
El próximo 11 de enero, sábado, los vecinos de Benamira y zonas colindantes se darán cita frente al Ayuntamiento de Medinaceli (Soria) a las 12:00 horas para manifestar su oposición a la construcción de la planta fotovoltaica FV Caramonte. La protesta, liderada por la Asociación de Vecinos de Benamira, busca visibilizar las preocupaciones de la comunidad ante un proyecto que consideran perjudicial para el entorno y la calidad de vida local.
El proyecto, promovido por Eólica de Medinaceli, S.L.U., prevé la instalación de 76.388 módulos fotovoltaicos con una capacidad de 52,71 megavatios. Este se hibridaría con el parque eólico existente y utilizaría la infraestructura de evacuación hacia la subestación de Esteras de Medinaceli. Con un presupuesto de 25 millones de euros, el proyecto ha sido objeto de críticas desde su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia de Soria en agosto pasado.
La planta, que ocupará 87 hectáreas entre Benamira y Esteras de Medinaceli, se situaría cerca de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la Alondra Ricotí, lo que podría poner en peligro la biodiversidad según denuncian desde la Asociación. Vecinos y asociaciones temen que la instalación altere irreversiblemente el atractivo natural del paisaje, con repercusiones negativas en el turismo y las oportunidades de desarrollo sostenible. Desde los convocantes se critica la falta de un proceso inclusivo que contemple la opinión de los residentes antes de aprobar el proyecto.
Numerosos vecinos han presentado alegaciones individuales al proyecto, señalando deficiencias en el estudio de impacto ambiental y la falta de rigor en la evaluación de alternativas. «La empresa presentó tres opciones de ubicación, pero diseñó el proceso para que la suya fuese la única viable», denuncia Juan Carlos Millán, vecino afectado.
Los opositores argumentan que el proyecto incumple distancias mínimas establecidas en la legislación y no respeta la condición de mínima intervención en suelo no urbanizable. Asimismo, proponen emplazamientos alternativos, como zonas cercanas a polígonos industriales, infraestructuras del AVE o la A-2, que reducirían los impactos negativos sin comprometer la rentabilidad del proyecto.
El evento del sábado 11 de enero promete reunir a vecinos, asociaciones y simpatizantes comprometidos con la defensa del paisaje, el medio ambiente y el desarrollo sostenible de Medinaceli. La protesta no solo busca frenar este proyecto en su configuración actual, sino también sentar precedentes sobre cómo se deben gestionar las infraestructuras de energías renovables en zonas rurales. “No estamos en contra de la energía verde, pero queremos que su implementación sea respetuosa con el entorno y la comunidad,” concluyen los vecinos, expresando la esperanza de que las autoridades revisen las alegaciones con detenimiento.