[Madrid] Fondo de inversión americano Blackstone impulsa polémico proyecto urbanístico en espacios naturales de Cercedilla

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La organización ecologista Ecologistas en Acción ha presentado 29 alegaciones contra el Plan Parcial que busca urbanizar la dehesa de Los Arroyuelos, un espacio natural ubicado en el término municipal de Cercedilla, en la Sierra de Guadarrama. Este proyecto, impulsado por Inversiones Inmobiliarias Canvives, una filial del fondo de inversión estadounidense Blackstone, ha generado una fuerte controversia por su impacto ambiental y las irregularidades en su tramitación.

La dehesa de Los Arroyuelos, un enclave de más de cinco hectáreas situado a más de 1.140 metros de altitud, alberga una rica biodiversidad, con más de 1.000 árboles protegidos, entre robles, fresnos y encinas, además de afloramientos de agua y una fauna diversa, especialmente aves. Este espacio, que forma parte de la Reserva de la Biosfera «Cuenca Alta del Manzanares» y está cerca de áreas protegidas como el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, podría ser destruido si el proyecto urbanístico sigue adelante.

Blackstone, detrás del proyecto

El fondo de inversión Blackstone, conocido por su agresiva estrategia de adquisición de activos inmobiliarios en todo el mundo, ha adquirido recientemente la propiedad de la dehesa de Los Arroyuelos. A través de su filial Inversiones Inmobiliarias Canvives, ha redactado íntegramente el Plan Parcial que pretende urbanizar este espacio natural. Ecologistas en Acción ha denunciado que el Ayuntamiento de Cercedilla, liderado por su alcalde, ha aceptado sin modificaciones el documento presentado por la inmobiliaria, priorizando los intereses económicos del fondo estadounidense sobre el bien común y la protección del medio ambiente.

Irregularidades en el proceso

La organización ecologista ha señalado numerosas irregularidades en el proceso de aprobación del Plan Parcial. Entre ellas, destaca que el Ayuntamiento no ha puesto a disposición del público la documentación completa del expediente, incluyendo informes jurídicos y técnicos, limitándose a publicar únicamente la información proporcionada por la inmobiliaria. Además, el período de alegaciones se anunció con el plazo mínimo legal de un mes, lo que dificulta la participación ciudadana.

El Plan Parcial también exime a la inmobiliaria de construir el porcentaje de viviendas de protección pública requerido por ley y traslada al Ayuntamiento los costes de expropiación y construcción de dos calles de acceso, así como los gastos de mantenimiento de la urbanización. Estas condiciones, según Ecologistas en Acción, benefician desproporcionadamente a la empresa propietaria en detrimento de los intereses generales.

Impacto ambiental y social

La urbanización de la dehesa de Los Arroyuelos supondría la tala de alrededor de 700 árboles protegidos y la destrucción de un paisaje de alto valor ecológico y paisajístico. Ecologistas en Acción ha criticado que el proyecto no tiene en cuenta la importancia de conservar los espacios naturales en un contexto de emergencia climática y calentamiento global. Además, la organización ha subrayado que la justificación del Plan Parcial, basada en la necesidad de «completar la colmatación y la trama urbana», no responde a una lógica urbanística que priorice el bienestar de los vecinos y la conservación del medio ambiente.

Llamamiento a la acción

Ecologistas en Acción ha hecho un llamamiento a los vecinos de Cercedilla y a los concejales del Ayuntamiento para que defiendan la dehesa de Los Arroyuelos y rechacen este proyecto. La organización ha recordado a los ediles que su deber es velar por el interés general y no por los intereses particulares de una inmobiliaria. Asimismo, ha instado a iniciar los trámites para declarar la dehesa como Suelo No Urbanizable Protegido, garantizando así su conservación para las generaciones futuras.

La polémica en torno a este proyecto refleja una vez más la tensión entre el desarrollo urbanístico y la conservación del medio ambiente, especialmente en áreas de alto valor ecológico como la Sierra de Guadarrama. Mientras el fondo Blackstone avanza en sus planes, la movilización ciudadana y ecologista podría ser clave para evitar la destrucción de este emblemático espacio natural madrileño.

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