El ministro de Defensa, Israel Katz, dijo el martes, con respecto a los disturbios en Al-Funduq en Cisjordania, que condena severamente todos los ataques y la violencia contra los palestinos y que «lamenta la tragedia ocurrida».
No hay motivos para dudar del dolor de Katz por los dos colonos que fueron baleados y heridos por agentes de policía mientras participaban en el linchamiento.
Por un lado, la propia condena es difícil de tomar en serio. Katz dejó claro, cuando asumió el cargo de ministro de Defensa, que estaba dando luz verde a la violencia de los colonos cuando anunció –como uno de sus primeros actos en el cargo– que dejaría de emitir órdenes de detención sin juicio contra los colonos.
Cualquiera que quiera entender lo que significa «disturbios» debería ver los videos. En ellos se ve a decenas de colonos enmascarados quemando todo lo que encuentran a su paso (vehículos, edificios, casas) y arrojando piedras en todas direcciones. Una milicia a todos los efectos.
El policía que disparó contra los dos jóvenes está siendo investigado por la división de asuntos internos de la policía por sospecha de uso ilegal de su arma. El agente dijo que los jóvenes pertenecían a un grupo de individuos encapuchados que lo atacaron con gas pimienta a muy corta distancia.
“Algunos de ellos tenían piedras en las manos y empezaron a lanzarlas contra nosotros”, dijo. “Realmente temí por mi vida y disparé varias veces al aire”. Agregó: “Tenía miedo de que me lincharan”.
Una fuente de seguridad dijo que el oficial podría haber abierto fuego pensando que los hombres enmascarados eran terroristas. Activistas de derechas respondieron que debería haber sabido que eran judíos, ya que los perseguía junto con un soldado de las FDI.
La manera más sencilla de conciliar estas dos versiones de los hechos es reconocer que no son contradictorias: hay terroristas judíos. No se puede ignorar que la semana pasada Katz hizo una importante contribución al establecimiento de paralelismos entre terroristas judíos y árabes cuando decidió que «debido a la esperada liberación de terroristas [palestinos] » añadiría su propio apéndice al acuerdo sobre los rehenes cancelando inmediatamente la detención sin juicio de los colonos que se encuentran actualmente detenidos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, también ha contribuido a alentar la violencia de los colonos. El martes levantó las sanciones impuestas por la administración Biden a los colonos que habían participado en actos de violencia contra los palestinos en Cisjordania.
Sólo podemos esperar que la administración Trump recupere pronto el sentido común y se dé cuenta de que, si quiere promover la paz mundial, especialmente en Oriente Medio, la iniciativa de los asentamientos es un serio obstáculo.
El incidente de Al-Funduq es un anticipo de lo que puede ocurrir con un ministro de Defensa imprudente y un primer ministro para quienes preservar la coalición es todo. La única esperanza es que el ejército haga todo lo que esté a su alcance para contener a estas células terroristas judías.