
Más de 30 palestinos fueron asesinados el martes por la noche en un centro de distribución de ayuda al noroeste de la ciudad de Gaza, cuando soldados israelíes abrieron fuego contra civiles que intentaban acceder a alimentos.
Este ataque se suma a otro ocurrido el mismo día en Khan Younis y Rafah, donde las fuerzas de ocupación dispararon proyectiles de tanque, ametralladoras y drones, dejando más de 60 muertos y 200 heridos.
Desde el 7 de octubre de 2023, cuando Israel intensificó su asedio tras la Operación Diluvio de Al Aqsa, la Franja de Gaza enfrenta una catástrofe humanitaria: más de 55 000 palestinos asesinados (la mayoría mujeres y niños), 129 000 heridos y al menos 10 000 desaparecidos bajo los escombros. El 2 de marzo, Israel recrudeció el bloqueo, impidiendo la entrada de alimentos, medicinas y combustible, agravando la hambruna.
El 18 de marzo, Israel terminó unilateralmente el acuerdo de alto el fuego, provocando desde entonces 5 000 muertes más y 17 000 heridos, según fuentes médicas.
Además, casi dos millones de personas han sido desplazadas forzosamente, concentrándose en Rafah, cerca de la frontera con Egipto, donde viven en condiciones inhumanas.