
En los últimos meses, especialmente semanas, asistimos a un proceso de deterioro intenso del Régimen del 78, gestionado actualmente por el PSOE y sus aliados político-parlamentarios; esa gestión sería sustancialmente similar e incluso peor de recaer en el PP y sus aliados, que, por cierto, coincidirían con algunos de los que hoy apoyan a Pedro Sánchez.
El Gobierno de Pedro Sánchez ya cumplió su papel histórico, y es por ello que su permanencia está sometida cada día a mayores dificultades; eso no quiere decir que vaya a caer mañana, ni en los próximos meses, pero tampoco tiene garantizada su continuidad porque ya no es la herramienta preferida de la Unión Europea y el imperialismo en general, que tiene otras alternativas.
Al menos desde el inicio de siglo el Régimen del 78 viene sufriendo un deterioro grave e imposible de ocultar, que afecta a su legitimación social. Ello hace que estos últimos 25 años hayan estado marcados por constantes maniobras para relegitimarlo desde “el poder”, muy especialmente de la mano de Rubalcaba, al que tanto echarán de menos.
Los atentados del 11-M de 2004 en Madrid, de los que aún permanecen muchos puntos oscuros, y la pésima gestión que de ellos hizo el Gobierno de Aznar, posibilitaron un cambio en las expectativas electorales de los comicios del 14-M, tres días después de los atentados. Los sondeos electorales previos señalaban de forma unánime como vencedor al PP encabezado por Mariano Rajoy, pero el PSOE venció con un 42,59% de los votos emitidos, ganando 39 escaños más respecto a los que tenía, hasta alcanzar los 164 diputados.

Es bueno recordar que durante el “aznarato”, que tendría su continuidad inmediata y de forma lineal con Rajoy, el deterioro del Régimen monárquico constitucional alcanzó cotas nunca vistas. En esos momentos “los poderes fácticos” consideraron que un cambio significativo era imprescindible para mantener lo fundamental del Sistema, y de ahí la preparación de la abdicación de Juan Carlos I en su hijo Felipe, materializada en 2014 y gestionada en la sombra por Rubalcaba (pese a que desde el 22 de diciembre de 2011 gobernaba Mariano Rajoy). En ese mismo año, el 15 de mayo, se constituye el Movimiento 15-M, que representa, con todas sus complejidades, otro intento de relegitimación del Régimen, eso sí, planteando algunas reformas menores como la de la Ley Electoral. Finalmente se podría decir que el tiro les salió por la culata, pues la presencia de sectores rupturistas en el 15-M en algunos territorios dificultó o impidió esa maniobra. Del mismo modo que cuando se produjo la abdicación de Juan Carlos I el movimiento republicano estaba en un claro proceso de avance, cuando surgió el 15-M el movimiento popular rupturista también estaba viviendo un ascenso considerable, que había que neutralizar y diluir de una u otra forma; y así fue en alguna medida.
De nuevo estamos en una fase inicial de recuperación de un movimiento popular rupturista que va más allá de la perspectiva institucional, y que de nuevo intentarán quebrar. De momento ya han iniciado la vía represora, siempre a mano, pero no será la única herramienta que utilicen. Es bien cierto que en esta ocasión lo tienen más difícil porque el movimiento popular y las organizaciones que lo dinamizamos hemos madurado sustancialmente, y porque el descrédito del Sistema -no solo en el Estado español, sino en el conjunto de Europa- no ha hecho sino aumentar. Las manifestaciones realizadas este pasado fin de semana en Madrid son elocuentes de lo que decimos: es muy significativo que a la concentración de respaldo a la Unión Europea, con todo el apoyo institucional y mediático, asistiera menos gente (1.000 personas, según Delegación del Gobierno en Madrid) que a la de reconocimiento de la memoria del Regimiento Inmortal, que sin soporte mediático ni institucional contó con la asistencia de cerca de 2.000 personas. Por supuesto, hay que tener en cuenta también el cambio profundo en la coyuntura internacional que, a pesar de todos los pesares, es más favorable a la lucha popular que la de hace 20 o 25 años.
27 millones de soviéticos dieron su vida en la lucha para derrotar el nazismo, siendo determinantes.
Todos ellos ahora forman el “Regimiento Inmortal”.En recuerdo de quienes lucharon y vencieron al nazismo #Victoria80 #ProhibidoOlvidar#NoPasaranhttps://t.co/UqXHzbS2EB pic.twitter.com/ZtIhbc0EH7
— Izquierda Castellana (@IzcaNacional) May 11, 2025
Manifestación en Madrid de homenaje al Regimiento Inmortal

Además de estos indicadores, puramente objetivos, hay otras cuestiones de gran importancia. No es la menor de ellas que el Sistema haga aguas por todas partes, y que cada día se le abran nuevas brechas. La gestión de la Dana, que obviamente fue criminal, no fue responsabilidad exclusiva del PP, como pretenden hacernos creer, sino que fue compartida por el conjunto del Régimen, es decir, por los Gobiernos Central y Autonómico. Los fallos reiterados en el transporte público, especialmente en el ferroviario, tienen su origen -como el de casi todos los problemas- en la avaricia del Sistema y de sus gestores concretos, aparte de la ineficiencia e incapacidad. Parece que empiezan a reconocer, de forma tímida, que la privatización de las líneas ferroviarias repercute en el gravísimo deterioro del servicio. Las causas del apagón del 28 de abril parece que se debieron, como explicábamos en un editorial dedicado a ello, a la gestión incompetente sobre el “mix energético” utilizado aquellos días, contrariamente a lo que los criterios técnicos recomiendan; pero de nuevo la mercantilización manda en este país, en este caso a través de las llamadas “energías limpias y renovables”. Se podría hacer un repaso sobre otras cuestiones afectadas por similares males, como son la educación y la sanidad, pero este editorial se haría excesivamente largo.
En síntesis, hay una tarea principal por delante: la dinamización de la forma más amplia posible del movimiento popular, especialmente el rupturista, entre el que se encuentra de una manera estratégica el movimiento contra la militarización de los presupuestos y la sociedad, es decir, contra el proceso de guerra que Occidente construye paso a paso. De momento, las manifestaciones de Valladolid y Burgos (esta última bajo una intensa lluvia) salieron como estaban previstas, cumpliéndose los objetivos modestos pero adecuados a la realidad actual. Estamos seguros/as de que también en Madrid el 7 de junio se lograrán esos objetivos, igualmente modestos pero que obtendrán resultados muy superiores a la movilización de apoyo a la Unión Europea y sus políticas antipopulares y guerreristas.
Para finalizar este editorial, queremos reiterar una reflexión que solemos hacer: la principal herramienta que tenemos los/as revolucionarios/as para impulsar el movimiento y que éste consiga sus objetivos es la formación. Una formación que no busque la erudición en una concepción burguesa, sino que nos sirva para tener a punto en cada momento las herramientas que nos pueden permitir hacer análisis certeros, científicamente rigurosos y de los cuales se puedan concluir líneas correctas de trabajo. Hemos de profundizar mucho más en ello, porque los tiempos complejos que vivimos están llenos de posibilidades, pero para aprovecharlas hay que mejorar nuestras capacidades colectivas.
Izquierda Castellana, a 12 de mayo de 2025