
De mal en peor, la historia del PSOE de la Transición es la historia de una línea de claudicación al servicio del Régimen del 78, del que es una pieza esencial, y del imperialismo, del que es un eslabón significativo.
No deja de sorprender el enfado, al menos aparente, de Felipe González por la línea de su sucesor. Ciertamente Pedro Sánchez es mucho más burdo y tiene una compostura, digamos, menos «elegante» que la de Felipe González, pero esencialmente son lo mismo.

Empecemos por el lema de la precampaña encabezada por Felipe González en las elecciones generales de 1982: «OTAN, DE ENTRADA NO», que les fue de una gran utilidad, junto a otros factores, para la histórica victoria electoral del PSOE en las Generales de octubre de 1982. Para un sector de la población era bastante obvio que aquel lema respondía a un estudiado cálculo electoral y en absoluto a una auténtica voluntad anti-OTAN, tal como quedó demostrado en la campaña que hicieron alrededor del referéndum a favor de la permanencia en la Alianza Atlántica, en la que el felipismo y todos los poderes del Estado con los apoyos internacionales correspondientes jugaron a fondo para que el SÍ a la OTAN triunfara en la famosa consulta. Por cierto, las condiciones que teóricamente acompañaban a esa posición favorable a la permanencia no se cumplieron en medida alguna.
Ahora estamos en una situación con ciertas similitudes: en aquellos momentos se trataba de organizar la fase final de la llamada “Guerra Fría” contra la URSS y actualmente se trata de contribuir a la preparación de la III Guerra Mundial que el imperialismo impulsa sin disimulos. La maquinaria del PSOE -y la del conjunto del Régimen, en última instancia- se tiene que sacar de la chistera un conejo para intentar engatusar a la opinión pública. Ahí es donde aparece la cuestión del 2,1% del PIB en vez del 5%, cuyo planteamiento, según dicen, parte del propio ejército; no hemos visto ni escuchado a ningún jefe militar apoyando tal cuestión.
Pedro Sánchez ha hablado con profusión de una carta que le escribió Mark Rutte, el actual Secretario General de la OTAN, en la que aceptaba sus planteamientos. Carta que, según esas fuentes, habían negociado palabra por palabra. Rutte niega tal cosa y la carta no aparece por ningún lado; ¿por qué no la publican si realmente existe? Lo que sí está publicado es el comunicado final de la Cumbre de la OTAN recientemente celebrada en La Haya y en el que no aparece excepción alguna, ni por supuesto señales de trato diferenciado al Estado Español. Teniendo en cuenta la trayectoria de Sánchez como mentiroso compulsivo no hay razón alguna para que su versión merezca la menor credibilidad. La parte teóricamente más a la izquierda de su Gobierno -Sumar- se ha dado por satisfecha con esa trapacería. Hay que tragarse todos los sapos que haga falta con tal de no poner en peligro la continuidad de un Gobierno del que obtienen tan pingües oficios y beneficios.
Los sondeos electorales dan un hundimiento espectacular de esa «coalición», por llamarla de alguna manera, mientras sus contradicciones internas son más que evidentes y van en aumento, pero el Gobierno es un cobijo como no hay otro para aquellos que sólo aspiran a vivir de las prebendas del poder institucional. El PSOE obviamente sufrirá también un importante castigo electoral por toda la mierda que tienen (y que se está evidenciando cada vez de forma más clara), pero probablemente sea proporcionalmente menor que el de Sumar.
Al PP de Feijóo, como en su momento le ocurrió a la Alianza Popular de Fraga con la cuestión de la OTAN, le resulta difícil articular un discurso de confrontación con el Gobierno porque hay un bien común principal que ambos tienen que proteger, entre otros: el mantenimiento del Régimen del 78, del que todos dependen. Eso impone claras limitaciones en los discursos y sobre todo en su contenido. No pueden tirar de la manta porque sería tirar piedras contra su propio tejado y todos saldrían perjudicados, incluyendo por supuesto la institución monárquica.
No hay solución ni a la corrupción ni al recorte de libertades, ni tampoco lugar para los auténticos derechos de los pueblos y de las gentes en el marco del Régimen del 78. El programa de “Reforma de la Reforma” que de alguna manera intenta impulsar Pedro Sánchez, especialmente dando más protagonismo y cuota de poder del pastel a las burguesías periféricas -especialmente de Cataluña y Euskal Herria- no va a solucionar en absoluto los problemas de fondo a los que nos enfrentamos.
Cada vez es más evidente que este Régimen podrido e ineficiente tiene que ser cambiado por un proyecto popular republicano.
Izquierda Castellana, a 30 de junio de 2025
Declaración de La Haya
Emitido por los Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN que participan en la reunión del Consejo del Atlántico Norte en La Haya el 25 de junio de 2025:
1) Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza del Atlántico Norte, nos hemos reunido en La Haya para reafirmar nuestro compromiso con la OTAN, la Alianza más fuerte de la historia, y con el vínculo transatlántico. Reafirmamos nuestro férreo compromiso con la defensa colectiva, consagrado en el Artículo 5 del Tratado de Washington: un ataque contra uno es un ataque contra todos. Permanecemos unidos y firmes en nuestra determinación de proteger a nuestros mil millones de ciudadanos, defender la Alianza y salvaguardar nuestra libertad y democracia.
2) Unidos ante las profundas amenazas y desafíos a la seguridad, en particular la amenaza a largo plazo que Rusia representa para la seguridad euroatlántica y la persistente amenaza del terrorismo, los Aliados se comprometen a invertir el 5% de su PIB anualmente en necesidades básicas de defensa, así como en gastos relacionados con la defensa y la seguridad, para 2035, a fin de garantizar nuestras obligaciones individuales y colectivas, de conformidad con el Artículo 3 del Tratado de Washington. Nuestras inversiones garantizarán que dispongamos de las fuerzas, las capacidades, los recursos, la infraestructura, la preparación para la guerra y la resiliencia necesarias para la disuasión y la defensa, en consonancia con nuestras tres tareas principales: disuasión y defensa, prevención y gestión de crisis, y seguridad cooperativa.
3) Los aliados acuerdan que este compromiso del 5% comprenderá dos categorías esenciales de inversión en defensa. Los aliados asignarán al menos el 3,5% del PIB anual, basándose en la definición acordada de gasto de defensa de la OTAN para 2035, a las necesidades básicas de defensa y al cumplimiento de los Objetivos de Capacidad de la OTAN. Los aliados acuerdan presentar planes anuales que muestren una trayectoria creíble y progresiva para alcanzar este objetivo. Asimismo, destinarán hasta el 1,5% del PIB anual a, entre otras cosas, proteger nuestra infraestructura crítica, defender nuestras redes, garantizar nuestra preparación y resiliencia civil, impulsar la innovación y fortalecer nuestra base industrial de defensa. La trayectoria y el equilibrio del gasto en virtud de este plan se revisarán en 2029, a la luz del entorno estratégico y los Objetivos de Capacidad actualizados. Los aliados reafirman su compromiso soberano permanente de brindar apoyo a Ucrania, cuya seguridad contribuye a la nuestra, y, para ello, incluirán contribuciones directas a la defensa de Ucrania y a su industria de defensa al calcular su gasto de defensa.
4) Reafirmamos nuestro compromiso compartido de expandir rápidamente la cooperación transatlántica en materia de industria de defensa y de aprovechar las tecnologías emergentes y el espíritu de innovación para impulsar nuestra seguridad colectiva. Trabajaremos para eliminar las barreras comerciales en materia de defensa entre los Aliados y aprovecharemos nuestras alianzas para promover la cooperación en este ámbito.
5) Expresamos nuestro agradecimiento por la generosa hospitalidad que nos brindó el Reino de los Países Bajos. Esperamos con interés nuestra próxima reunión en Turquía en 2026, seguida de una reunión en Albania.