
En los medios de comunicación internacionales no hemos encontrado la más mínima alusión a la posición de Pedro Sánchez en la pasada Cumbre de la OTAN en la Haya. Sin embargo, la prensa española está totalmente volcada en tal cuestión, y como era previsible, con dos puntos de vista aparentemente contradictorios: los que consideran que Pedro Sánchez ha ejecutado una jugada política de alta maestría y los que consideran que estamos de nuevo ante una huida hacia adelante recurriendo a una auténtica chapuza.
Desde nuestro punto de vista, la mejor manera de evaluar esta cuestión es leer cuidadosamente la propia Declaración de La Haya, emitida por los Jefes de Estado y Gobierno de la OTAN que participaron en la Cumbre del 25 de junio. La adjuntamos íntegra al final de este texto, y entresacamos algunas de las frases más significativas al respecto:
“Reafirmamos nuestro férreo compromiso con la defensa colectiva, consagrado en el Artículo 5 del Tratado de Washington: un ataque contra uno es un ataque contra todos.”
“Unidos ante las profundas amenazas y desafíos a la seguridad, en particular la amenaza a largo plazo que Rusia representa para la seguridad euroatlántica y la persistente amenaza del terrorismo, los Aliados se comprometen a invertir el 5% de su PIB anualmente en necesidades básicas de defensa, así como en gastos relacionados con la defensa y la seguridad, para 2035.”
“Los aliados acuerdan que este compromiso del 5% comprenderá dos categorías esenciales de inversión en defensa. Los aliados asignarán al menos el 3,5% del PIB anual, basándose en la definición acordada de gasto de defensa de la OTAN para 2035, a las necesidades básicas de defensa y al cumplimiento de los Objetivos de Capacidad de la OTAN. Los aliados acuerdan presentar planes anuales que muestren una trayectoria creíble y progresiva para alcanzar este objetivo. (…) La trayectoria y el equilibrio del gasto en virtud de este plan se revisarán en 2029, a la luz del entorno estratégico y los Objetivos de Capacidad actualizados”.
En el breve documento no aparece recogido por ningún lado ese pretendido éxito que supone mantener la inversión en el 2,1% del PIB. No aparecen excepciones, por lo que se entiende que el Estado español queda vinculado a los acuerdos generales. Es decir, estamos de nuevo ante un farol de Pedro Sánchez. Puede que intente “engañar” a los países de la OTAN, cosa que no es sencilla, aunque Sánchez tiene mucha empatía con Zelenski, alguien bastante experimentado en ello. Lo que sí es seguro es que pretende engañar a los ciudadanos de este país.

No es que nos parezca mal el intento de mantener la contribución económica a la OTAN por parte del Estado español en el 2,1% del PIB; es más, nuestra posición es que el Estado español debería retirarse de esa Alianza criminal y no contribuir con recurso alguno, ni financiero ni con infraestructuras. Pero sinceramente, no creemos que lo que dice Pedro Sánchez tenga visos de credibilidad. Estamos ante una maniobra de engaño que ya está en muy buena medida descubierta. En el año 2029 la OTAN prevé la revisión de la evolución de los gastos y su impacto en la capacitación de las estructuras militares, con lo cual nos podríamos encontrar (si el engaño se mantiene) con que en 2029 haya que poner todo el dinero, incluyendo el que no se puso durante el periodo previo. Seguramente Pedro Sánchez calcula que para ese año ya no estará en el Gobierno, y siguiendo la filosofía del conocido dicho castellano, haya decidido que “para lo que le queda en el convento, se caga dentro”.
En la situación en la que estamos, de prolegómenos de la III Guerra Mundial, estos juegos de malabares solo sirven para engañar y confundir a la opinión pública, algo a lo que nos tiene acostumbrados Pedro Sánchez desde su llegada al Gobierno en 2018. Ahora quieren entretenernos con las represalias de Trump, en forma de aranceles o no se sabe con qué otras ideas maléficas que se le puedan ocurrir a la actual Administración yanqui. Por nuestra parte, conjuntamente con las fuerzas antifascistas y antiimperialistas que estén por la labor, seguiremos adelante en el impulso social contra el avance hacia esa guerra.
Por último, un apunte. En el Estado español, la administración de las instituciones en sus diversas formas genera una gran cantidad de puestos de trabajo; aparte de aquellos a los que se accede por oposición, el resto son puestos de nombramiento directo. Lo que más codicia genera entre los diferentes partidos con aspiraciones de gobierno es la gestión de ese “maná” a cuenta del erario público. Si en otros países europeos están tremendamente preocupados por la salud de su industria automotriz, química, tecnológica, etc., aquí lo están por mantener o conseguir hacerse con el control esa fuente de puestos de trabajo dependientes de las instituciones, sean éstas estatales o autonómicas (con especial trascendencia en Cataluña o Euskal Herria). No debería extrañar entonces que esa sea la causa que motive las mayores confrontaciones. La resistencia del actual Gobierno, a pesar de todos los elementos de corrupción que lo salpican directamente -y a sus allegados-, es expresión de ello.
No hay otra opción que romper con el Régimen del 78, avanzar hacia una República popular y salir de la OTAN.
Izquierda Castellana, a 27 de junio de 2025

Declaración de La Haya
Emitido por los Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN que participan en la reunión del Consejo del Atlántico Norte en La Haya el 25 de junio de 2025:
1) Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza del Atlántico Norte, nos hemos reunido en La Haya para reafirmar nuestro compromiso con la OTAN, la Alianza más fuerte de la historia, y con el vínculo transatlántico. Reafirmamos nuestro férreo compromiso con la defensa colectiva, consagrado en el Artículo 5 del Tratado de Washington: un ataque contra uno es un ataque contra todos. Permanecemos unidos y firmes en nuestra determinación de proteger a nuestros mil millones de ciudadanos, defender la Alianza y salvaguardar nuestra libertad y democracia.
2) Unidos ante las profundas amenazas y desafíos a la seguridad, en particular la amenaza a largo plazo que Rusia representa para la seguridad euroatlántica y la persistente amenaza del terrorismo, los Aliados se comprometen a invertir el 5% de su PIB anualmente en necesidades básicas de defensa, así como en gastos relacionados con la defensa y la seguridad, para 2035, a fin de garantizar nuestras obligaciones individuales y colectivas, de conformidad con el Artículo 3 del Tratado de Washington. Nuestras inversiones garantizarán que dispongamos de las fuerzas, las capacidades, los recursos, la infraestructura, la preparación para la guerra y la resiliencia necesarias para la disuasión y la defensa, en consonancia con nuestras tres tareas principales: disuasión y defensa, prevención y gestión de crisis, y seguridad cooperativa.
3) Los aliados acuerdan que este compromiso del 5% comprenderá dos categorías esenciales de inversión en defensa. Los aliados asignarán al menos el 3,5% del PIB anual, basándose en la definición acordada de gasto de defensa de la OTAN para 2035, a las necesidades básicas de defensa y al cumplimiento de los Objetivos de Capacidad de la OTAN. Los aliados acuerdan presentar planes anuales que muestren una trayectoria creíble y progresiva para alcanzar este objetivo. Asimismo, destinarán hasta el 1,5% del PIB anual a, entre otras cosas, proteger nuestra infraestructura crítica, defender nuestras redes, garantizar nuestra preparación y resiliencia civil, impulsar la innovación y fortalecer nuestra base industrial de defensa. La trayectoria y el equilibrio del gasto en virtud de este plan se revisarán en 2029, a la luz del entorno estratégico y los Objetivos de Capacidad actualizados. Los aliados reafirman su compromiso soberano permanente de brindar apoyo a Ucrania, cuya seguridad contribuye a la nuestra, y, para ello, incluirán contribuciones directas a la defensa de Ucrania y a su industria de defensa al calcular su gasto de defensa.
4) Reafirmamos nuestro compromiso compartido de expandir rápidamente la cooperación transatlántica en materia de industria de defensa y de aprovechar las tecnologías emergentes y el espíritu de innovación para impulsar nuestra seguridad colectiva. Trabajaremos para eliminar las barreras comerciales en materia de defensa entre los Aliados y aprovecharemos nuestras alianzas para promover la cooperación en este ámbito.
5) Expresamos nuestro agradecimiento por la generosa hospitalidad que nos brindó el Reino de los Países Bajos. Esperamos con interés nuestra próxima reunión en Turquía en 2026, seguida de una reunión en Albania.