipótesis, aunque apuntan al desgaste técnico habitual de la red para explicar lo ocurrido.
«Pueden tardarse horas e incluso días en llegar a una conclusión», apuntan fuentes del ente público, que indican que la rotura de la catenaria pudo producirse por el enganchón de un tren o por circunstancias de uso de la infraestructura. No barajan por ahora el sabotaje externo como causante de la parálisis ferroviaria de este martes. En estos momentos, el presupuesto que Adif destina a la vigilancia de las vías es de 61,9 millones de euros, como ha podido confirmar este periódico por fuentes oficiales. Se trata de la cifra más elevada en la historia de la entidad, pero aun así se sitúa lejos de otros proyectos impulsados por Puente. El presupuesto para la vigilancia de la red ferroviaria es apenas la mitad de lo que el Ministerio de Transportes destina al programa ‘Verano Joven’. Esta iniciativa, iniciada en 2023, ofrece descuentos de hasta el 90% a las jóvenes de entre 18 y 30 años que viajen en tren o autobús por España y Europa. El coste del programa impulsado por Puente asciende a los 120 millones de euros, una cifra lejana de la destinada a vigilancia.
De nuevo la sombra del sabotaje
Fue en la misma provincia de Toledo donde hace apenas dos meses un robo de cable en varios puntos de la red afectó al tránsito de 30 trenes -y a los planes de 10.700 pasajeros-. En aquel momento, el Ministerio de Transportes respondió rápidamente que la causa del colapso había sido el robo de cableado en varios puntos de Toledo y el «enganchón» de un tren Iryo con la catenaria, algo que la compañía italiana siempre ha negado argumentado que el tren estaba parado cuando tuvo lugar el incidente.
Este miércoles, Adif no concibe que un posible robo de cable haya provocado la disminución de tensión de la catenaria, opción que este martes estaba sobre la mesa. Por el momento, el Ministerio de Transportes no se ha pronunciado sobre cuál ha podido ser la causa. El ministro Óscar Puente no dio declaraciones en toda la jornada del martes. Desde Adif señalan que la prioridad ha sido restablecer la tensión en la catenaria, desalojar a los pasajeros, reparar la avería y recuperar el tráfico ferroviario habitual. A continuación llegará el momento de la investigación.
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Una vez más, los pasajeros se quejan de no haber recibido información sobre cuánto tiempo iba a estar parado el tren ni sobre lo que estaba ocurriendo. De la misma forma, los viajeros tuvieron que comprar la comida y la bebida en la cafetería del tren pese a la incidencia. Cabe recordar que en octubre de 2024, el Congreso de los Diputados aprobó la puesta en marcha de un plan urgente de atención a pasajeros en situaciones extraordinarias. Un mandato parlamentario que el ministro Puente nunca llevó a cabo.
La jornada de caos se ha producido apenas una semana después de que Puente se reincorporase a sus funciones como ministro tras haber estado de baja por paternidad. Al contrario que en el anterior colapso ferroviario, el ministro ha mantenido el silencio total en su red social X, y el Ministerio de Transportes no ha hecho ningún comunicado al respecto este martes.
Quien sí ha permanecido conectado a dicha red social es el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, que llegó a retuitear una crítica de una diputada de Más Madrid contra Ayuso cuando algunos viajeros no habían podido volver a casa tras más de diez horas atrapados en un tren. Pasadas varias horas, Fernández Heredia ha deshecho este retuit.
De retomar fuerza la hipótesis del robo de cable, el Gobierno de Pedro Sánchez ya ha señalado en otras ocasiones que no tiene solución. «No es posible evitar dichas sustracciones, por el número de kilómetros a proteger«, reconocía Moncloa en un documento escrito del año 2023 donde respondía a un grupo parlamentario que mostraba, precisamente, su preocupación por los últimos robos de cableado ferroviario.
El Ministerio de Transportes explicaba en dicho escrito que «la subida del precio de las materias primas dispara el número de robos de cable» y que las sustracciones de cableado que había contabilizado Adif en los últimos tres años (hasta 2022) sumaban un total de 685. «La longitud de cableado sustraída en dichos actos vandálicos ha sido de 131.654 metros» y el coste de su reposición asciende a 3,4 millones (IVA excluido). Más allá de las dificultades de vigilar toda la red ferroviaria, resulta llamativo que se haya producido una incidencia similar y de altísimas consecuencias en el mismo punto de la nación (la provincia de Toledo) y en apenas dos meses.