Más física y menos avaricia e irresponsabilidad

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A medida que vamos conociendo los factores que han podido condicionar el apagón del día 28 de abril resulta cada vez más sorprendente que un episodio similar no haya ocurrido antes. Unos días antes del apagón, de hecho, las condiciones objetivas para que hubiera ocurrido fueron aún peores, según la poca información que se traslada a la opinión pública.

No somos expertos/as en energía ni en los modelos de gestión de las redes eléctricas, pero es nuestro deber como organización militante revolucionaria tener la formación e información imprescindible para poder comprender también este aspecto de la realidad y plantear aquellas exigencias que parten del sentido común y que, desde luego, no están satisfechas por la gobernanza del Sistema.

En materia energética nos vendieron como un gran logro lo que llamaban “excepción ibérica”; el día 28 hemos visto lo que ha dado de sí esa «excepción». Toda la literatura científica a la que hemos tenido acceso sobre este asunto considera la conveniencia de estar integrados en una red más amplia, en particular cuando se están incorporando en la propia red sistemas de generación eléctrica que no son sincrónicas. Por sintetizar la explicación, las fuentes sincrónicas son las tradicionales (las de origen gasístico, nuclear e hidroeléctrico) y las no sincrónicas son fundamentalmente la fotovoltaica y la eólica. Las fuentes de energía sincrónicas tienen algo de gran relevancia, cual es la generación de inercia. Esto es lo que da cierta flexibilidad a esas fuentes energéticas si se producen desajustes. Ese déficit estructural de las fuentes no sincrónicas se puede resolver mediante la instalación de sistemas de almacenamiento (baterías), algo que en el Estado español no se ha hecho más que en pequeñísima medida. Hay instaladas baterías con una potencia de almacenamiento de 3.356 MW, pese a que el Plan de Energía y Clima prevé que para el año 2030 esa capacidad sea de 26.000 MW, unas ocho veces más que la actual. Quedan menos de cinco años y tenemos serias dudas de que esto ocurra, por una razón de peso: construir tales instalaciones supone inversiones importantes y, por tanto, una disminución de los beneficios. Como en todos los sectores del capitalismo, lo prioritario es la avaricia y el beneficio inmediato, sin más consideraciones; esto es particularmente grave en un país como este, donde la supervisión política es débil y negligente, cuando no inexistente.

Fuente: El País

El “mix eléctrico” hace referencia a la composición y porcentaje de las diferentes fuentes de energía que se incorporan en cada momento a la red eléctrica. La proporción de energía no sincrónica no debería superar el 50% del total, y algunos autores afirman que no es conveniente que sobrepase el 30%, especialmente cuando apenas existe capacidad de acumulación. De los 26 GW de producción programada por la red eléctrica para el día 28 de abril, solo 5 GW procedían de energías sincrónicas, es decir, un 20% del total. En los días anteriores hubo porcentajes similares, lo que hace extraño que un apagón como el del 28 de abril no hubiera ocurrido antes.

En La Vanguardia, con fecha de 2 de mayo, se publica un artículo sobre esta cuestión («La red necesita baterías y mejoras para asumir la expansión de la solar«). En este artículo aparece un mapa con la potencia fotovoltaica instalada en las diferentes Comunidades Autónomas. La llamada “España Vaciada”, con muchísima diferencia, cuenta con las mayores cantidades de producción, y similar cuestión ocurre con las eólicas. Solo en fotovoltaica, los territorios castellanos suman cerca de 11.000 MW. Un panorama desgarrador, pero coherente con otros muchos datos e informaciones sobre nuestra tierra. Sin embargo, en la parte del Estado más desarrollada industrial y socialmente, y más cuidada políticamente, incluyendo en este caso a Madrid, la proporción es francamente pequeña.

 Fuente: La Vanguardia

Además de la potencialidad y capacidad de almacenamiento, para prevenir o resolver sucesos como el del 28 de abril son fundamentales las interconexiones. En otros países la energía no sincrónica también tiene una presencia importante, e incluso mayoritaria sobre la producción total. Es el caso de Irlanda, que se maneja con hasta 65% de energía no sincrónica, pero con interconexiones y sistemas de almacenamiento adaptados. Otro caso es el de Texas, donde el 60-70% de la producción de energía tiene origen eólico o solar y donde parece que han resuelto los problemas existentes hace unos años. En Dinamarca, más del 50% de la energía es de origen eólico, pero con estrechas interconexiones con Noruega para evitar problemas como el del pasado apagón.

Fuente: El País

En 2024 las renovables aportaron el 56,8% del mix eléctrico en el Estado español: la eólica un 23,2%, la solar el 17% y la hidráulica, el 13,3%. Por su parte, las nucleares aportaron el 20% y el gas de ciclo combinado un 13,6%. Estas son las cinco fuentes principales en estos momentos, generando en torno al 90% de la energía total.

El Gobierno no está haciendo nada, al menos con carácter público, para que se clarifique el origen y el proceso del desastre del día 28 de abril. Están utilizando la táctica del calamar, emborronar todo para dificultar la investigación de datos y su análisis. La Red Eléctrica española y las compañías privadas hacen exactamente lo mismo. Como ha aparecido en algunos medios de comunicación, dependiendo de cuál sea el origen definitivo, habrá posibilidad de reclamar indemnizaciones a la administración o a las empresas privadas, compensaciones que serían muy cuantiosas.

Ya iremos viendo qué ocurre con Portugal, país que se ha visto envuelto en un auténtico problema, en principio sin comerlo ni beberlo; aunque la capacidad de presión del capitalismo es muy potente, el Régimen político portugués no está tan degradado y vendido a los intereses de las diversas empresas, incluyendo las eléctricas y la banca, como en el caso español.

Somos escépticos/as de que por las vías institucionales, incluyendo la investigación de la Audiencia Nacional -que parece más una pataleta que un planteamiento riguroso-, se llegue a conocer medianamente la verdad. Por nuestra parte, intentaremos seguir profundizando lo máximo posible en esta cuestión de grandes repercusiones sobre la vida cotidiana del conjunto de la sociedad.

Por último, queremos hacer una reflexión sobre el trato absolutamente protofascista que han recibido desde la Administración las personas afectadas por el apagón. Nos referimos especialmente a aquellas que se quedaron tiradas sin poder coger su tren, entre las que había ancianos de más de 90 años, así como niños pequeños e incluso bebés, o a quienes se quedaron tirados en las vías del metro o del ferrocarril. En el mejor de los casos se les ofreció la posibilidad de dormir en las propias estaciones, y aún así con limitaciones. Están preocupados por las indemnizaciones a las empresas; sería muy conveniente que hubiera una demanda social lo más fuerte posible para que fueran indemnizadas las personas que sufrieron una repercusión directa tal día, como en los casos que acabamos de describir. En los alrededores de la Estación de Atocha o de Chamartín hay numerosos hoteles y hostales que a buen seguro tendrían camas libres. ¿A nadie se le ocurrió que una persona mayor de 80 años era merecedora de utilizar alguna de esas plazas para dormir? Ya no hablamos de las cuestiones de higiene, alimentación, etc. Eso sí, se movilizaron miles de miembros de las fuerzas del Orden Público y se estuvo valorando la del Ejército por si había algún incidente en la calle. La gente demostró que tiene una madurez extraordinaria, mucho más que la de los gobernantes del Estado, y también un aguante impresionante.

Izquierda Castellana, 2 de mayo de 2025

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