
Dicho con toda humildad, creemos que es importante constatar cómo el devenir histórico coincide en lo fundamental con los análisis y previsiones que venimos haciendo en la última década en nuestros editoriales, y muy especialmente en los últimos tiempos. Como reflexionábamos, el escenario de Oriente Medio es el elegido por el nazisionismo -el imperialismo de los EEUU de la mano del Estado de Israel- para impulsar la guerra. Ésto es una buena razón para reforzar la confianza en nuestros análisis teóricos, pero obviamente se trata de una contribución totalmente insuficiente a nuestra obligación como movimiento popular castellano. A esa cuestión –la de aportar análisis correctos en el plano teórico– hay que añadir la imprescindible y vital necesidad de contribuir con líneas prácticas de trabajo, iniciativas de acción útiles a la sociedad para que ésta pueda defenderse de la forma más eficaz posible de las agresiones del imperialismo en general y del capitalismo europeo en particular, y construir alternativas a éste, que en su etapa final de existencia se ha vuelto más peligroso que nunca por la temeridad de su aventurerismo e irracionalismo. “Si hay que morir, que sea matando”, tal es la máxima que les entusiasma y de la que ahora son portavoces algunas mujeres de las que han adquirido una especial notoriedad en la responsabilidad de dirigir la UE; como es obvio, lo determinante en los posicionamientos políticos es la ideología a la que cada cual se adscribe, no su sexo.

El Gobierno de Pedro Sánchez, genuino representante en el Estado español de la decadente deriva del capitalismo europeo y del Partido Demócrata Americano, avanza a toda máquina y empuja en esa degradación a una buena parte de los apoyos que posibilitaron el actual Gobierno, con la honrosa excepción del BNG-UPG. Es lamentable ver a los/as portavoces de ERC y EH Bildu adoptando la más vergonzante de las actitudes en un político: no hablar con claridad y asumir sin pudor la jerga de los políticos profesionales pertenecientes a la mafia institucional. No se oponen a los presupuestos de guerra, pero comunican su postura con la boca pequeña y con un lenguaje que intencionadamente es de muy difícil comprensión, conocedores de que la mayoría de sus votantes no comparten sus planteamientos guerreristas; pretenden mantener ocultos sus auténticos posicionamientos, esperando que a su base electoral le suceda lo mismo que a la rana de la fábula: calentada poco a poco en el caldero hasta que, cuando se percata de que la están cociendo, es ya demasiado tarde para reaccionar. No está de más reflexionar una vez más sobre el origen de esta cuestión: la mayoría de los políticos profesionales del Régimen en cualquiera de las variantes del arco parlamentario viven en unas condiciones de privilegio que ni sus conocimientos ni capacidades les permitirían si tuvieran que vivir de una profesión u oficio como la mayoría de la gente. Este es el “secreto” de su continua y descarada venta al poder.
Pedro Sánchez es política e ideológicamente hablando un auténtico degenerado. No tiene el menor reparo en renunciar a cualquier criterio ético o democrático por mantenerse en el poder. Su relato sobre la militarización y la guerra a la que ya nos ha incorporado, impulsada desde la UE y el Reino Unido, es bochornoso. Intentará avanzar en esa senda criminal sin dar cuenta de ello en el Parlamento, sabiendo que aun con todas las limitaciones de esa institución, podrían surgir, y de hecho surgirían, elementos poco convenientes para el mantenimiento de su mayoría de Gobierno.
Vivimos en un momento histórico en que la globalización política y militar es cada vez más intensa y extensa, condicionando lo que ocurre en cualquier lugar en gran medida y casi de forma absoluta. La puesta en pie de una estrategia antimilitarista y antiguerrerista es una de las prioridades del movimiento comunero del siglo XXI; no va a ser un proceso rápido ni sencillo, porque hay muchas fuerzas jugando a la contra. En este sentido, las convocatorias precipitadas, comprendiendo la subjetividad de quien las hace, nos parecen un tremendo error político. Hay que hacer las cosas con la mayor profesionalidad, porque es la única manera de que salgan bien. La defensa de los servicios públicos y de las condiciones de vida de las gentes del común, así como el freno al proceso de deterioro intencionado de la naturaleza son también otras de nuestras prioridades de trabajo. La ofensiva brutal de este “curioso capitalismo verde” (que teóricamente surgió para salvar al planeta) inunda nuestro territorio de placas solares, aerogeneradores y macrogranjas, entre otros, está recibiendo ya una importante respuesta social, en buena medida espontánea, que desde luego merece nuestro pleno apoyo.
En cuanto a la Sanidad, asistimos el pasado sábado en la Comunidad de Castilla y León a un intento de “apropiación indebida” del movimiento en defensa de la Sanidad Pública por parte de CCOO y UGT, maniobra que han hecho de forma progresiva sin enseñar inicialmente sus cartas, pero que quedó al descubierto en la manifestación del día 15 de marzo, y particularmente en el acto con que ésta concluyó. A esta movilización asistieron 5.000 personas según la Policía, 25.000 según los convocantes y entre 7.000 y 8.000 según un conteo realizado de manera independiente; por supuesto, los autobuses eran gratis e iban acompañados del tradicional bocadillo que se daba en movilizaciones de triste recuerdo. El movimiento en defensa del Sistema Sanitario Público en Castilla y León, con una importante fortaleza en la época pre-pandémica, convocó sendas manifestaciones en enero de 2018 y 2019, con una asistencia reconocida por todos los agentes, incluyendo la Policía, de 30.000 y 50.000 personas respectivamente; este movimiento empezó a sufrir agresiones desde su interior por parte de quienes se mostraban francamente preocupados por el protagonismo que tenían en el mismo aquellos sectores menos vinculados a partidos políticos con intereses electorales. A pesar de ello, las Plataformas siguieron teniendo una dinámica de acción en los ámbitos local y comarcal. La convocatoria de CCOO y UGT, desplazando a las Plataformas cuyo trabajo había dado evidentes muestras de utilidad social es, en nuestra opinión, un intento de liquidación de la autonomía de un movimiento no controlado por las fuerzas del Sistema. No tenemos nada que recriminar a que CCOO y UGT se posicionen a favor del Sistema Sanitario Público, pero lo primero que tendrían que ser es coherentes, no apoyando la continuidad de Muface, a través de la cual se transfieren directamente varios miles de millones a las empresas sanitarias privadas (Asisa y Adeslas), u oponerse a los convenios que se vienen firmando últimamente en las empresas más importantes a favor de planes privados de pensiones. Si el movimiento obrero estuviera en buenas condiciones, y sus reivindicaciones satisfechas, entenderíamos ese desplazamiento de CCOO y UGT hacia otras tareas, que en el caso de Castilla y León están razonablemente cubiertas por las Plataformas en Defensa del Sistema Sanitario Público. Pero es obvio que esto no es así: la Reforma Laboral, tal como la aprobó el PP, sigue en su mayoría vigente, por mucho que pretendan convencernos de otra cosa, así como la precariedad laboral, especialmente en la pequeña empresa. Pero no es la primera vez que ocurre: los procesos de apropiación indebida se dieron desde los inicios de la Transición, y CCOO y UGT, así como los partidos políticos con los que tienen mayor conexión, llevaron adelante un proceso para hacerse con el movimiento sindical, vecinal, etc. No pueden permitir que nada con una cierta capacidad de enganche social significativo funcione autónomamente sin ser controlado por sus dirigentes. No hay que olvidar que CCOO y UGT son herramientas estratégicas del Régimen del 78, aunque en ellas participe gente con buena voluntad y prácticas mayoritariamente positivas. Para que no consigan tales objetivos hemos de ser beligerantes en el plano ideológico-político y desenmascarar ese tipo de maniobras.
El incremento de la represión, a la que ya estamos asistiendo (Casos de la Suiza, Rodea el Congreso, activistas de la PAH, etc.), irá in crescendo en los próximos tiempos. Es otra de las vías que utilizan para intentar que no se construya un movimiento popular socialmente amplio que confronte con sus planes guerreristas. Por supuesto, el poder mediático también ha de jugar un papel protagónico. La batalla que se está dando en el seno de PRISA entre el Gobierno y el presidente del Grupo, Joseph Oughourlian, y que aparece bien reflejado en un artículo de El País, es muy significativo. Ninguno de esos dos sectores en pugna están porque los medios de comunicación sirvan objetivamente al movimiento popular, pero en un intento de rizar el rizo, hay algunos, los menos inteligentes, que pretenden que haya una defensa cerrada del Gobierno de Pedro Sánchez, algo por otra parte cada vez más difícil; los sectores con una cierta inteligencia, en cambio, entienden que ese camino les llevará a tener más problemas de credibilidad de los que ya tienen. Son conflictos secundarios, pero interesantes, dentro del bloque dominante.
En las últimas horas, «Israel» ha bombardeado Líbano, Siria y Gaza, mientras Estados Unidos sigue bombardeando a Yemen, atacan 4 países a la misma vez pero acusan de terroristas a los bombardeados.
Mientras ocurre este baño de sangre, Europa asegura que el peligro es Rusia. pic.twitter.com/Rr3926uZ1e
— Daniel Mayakovski (@DaniMayakovski) March 18, 2025
Los hechos ocurridos en las últimas horas en Palestina, Yemen y en general en Oriente Próximo, son la expresión de que la intensificación de la guerra en esa zona del mundo ya ha empezado, dando continuidad a los aspectos más genocidas de tal conflicto. Posiblemente veremos cómo las provocaciones hacia Irán aumentarán hasta que este Estado se vea obligado a intervenir directamente. En los otros dos grandes escenarios de guerra (Europa Oriental y Mar Meridional de China) no parece que a corto plazo se vaya a resolver el enfrentamiento. La propuesta de Trump sobre Ucrania, aceptada con condiciones por Rusia, podría ser una vía, pero la mayoría de los países de la UE ya han manifestado que son inadmisibles y que, de aceptarlas, supondrían un grave peligro para Europa. Su teoría es que Rusia está preparando la invasión de los Países Bálticos, Polonia y otros, a sabiendas de que es una completa falsedad, pero una que les es útil para continuar su línea de acción criminal. Y a la cabeza, el Presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez. Algún día pagará por todo ello.
Izquierda Castellana, 18 de marzo de 2025