
Este sábado, 11 de enero, más de un centenar de vecinos de Benamira y localidades cercanas se han concentrado frente al Ayuntamiento de Medinaceli para manifestar su rechazo al proyecto de construcción de la planta fotovoltaica FV Caramonte, promovida por Eólica de Medinaceli, S.L.U. Con pancartas, lemas y la participación de niños y mayores, los asistentes han buscado visibilizar su preocupación por el futuro de sus pueblos, argumentando que el proyecto no solo impactará negativamente en el medio ambiente y el paisaje, sino que también agravará la despoblación.
La planta, con un presupuesto de 25 millones de euros, contempla la instalación de 76.388 paneles solares en 87 hectáreas situadas entre Benamira y Esteras de Medinaceli. El proyecto todavía está pendiente de evaluar las alegaciones recibidas al mismo, la mayoría formulada por estos vecinos de Benamira, que denuncian graves carencias en el estudio de impacto ambiental y critican la falta de análisis de alternativas más sostenibles, como emplazamientos cercanos a polígonos industriales o infraestructuras existentes.
Biodiversidad y paisaje en riesgo
Uno de los puntos más controvertidos es la proximidad de la planta a una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), que alberga especies como la alondra ricotí, en peligro de extinción. Según la Asociación de Vecinos de Benamira, el proyecto podría dañar irreversiblemente la biodiversidad local y comprometer el turismo sostenible, uno de los pilares económicos de la zona.
Opiniones divididas
La protesta ha sido transmitida en directo por el programa España Rural de RNE, que hizo su programa del sábado desde el Ayuntamiento de Medinaceli y emitirá el del domingo desde Benamira.
En la mesa de la radio de este sábado han estado varios de los vecinos afectado. Entre ellos, Juan Carlos Millán, ingeniero dedicado a la evaluación medioambiental de este tipo de proyectos, y profundo conocedor del impacto de las energías renovables. Millán ha destacado el desacuerdo de los vecinos con la ubicación propuesta, la cual considera como «un despropósito pues hay muchas otras ubicaciones aquí mucho mejores, aunque ha subrayado que no se oponen a la instalación de renovables en general. Millán ha destacado que «se ha tenido en cuenta para el emplazamiento solo motivaciones de beneficio económico de la empresa».
Por su parte, el alcalde de Medinaceli, Gregorio Miguel Santander, también ha intervenido en el programa presentado por Manolo H.H., defendiendo la necesidad de estos proyectos para generar ingresos municipales, aunque destacando que «con nosotros nadie ha hablado de la empresa para la localización de la planta». En este sentido, el alcalde ha aclarado que «queremos que estas iniciativas lleguen al pueblo, pues dejan ingresos importantes, pero siempre en el mejor emplazamiento posible», ha afirmado resaltando que «con los vecinos afectados tenemos una buena relación de diálogo y no hay ningún enfrentamiento».
También ha salido a relucir durante el programa el enfrentamiento que está generando esta situación con algunos vecinos, en este caso del pueblo que linda con Benamira, Esteras de Medinaceli, que son grandes propietarios de terrenos afectados por la instalación. «A mí me ofrecieron ayer 1.500 euros por hectárea, así que comprendo a los que tienen 10 o 20 hectáreas que les van a caer 30.000 euros al año», ha explicado uno de los manifestantes destacando que «yo no los voy a aceptar porque prefiero que mi pueblo tenga futuro».
Un manifiesto por el futuro de los pueblos
Tras la manifestación, los convocantes han leído un manifiesto que resumió las demandas de los vecinos. En él, se exige una revisión del proyecto para garantizar que las instalaciones se ubiquen en emplazamientos más adecuados desde el punto de vista ambiental y social. «No estamos en contra de las plantas fotovoltaicas, sino de la deficiente gestión que lleva a elegir ubicaciones que no son sostenibles. Tenemos futuro y lo queremos aquí», han concluído.
El debate sobre FV Caramonte pone de relieve el reto de conciliar la transición energética con la protección del entorno y el desarrollo rural sostenible. Para los vecinos de Benamira, la clave está en planificar con responsabilidad, evitando que las renovables se conviertan en una nueva fuente de conflictos territoriales, y acusan a las administraciones de «ponerse de perfil» a la hora de fiscalizar estos proyectos y su impacto en la sociedad.