
34 días. Un mes es lo que le ha durado a Mariano el descanso. El pasado 19 de diciembre una familia de marqueses muy cercana a Franco intentaba desahuciarle por segunda vez. Este miércoles lo intentan una vez más, a pesar de su estado de salud, a pesar de que es hipertenso y a pesar de que la última vez, Mariano se desmayó a cinco minutos de que llegase la comisión judicial.
Mariano lleva desde los tres años viviendo en un piso que le cedieron unas monjas en la calle Malgrat de Mar número 8, en el barrio madrileño de Vallecas. Él es una persona hipertensa, con problemas de corazón, duerme con una máquina de oxígeno y no posee ingresos. Se trata de una persona vulnerable y sin alternativa habitacional.
Los vecinos se han concentrado frente al bloque desde primera hora de la mañana y varios activistas han pasado la noche en el inmueble; tres de ellos, de hecho, estaban colgados de la ventana, sujetos a una cuerda que los unía a la puerta de la vivienda, de modo que caerían al vacío cuando la comisión judicial decidiese actuar. Los efectivos que custodiaban la zona bajaron a dos de ellos con una grúa –los que estaban en la fachada exterior– poco antes de las 9.00 horas.
«La casa es de Mariano, no de los cayetanos«, han coreado durante toda la mañana medio centenar de activistas frente al edificio, pese a la lluvia y el mal tiempo. La Policía acordonó el portal y los vecinos tuvieron que concentrarse al otro lado de la calle. En el segundo intento de desahucio, pudieron manifestarse directamente desde el portal.
Los propietarios del inmueble son los Díez de Rivera Elzaburu, una familia que posee al menos cuatro cotos de caza y varias propiedades y empresas. La propietaria de la casa es la hija del III marqués de la Esperanza. Mariano, en cambio, creció en una familia humilde, sus padres llegaron a la capital en busca de trabajo, como miles de familias durante la transición.
La demanda la interponen los seis hijos de Carmen Elzaburu. Los propietarios fueron recibidos entre gritos de «ratas de mierda» y «vergüenza me daría desahuciar a una familia«. Mariano consiguió paralizar el primer intento de desahucio gracias a un informe de vulnerabilidad que reflejaba la falta de ingresos y su delicado estado de salud. La situación sigue siendo la misma que nueve meses atrás.
«La casa de Mariano es propiedad de una familia que tuvo relaciones con el franquismo. Es importante que esta panda de franquistas no nos deje viviendo en la calle como ratas…», ha reivindicado un portavoz de la Asamblea de Vivienda de Villalba en declaraciones a Público. En su barrio, otro vecino enfrenta este jueves un intento de desahucio.
La comisión judicial ha llegado junto a las hijas de la propietaria, sobre las 9.30 horas. «Es importante defender el derecho a la vivienda de las personas vulnerables. Mariano está en una situación jodida, no tiene salida, no le ofrecen alternativa», defienden desde la PAH Vallekas.
Los policías han conseguido acceder al piso por la ventana, mediante la grúa del camión de bomberos, acompañados por un efectivo del cuerpo, mientras los manifestantes gritaban «bombero, tíralos«. Primero trataron de tirar abajo la puerta con una radial, sin éxito. Una activista de la PAH de Vallekas permanecía colgada en la fachada interior del edificio, sujeta a una cuerda que estaba directamente conectada con esa puerta.
Los bomberos se habían negado esta mañana a ejecutar el desahucio, pero «ante la insistencia» de la Policía, terminaron cediendo. Los agentes tuvieron que forzar la ventana.
Siete lecheras en el desahucio de Mariano, 60 identificaciones, nos colgamos para evitar que Mariano se quede en la calle y los señoritos acaparen más casas #DerechoaTecho #MarianoSeQueda #NiUnDesahucioMas #FueraRentistasDelBarrio pic.twitter.com/RFbEkEooVE
— PAH Vallekas (@pahvallekas) January 22, 2025