
El dolor ensombreció ayer de nuevo las viejas cuencas carboneras, con una tragedia que desató, en principio, sorpresa. Cuando parecía que la minería energética se había extinguido en la provincia de León, retornó con fuerza a las noticiarios nacionales para presentar un nuevo siniestro mortal que segó cinco vidas y dejó cuatro trabajadores heridos. Ocurrió en territorio asturiano, pero a escasa distancia de Laciana, en la conocida explotación de Cerredo, donde ya hubo víctimas mortales en otros momentos y que, al parecer, tenía licencia para realizar exploraciones de investigación para determinar la posibilidad de recuperarla para producir grafito. Ese es la pauta legal que se dio a conocer ayer pero, desde el primer momento, fueron las propias autoridades asturianas responsables las que plantearon que habrá que investigar a fondo lo ocurrido.
El nuevo siniestro llega cuando aún no ha cicatrizado el último. El que acabó con la vida de seis personas, hace más de una década, en el pozo Emilio del Valle. Ni siquiera hay sentencia. No ha llegado a las familias ese escaso consuelo que generaría conocer la verdad judicial. No se puede obviar que son casos especialmente complejos, con ramificaciones empresariales, de seguros, de responsabilidades… que generan ingente material legal a estudiar y complejas hipótesis técnicas sobre lo ocurrido, por la destrucción que genera la propia explosión bajo tierra. Pero no parece admisible tanto tiempo de espera. Y quizá sea ahora un elemento de preocupación añadida para las familias de los mineros muertos y heridos en la jornada de ayer, por esa sensación sobre lo que les aguarda. Con tiempos inaceptables, como está ocurriendo en el caso del accidente de 2013 en Llombera.
Por respeto a las víctimas, a las familias y a la sociedad, en general, desde un trabajo riguroso con la necesaria prudencia y responsabilidad, hay que agilizar las explicaciones y fijar las responsabilidades.
La tragedia vuelve a la mina con más dudas si cabe que nunca
Una bolsa de grisú, gas presente en las minas de hulla que al contacto con el aire provoca fuertes explosiones, parece estar detrás de la que este lunes ha costado la vida a cinco personas, todas ellas vecinas de la comarca leonesa de Laciana, y provocado heridas graves a otras cuatro que estaban trabajando en el interior de la mina de Cerredo, en el concejo asturiano de Degaña.
Ésta es la principal hipótesis que baraja tanto la Brigada de Salvamento Minero como la Policía Judicial, según ha informado la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, que se ha desplazado hasta esta mina situada en el suroccidente asturiano.
La explosión tuvo lugar hacia las 8:45 horas, y aunque en la primera llamada al Servicio de Emergencias sel Principado (SEPA) a las 9:32 se comunicó que había habido una explosión provocada por problemas en una máquina, las primeras investigaciones apuntan a que fue debida a un embolsamiento de grisú.
En el momento de la explosión, los operarios estaban realizando trabajos con un permiso de explotación relacionado con un posible uso de mineral para la fabricación de grafito, según ha detallado el portavoz del gobierno asturiano, Guillermo Peláez.
Tras el accidente, fue movilizada la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, que trasladó a cuatro brigadistas y a su director en el helicóptero del 112 de Asturias, y a tres más por carretera para colaborar en el rescate de los atrapados.
Todos los fallecidos y cuatro de los heridos son vecinos de la comarca leonesa de Laciana, mientras que uno de los heridos, que ha sido trasladado con heridas muy graves hasta el Hospital Universitario Central de Asturias (Huca), en Oviedo, es vecino de Degaña.
De los otros cuatro heridos, los dos más graves fueron trasladados hasta Villablino: un hombre de 39 años con quemaduras que desde allí fue evacuado en ambulancia al hospital de El Bierzo y otro de 47 años que fue derivado en un helicóptero al Complejo Asistencial Universitario de León con graves quemaduras.
Un cuarto herido de 36 años que presentaba un traumatismo en la cabeza fue trasladado inicialmente hasta el Hospital Carmen y Severo de Cangas del Narcea, y desde allí al HUCA de Oviedo para realizarle pruebas complementarias.
El «zarpazo» del grisú
«Es un momento de muchísimo dolor», ha declarado a los medios visiblemente emocionada la delegada del Gobierno, que ha asegurado que «a cualquier asturiano le afecta muchísimo porque es recordar otros accidentes y volver a sufrir lo mismo y ver cómo la mina se cobra la vida de jóvenes que tenían toda la vida por delante».
Para Lastra, lo importante ahora «es saber lo que pasó», aunque todo apunta y se trabaja con la premisa de que se debió al gas grisú.
Según la delegada, al conocerse el accidente, se movilizaron todos los efectivos de emergencia y grupos de rescate, y también se recibió una llamada de la Unidad Militar de Emergencias (UME) por si era precisa su colaboración.
La consejera de Transición Ecológica, Industria y Comercio, Belarmina Díaz, también se ha desplazado hasta el lugar para expresar la «absoluta consternación» del Gobierno asturiano tras el accidente en la mina, trasladar sus condolencias a las familias de los fallecidos y desear una pronta recuperación a los heridos.
«El grisú ha pegado un zarpazo, parece ser, y ahora toca acompañar a las familias en este momento de tremendo dolor. No sabemos todavía lo que ha podido pasar», ha sostenido antes de recalcar que «se van a investigar todos los detalles» de este siniestro.
Proyecto de investigación
Inaugurada en 2009 como una de las más modernas de España , la mina de Cerredo se encontraba prácticamente sin actividad desde hace siete años, aunque desde el verano pasado la empresa Blue Solving contaba con autorización para un proyecto de investigación sobre usos alternativos al carbón.
Según ha comentado la consejera de Industria, en el punto en el que se produjo el accidente mortal se estaban ejecutando trabajos «normales en un permiso de investigación complementaria».
El último accidente en el interior de esta mina, caracterizada por tener un túnel de varios kilómetros por el que pueden entrar camiones de gran tonelaje, tuvo lugar el 25 de agosto de 2022 cuando falleció un trabajador y otro resultó herido, aunque en esa ocasión tuvo lugar cuando ambos se encontraban en el exterior y perdieron el control de un vehículo.
Una bolsa de grisú, posible origen de la explosión en la mina de Asturias