[Castilla y León] Las plantas de biogás amenazan con inundar la Comunidad con 101 proyectos en trámite

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Hay 81 expedientes de nuevas granjas porcinas que sumarán más de 330.000 cabezas a la cabaña, mientras las plantas energéticas suponen multiplicar por 33 las existentes.

Los bodegueros se oponen a 14 instalaciones en Ribera del Duero.

Un total de 101 proyectos de plantas de biogás y 81 de nuevas granjas porcinas. Es el número de expedientes que tramita la Dirección General de Infraestructuras y Sostenibilidad Ambiental, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio. Todas las granjas superan la capacidad de 750 madres, o lo que es equivalente en Unidades de Ganado Mayor (UGM), la de 2.500 cerdos de cebo. En conjunto, superan las 330.000 plazas para incrementar la cabaña porcina de la Comunidad en más de un 7%.

En cuanto a las plantas de biogás, hay que subrayar que en el momento actual solo funcionan tres de nueva generación en toda Castilla y León, capaces de procesar entre 150.000 y 200.000 toneladas de residuos al año: una en el polígono burgalés de Villalonquéjar, otra en el municipo palentino de Venta de Baños y la última en Ágreda (Soria). Poner en funcionamiento 101 supone toda una revolución para el sector, multiplicar por 33,7 la cobertura actual.

Si se tiene en cuenta la abundancia de granjas porcinasSegovia se sitúa en cabeza con 16 explotaciones en tramitación y podrá incrementar su cabaña en 68.574 unidades. La última de la tabla es León, con solo dos granjas para 9.540 plazas. Se entiende como ‘plaza’ a la destinada a un cerdo de cebo estándar.

Por su parte, de los 101 proyectos de plantas de biogás, solo 19 cuentan con información de acceso público. Del total, 97 son de autorización ambiental y 4 de modificación sustancial. La provincia con más solicitudes para instalar estas factorías energéticas es Segovia, con 17 proyectos, mientras Zamora cuenta con 16 y Valladolid con 15.

Plantas de biogás y granjas porcinas en tramitación.E.M.

La mayor inquietud respecto a los nuevos proyectos de granjas porcinas y plantas de biogás se vive en la Denominación de Origen (DO) Ribera del Duero, donde bodegueros y viticultores, por un lado, y ganaderos de porcino, por otro, parecen competir por el mismo territorio: una franja de unos 115 kilómetros de longitud y 35 de anchura; una comarca entera que acoge 26.123 hectáreas de viñedo de la mejor calidad, que dan sustento a cerca de 8.000 viticultores, y cuyo fruto procesan más de 300 bodegas con sus 2.225 marcas comerciales. A la vez, esa misma franja de tierra ya es morada, de hecho, de casi 300.000 cerdos de capa blanca en 116 explotaciones de muy diverso tamaño.

Si este statu quo se mantuviera como está, quizá no habría mayor problema. Pero hay 5 grandes granjas porcinas nuevas en tramitación, con capacidad de hasta 7.200 cerdos de cebo cada una, y otras 9 plantas de biogás, que si llegaran a instalarse en el terreno podrían causar, a juicio de bodegueros y viticultores, muchos perjuicios en la zona.

Así lo denuncia la portavoz de la plataforma de bodegueros de la Ribera del Duero, Yolanda García, elaboradores que se han puesto en pie de guerra frente a las administraciones: «La invasión de este tipo de proyectos pone en grave riesgo el futuro de los proyectos vitivinícolas y enoturísticos que contribuyan al crecimiento económico de la zona», asegura García en respuesta a este periódico.

Desde la Consejería de Medio Ambiente detallan que las nuevas plantas de biogás en tramitación en la Ribera del Duero –nueve de las 101 con expedientes abiertos en toda la Comunidad– tendrían capacidad para procesar entre 150.000 y 200.000 toneladas de residuos al año cada una, y se instalarían, de llegar a término, en Milagros (Burgos), con dos establecimientos; otra en Fuentelcésped (Burgos), cuatro en Langa de Duero (Soria), una en San Esteban de Gormaz (Soria) y otra en Fompedraza (Valladolid).

Por otro lado, los cinco expedientes de Autorización Ambiental de granjas porcinas activos en la Comarca –de los 81 que se tramitan en toda la Comunidad Autónoma–, están en Langa de Duero (Soria), San Esteban de Gormaz (Soria), Gumiel del Mercado (Burgos), Haza (Burgos) y San Juan del Monte (Burgos).

Desde el Servicio de Prevención Ambiental y Cambio Climático de la Junta apuntan, en cuanto a las plantas de biogás, que estas no solo darían servicio a las granjas porcinas para procesar los purines, sino que para elaborar el producto se necesitan otros desechos, entre ellos los de los agricultores y los de las propias bodegas, a las que también darían servicio.

Cinco en Ribera

En cuanto a las cinco grandes granjas porcinas a instalar, si lograran terminar con éxito sus expedientes, sumarían una capacidad de 36.000 cerdos en la Ribera del Duero, pero son 299.351 los que viven ya, de hecho, en el territorio de la más prestigiosa Denominación de Origen (DO) de Castilla y León y una de las más celebradas de España –con permiso de la DO Rueda–. «Bodegas y viticultores priman la calidad de la uva sobre la cantidad», aseguran desde el Consejo Regulador. Tanto es así que se recoge a mano el 72,2% de la producción, dando trabajo a miles de jornaleros en tiempo de vendimia.

Al menos, esos casi 300.000 son los cerdos que pueden vivir en los momentos en que las 116 granjas porcinas de la zona estén al 100% de su capacidad, según los datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. El número es orientativo, el resultado de dividir la cantidad de UGM (Unidades de Ganado Mayor) de las granjas instaladas en la comarca, por 0,12, que son las UGM correspondientes a un cerdo de cebo de 20 a 120 kilos. Para hacerse una idea, si todos fueran lechones de 6 a 20 kilos, cabrían 1.796.106, pues cada uno computa como 0,02 UGM.

Esas granjas se distribuyen en 40 de los 102 términos municipales que comprende la DO Ribera del Duero, pertenecientes a cuatro provincias. Así, de los 60 pueblos que tiene Burgos en esa comarca, 26 tienen una o varias explotaciones, y suman 66 granjas porcinas, con una capacidad de 158.469 cabezas (traducidas las UGM a los referidos cerdos de cebo); Segovia, con 4 municipios en la DO, suma una capacidad de 2.893 cabezas, en las tres granjas instaladas en dos de sus pueblos; Soria, con 19 localidades en la comarca, suma 21 granjas distribuidas en 4 de ellas, con capacidad para 73.628 cabezas, y por último Valladolid, con 19 municipios ribereños, suma 26 granjas en 8 de ellos, para alojar 64.361 cabezas. Eso sí, esta provincia aloja las dos únicas que podrían considerarse ‘macrogranjas’, grandes explotaciones con capacidad para más de 7.200 cabezas, las dos en Pesquera de Duero.

Granjas porcinas en funcionamiento en la Ribera del Duero.E.M.

El Grupo Parlamentario del PSOE en las Cortes de Castilla y León cifró el número de cabezas de porcino en la comarca, sin embargo, en 108.227. Lo hizo en el texto de una Proposición No de Ley (PNL) presentada en la Cámara autonómica el pasado 4 de diciembre. El texto critica duramente el Decreto 4/2020 de simplificación administrativa para la reactivación económica, que permitió agilizar, asegura la formación política, la instalación de estas granjas que han provocado «contaminación de los acuíferos e insalubridad de las aguas», así como una mala imagen para la DO Ribera del Duero.

«Los últimos datos de implantación de granjas porcinas empezaron a ser absolutamente escandalosos a partir del año 2020, hasta alcanzar cotas inasumibles en la actualidad y con previsión de doblar la producción», apunta el Grupo socialista en las Cortes. La misma PNL pone de manifiesto el factor enoturístico, ya que la Ruta del Vino Ribera del Duero es «la segunda más visitada de España» con una afluencia anual de «cerca de 400.000 visitantes». Los datos de la Junta sobre la cría y engorde de cerdos, apunta el PSOE, «reflejan que el número de animales, un total de 108.722, duplica a los 51.788 habitantes residentes en la comarca ribereña en 2023».

La PNL propone que la Junta establezca una moratoria de 6 años «por la que no se podrán instalar granjas de porcino y macrogranjas, ni ampliación de las mismas», y que las instalaciones que se encuentren en tramitación «sean revisadas» para adaptarlas a los requisitos de la moratoria.

Distinta es otra PNL sobre la misma cuestión que también está a la espera de ser debatida en la Cortes autonómicas, esta vez con la firma de Vox. La formación de Abascal ensalza la actividad ganadera pero apunta que «el equilibrio entre agricultura y ganadería no siempre es fácil». Así, termina proponiendo que se establezca un instrumento normativo para las Denominaciones de Origen que establezca «las distancias y exclusiones territoriales necesarias para garantizar que la implantación de las nuevas explotaciones de ganadería intensiva y las ampliaciones de las existentes, no afecten negativamente a los viñedos y bodegas amparados por figuras de calidad». También insta a modificar los planes de gestión de estiércoles y/o purines para garantizar «la coexistencia de ambas actividades».

Opas y Cooperativas

En el otro lado de la moneda, las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) y las cooperativas agroalimentarias de Castilla y León han unido sus fuerzas para mantener una postura común. Asaja, la Alianza Upa-Coag y UCCL, así como Urcacyl (Unión Regional de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla y León), firmaron una declaración conjunta sobre la PNL de VOX en las Cortes de Castilla y León «en la que se plantean cambios normativos para restringir o impedir la presencia de explotaciones de ganadería intensiva en zonas de producción de viñedo».

La declaración conjunta «aboga por la convivencia de la agricultura y la ganadería», apuntaron sus firmantes, y fue enviada a los Grupos parlamentarios y Presidencia de las Cortes; al presidente de la Junta de Castilla y León y a los consejeros de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural y de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, así como a diferentes entidades con responsabilidades en la materia.

Opas y cooperativas exponen que el sector de la ganadería intensiva «está excesivamente regulado en España y en Castilla y León, tanto por normativa horizontal en aspectos medioambientales, como por otra de carácter específico con Decretos de ordenación sectorial». Una regulación que es «reciente, y ha sido fruto de la iniciativa política de quien ha gobernado en cada momento, y de un proceso de consulta con todas las partes implicadas, habiéndose llegado al mayor consenso de los posibles». Por eso, Opas y cooperativas «no consideran necesaria ni oportuna la revisión normativa que se propone en la PNL de Vox, ni en otras similares que pudieran haberse presentado si es el caso, por lo que piden a sus autores la retirada de la misma».

Por otro lado, Opas y cooperativas apuntan que, de no retirarse la PNL, «piden a todos los Grupos Parlamentarios la votación en contra, y, de ser aprobada desoyendo a nuestros representados, piden a la Junta de Castilla y León que, ejerciendo la potestad que le permiten las normas, no la tenga en cuenta en su acción política».

Convivencia

También abogan por «la convivencia de la agricultura y la ganadería en el amplio territorio de Castilla y León, viendo a una como complemento de la otra, y siendo ambas necesarias para contribuir a la generación de riqueza y empleo, así como para asentar población en el medio rural, y proporcionar la mejor materia prima a nuestra pujante industria agroalimentaria».

Por su parte, el Partido Popular no se opone abiertamente ni a lo uno ni a lo otro, una actitud que le reprocha Vox: «Ahora mismo, quien tiene que tomar una decisión es el Partido Popular, bien desde el parlamento, mostrando su apoyo a la Proposición No de Ley ya registrada, tal y como ya estaba acordado, o bien, desde el Gobierno, regulando esta situación mediante Decreto, tal y como el sector vitivinícola le viene demandando al señor Mañueco desde hace años. Mientras tanto y frente a la inacción del PP durante todos estos años, nosotros estamos trabajando con todas las partes implicadas, también con el sector ganadero, en este caso en un Plan de actuación que comprende, entre otras actuaciones, declarar a la ganadería intensiva como sector económico estratégico», aseguran fuentes del partido.

El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, apunta: «Ante la existencia de discrepancias entre el sector del vino de denominación de origen Ribera de Duero y el sector del porcino intensivo, el Grupo Parlamentario Popular consideró necesario, en primer lugar, la búsqueda de un consenso político en forma de una Proposición No de Ley que concitara la aprobación del mayor número de grupos parlamentarios. En segundo lugar, con una PNL aprobada que fijaría un amplio marco de actuación la Junta de Castilla y León, en el ámbito de sus competencias en materia de medio ambiente y ordenación del territorio, procedería a trabajar con los sectores implicados en una regulación que permitiese conciliar los intereses en juego de dichos sectores y solucionase las discrepancias. Todo ello con el conocimiento y beneplácito de las organizaciones representativas de los dos sectores citados».

«En este planteamiento se interpuso la acción individual y unilateral del grupo parlamentario VOX, presentando una PNL sin la búsqueda previa de los consensos políticos necesarios. Esa acción unilateral lo que ha producido es un efecto negativo en la discrepancia, al estar desprovista del necesario consenso político y explicación de los pasos planificados a los sectores implicados», añade Suárez-Quiñones.

«Por ello, entendemos que lo que corresponde en estos momentos es trabajar en la segunda parte de esa estrategia mediante la puesta en marcha desde la Junta de Castilla y León de una comisión de trabajo con los sectores afectados. Todo ello con el fin de buscar ese marco que satisfaga el interés general, así como los legítimos intereses de ambos sectores, de carácter estratégico para la Comunidad», concluye.

Un sector «resiliente» en un entorno global de mucha volatilidad

El sector porcino de Castilla y León comparte la tendencia del español, que «se mantiene firme en un entorno marcado por la volatilidad de los mercados de materias primas, la agresiva política comercial de EEUU y los desafíos sanitarios en Europa». Así lo expone el Responsable de Estrategia Agroalimentaria en Plataforma Tierra del Grupo Cajamar, Pablo Resco Sánchez.

Tal y como detalla en un reciente informe, en España «el sector porcino ha demostrado su resiliencia en un escenario global complejo». La producción se ha estabilizado tras la ligera caída de 2023, manteniéndose como la más sólida de Europa. Aunque las exportaciones han dejado atrás su pico de 2021, el comercio exterior ha encontrado un nuevo equilibrio con una menor dependencia de China y un refuerzo de un mercado estratégico como el japonés y la consolidación del mercado europeo. El consumo interno creció un 3% en el último año, impulsado por la estabilidad económica, lo que ha contribuido a amortiguar la leve caída en las exportaciones.

La cabaña activa sube un 40% con Segovia a la cabeza

El sector porcino en Castilla y León acumula una trayectoria ascendente que se ha acentuado desde hace una década. De 2013 a 2023 la cabaña porcina se incrementó un 39,4% en la Comunidad, de 3.315.740 cabezas a las 4.622.581 de la última estadística con datos cerrados, de 2023. Supone 1,3 millones de cerdos más. Y no solo ha incrementado su cabaña Castilla y León en consonancia con el conjunto nacional –que subió en el periodo, en su caso, un 32,6% hasta los 33,8 millones de animales–, sino que ganó cuota en el total del país, desde el 13,01% que se repartía en 2013 al 13,68% que se adjudicó en 2023.

En la foto más actual de la cabaña porcina de la Comunidad, 1.507.716 cabezas son de lechones y cerdos de menos de 20 kilos; 815.517 son cerdos de cebo de 20 a 49 kilos; 1.795.359 son cerdos de cebo de 50 o más kilos; 3.755 son verracos (machos reproductores) y 501.054 hembras reproductoras.

Granjas porcinas en Castilla y León. E. M.

Por provincias, la que gana holgadamente al resto es Segovia, con 1.353.907 cabezas, el 29,29% del total de la cabaña de Castilla y León. Y eso que tiene menos granjas que Salamanca, 707 frente a 1.357. El quiz está en que Segovia sí es la que tiene más granjas de gran tamaño (de más de 864 UGM, lo que se correspondería con 7.200 cerdos de cebo de 20 a 120 kilos). En concreto, 12 grandes explotaciones segovianas frente a 5 charras. Esta última provincia, la salmantina, sí es la segunda en número de cerdos, 677.928, lo que supone el 14,67% de total.

Zamora sigue a Salamanca en número de cabezas, con 603.568., el 13,06%. Solo una de sus 600 granjas es de gran capacidad. Por detrás quedan Soria, con 539.223 cabezas de porcino, el 11,66% del total (189 granjas, 7 de gran capacidad); Burgos, con 460.834 cerdos, el 9,97% (211 granjas, una de gran capacidad); Valladolid, con 420.576 (252 granjas, 6 de gran volumen); Ávila, con 309.584 animales, el 6,7% del total (210 granjas, 5 de gran capacidad); León, con 131.531, el 2,85% (99 granjas, ninguna de gran capacidad) y por último Palencia, con 125.430 cabezas, el 2,71% del total de la Comunidad (29 granjas, tres de ellas de gran capacidad). Así, el total de explotaciones porcinas en Castilla y León alcanza las 3.654, de las que 40 son de gran capacidad.

En cuanto a los tamaños de estas explotaciones, aparte de esas 40 que los críticos han dado en llamar ‘macrogranjas’, hay otras cuatro tipologías. En primer lugar están las de reducido tamaño, con un número máximo de 5,1 UGM (un máximo de 42 cerdos de cebo de entre 20 y 12 kilos), grupo al que pertenecen 627. En el demominado ‘Grupo primero’ están las de entre 5,1 y 120 UGM (hasta 1.000 cabezas de porcino), de las que hay 1.391; en el ‘Grupo segundo’ las de entre 121 y 480 UGM (hasta 4.000 cerdos), de las que hay 1.328 y, por último, en el ‘Grupo tercero’ las de entre 481 y 864 UGM (hasta 7.200 cerdos) hay un total de 268.

Desde la interprofesional del porcino de capa blanca, Interporc, recuerdan que España aplica el modelo de producción europeo, cuyos estándares de calidad y seguridad alimentaria «son los más altos del mundo, lo que asegura el bienestar de los animales, la seguridad y calidad de los alimentos y la sostenibilidad de la actividad».

Se trata de un modelo que «se basa en 4 pilares: bienestar animal, sanidad animal, alimentación animal, y prevención y control integrados de la contaminación». Todo ello, sumado a un «riguroso sistema de trazabilidad» que permite seguir todo el proceso de un producto desde la granja hasta la mesa, «redunda en una forma de producción sostenible que no solo mejora la calidad de vida de los animales, sino también consigue una mayor calidad del producto», concluyen.

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