Sánchez, el comodín de la baraja del Globalismo

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No deja de ser curioso que un personaje como Pedro Sánchez, con una absoluta disponibilidad para decir una cosa y la contraria, o dispuesto al incumplimiento de sus promesas electorales (el caso de la no derogación de la Ley Mordaza es una de las más evidentes), pretenda abanderar la resistencia a lo que el califica como la “tecno-oligarquía”, es decir, el poder de los medios digitales, por supuesto con una cohorte de personajes que le siguen en ese cometido. Obviamente la mentira y la manipulación mediática existen, y existían mucho antes de la era digital, pero ahora no están exclusivamente en sus manos ni en las manos de los partidarios de la globalización (el Partido Demócrata Americano y sus aliados en el mundo); y por tanto, les perjudica en muy diferentes ámbitos, muy especialmente en el electoral.

Pedro Sánchez, ¿cómo no?, se ofrece a ser el abanderado de tal aventura globalista. Combatir la manipulación y la mentira es muy necesario, pero para que ese proceso tenga algún crédito y sea exitoso se tiene que hacer desde la ética y la defensa de la verdad. Ese desde luego no es el caso de Pedro Sánchez ni del conjunto de su Gobierno. Para ser creíble, lo primero que tendría que hacer es asumir el conjunto de mentiras y manipulaciones en las que se ha basado, y se sigue basando, su propio Gobierno.

IzCa

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