
La decisión de Renfe de suprimir paradas en el AVE que comunica Madrid y Galicia en varios puntos de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, a petición del alcalde de Vigo, Abel Caballero, y a la que ha atendido con primor Óscar Puente, actual ministro de Transportes, ha recibido una significativa contestación social en las calles la semana pasada. Ha habido importantes movilizaciones en las localidades y comarcas más afectadas: Medina del Campo, Segovia y Sanabria, así como otra en Zamora capital. Hacía tiempo que no se veía una manifestación tan considerable en la comarca de Sanabria como la que tuvo lugar junto a la estación de Alta Velocidad de Otero, con más de 3.000 asistentes.
Óscar Puente y Abel Caballero son los principales responsables de este atentado. El actual Ministro de Transportes, al que tuvimos ocasión de conocer a fondo en sus labores como alcalde de Valladolid, es un bocachanclas sin ética ni coherencia en su línea de trabajo. En cuanto al alcalde de Vigo, que también fue Ministro de Transportes con Felipe González entre 1985-1988 -y cuyo mérito principal en la gestión municipal de la ciudad gallega es la iluminación megalómana navideña-, pretende perpetuarse en el cargo con medidas populistas de baja estofa, como esta maniobra para que se supriman paradas en el recorrido del AVE; medida que no tiene utilidad desde el punto de vista técnico o de la eficiencia, pero que es todo un trofeo electoralista.
La resolución tomada profundiza en la dinámica de abandono y vaciamiento de nuestra tierra, particularmente de comarcas y provincias especialmente despobladas. Resultan particularmente afectados los sectores sociales más dinámicos -trabajadores y estudiantes- que se ven obligados a renunciar a la posibilidad de compatibilizar el hecho cada vez más frecuente de vivir y trabajar en diferentes localidades. La otra opción es simplemente emigrar. Particularmente liquidadora es la agresión contra Sanabria, una medida que afecta no solo a su comarca, sino también a las colindantes. Como recuerdan los vecinos de esta zona, alrededor de 6.000, tuvieron que ver como parte de sus tierras fueron expropiadas para la construcción de un sistema ferroviario que ahora no va a prestarles servicio porque una parada de 4 minutos parece una concesión inasumible en los despachos ministeriales. Para Sanabria, especialmente golpeada por la falta de infraestructuras y servicios, es la gota que colma el vaso. Que no se recorte un solo derecho más se ha convertido en una cuestión de pura supervivencia.
El 9 de junio entran en vigor los cambios introducidos por Renfe por indicaciones del Ministro, pero los/as usuarios de los trenes no van a resignarse a ver cómo las estaciones de sus municipios se convierten únicamente en estaciones de paso y anuncian una larga lucha para revertir las consecuencias de este ataque. L@s comuner@s del siglo XXI estaremos con ellos/as en defensa de nuestra tierra y contra su vaciamiento planificado. Óscar Puente y Abel Caballero no se saldrán con la suya.
Si el AVE no para, no pasa. Castilla comunera para vivir.