
Este artículo de investigación, fundamentado en fuentes hemerográficas, el cual parte desde un enfoque histórico-social, se centra en el análisis sociopolítico del ciclismo en Castilla, entendiendo esta como el conjunto regional de Castilla la Vieja y Castilla la Nueva. El asentamiento de los new sports, cuya socialización inauguraría el ciclismo, se dio con criterios diferenciales en cada territorio de la España de la Restauración y de la Segunda República. Castilla, dada su industrialización tardía, tuvo un proceso propio, que describió un eje de desarrollo interior-exterior, una génesis transversal en lo ideológico y un desarrollo dual altamente diferenciado. Sería en ese contexto, donde surgiría el objetivo principal de esta investigación, la Vuelta Ciclista a Castilla (1934), la cual trazaría con su recorrido una unidad castellana que evocaba el Pacto Federal Castellano de 1869.
Ibarrondo-Merino, Iker, «Una vuelta diferente: la I Vuelta Ciclista a Castilla en 1934»,Memoria y Civilización, 27, 2, 2024, pp. 405-421.DOI: https://doi.org/10.15581/001.27.2.018
Introducción
Hablar de deporte e historia supone enfrentarse con la generalizada desconsideración que este ámbito ha sufrido por parte de la comunidad científica. Sin embargo, el fenómeno de masas de los new sports1 ha sido una herramienta de política estratégica2 y/o diplomática3, hechos que resaltan su relevancia social. Precisamente, fue esa influencia bidireccional del contexto social y deportivo el motor de la transformación acontecida en el terreno de la historia del deporte. Este campo investigador sufriría un cambio a partir de la segunda mitad de la década de 19604, cuando, tras pasar por diferentes fases5, abandonaría la interpretación «naturalista» de carácter atemporal y narrativo para ser sustituida por un enfoque y comprensión del mismo de tipo histórico-social6, que «exige» ser contextualizado en sus distintos ámbitos7. Concretando este enfoque, lo que se produjo fue una separación en la esfera investigadora entre las actividades físicas premodernas y el deporte moderno8, cuyas diferencias fueron descritas por Dunning y Elias9.
De este modo, esta investigación va a centrarse en el análisis de uno de los deportes modernos, el ciclismo, en un contexto determinado, Castilla10, en los últimos decenios del siglo XIX y los primeros del siglo XX. Se trata de respaldar el estudio de los orígenes e inicios de la Vuelta a Castilla, con el objetivo de cubrir un vacío histórico-deportivo en este territorio, y colaborar así en una comprensión más holgada de su realidad. Para ello, esta indagación se apoyará en las tesis descritas por Bourdieu11, quien apostó por un estudio del fenómeno deportivo amplio y multidisciplinar, así como histórico12, donde se pueden observar las contradicciones sociales, políticas y económicas13. De igual manera, el método empleado para este trabajo será el analítico-sintético y las fuentes prioritarias implementadas van a ser las hemerográficas, ya que estas, dada su capacidad archivística, se tornan en elemento vehicular para el estudio de la historia contemporánea14.
1. Una contextualización necesaria: los orígenes del deporte en España y la singularidad castellana
El deporte llegó a España en torno a 1860 a través de la denominada por Bahamonde «red triangular»15, compuesta por el burgués local, el viajero y el profesional extranjero. Hasta esta fecha la expansión del deporte había sido deficitaria16 y no fue hasta el periodo de la Restauración borbónica17 cuando se experimentó ese desarrollo deportivo, que tuvo una tipología heterogénea según el territorio. Este hecho puede ser constatado en la ubicación de los campeonatos estatales de ciclismo entre 1902 y 1936, donde solo uno de los 35 no se celebró en Cataluña, País Vasco, Sevilla, Valencia y Madrid18. Hemos de destacar que la expansión deportiva se vio homogeneizada por la consolidación de una burguesía que hizo de este fenómeno su seña de identidad19 y que consiguió el favor mediático de una prensa que colaboró en su expansión y consolidación20. El deporte sería en estos tiempos un espacio de encuentro21, a la par que de disputa, entre burguesía y proletariado22 y entre las corrientes liberales y conservadoras23. Así, se establecería una disyuntiva entre los sectores conservadores, aquellos que representaban a una élite defensora de una «modernidad defensiva»24, y los sectores progresistas tendentes a la socialización deportiva y que se identificarían con los cambios acaecidos con la llegada de la II República25. Todo esto pese a que en un primer momento las líneas conservadoras vivenciaron los deportes como una agresión a la cultura patria, cuestión que solventarían concibiendo estos como un elemento de distinción social clasista (gentleman), así como un medio de perfeccionamiento racial con cierta similitud con la idea de caballeros honorables del neo-olimpismo, siendo reacios a su socialización26.
En Castilla el fenómeno deportivo tuvo su carácter propio. Este quedaría definido por tres características. La primera, un desarrollo dual con una temporalidad interprovincial diferenciada, pero con fases comunes27. La segunda, un eje de expansión interior-exterior, que sustituiría al prototipo estatal costa interior28, fruto de la industrialización tardía y asimétrica de Castilla29 y cuyo epicentro deportivo sería Madrid, desde donde se extendería gracias a los estudiantes progresistas influidos por las corrientes deportivas europeas, a otras provincias castellanas como Burgos, León, Toledo, Zamora, Salamanca y núcleos industriales como Puertollano30. Y la tercera, un origen deportivo transversal en lo ideológico, con una preponderancia mayor o menor de unos sectores ideológicos respecto de otros dependiendo de la provincia31.
2. El despertar ciclista
Los primeros usos del «protociclismo» se darían ligados al velocípedo32. Estos usos consistirían en exhibiciones similares a la hípica, que irían virando, a la par que la conversión del velocípedo en bicicleta, hacia paseos colectivos, rutas cicloturistas para disfrute del contexto ambiental, y hacia una práctica deportiva. En torno al fenómeno de las dos ruedas se generó todo un tejido productivo, así como un proceso de socialización encarnado por las sociedades velocipédicas y asistido por diarios específicos de esta disciplina, que veían en este el reflejo de un nuevo estilo de vida emergente33. El ámbito de las dos ruedas se ligó en un primer momento a la aristocracia, ya que era un signo de distinción social, para más tarde vincularse con los ideales de la burguesía34. La potencialidad de este deporte fue tal que consiguió constituir un espacio físico específico, el velódromo, el cual era importante para el desarrollo socioeconómico de las ciudades, cuestiones que ahondaría su proceso de popularización35. El ciclismo sería el primer deporte en organizarse institucionalmente según Domínguez36 y Pujadas Martí y Santacana Torres37, dando lugar a la Federación Española de Ciclismo en 1895. Además, también supondría el punto de no retorno para la socialización deportiva38.
En el marco castellano (Castilla la Vieja y Castilla la Nueva) el velocipedismo-ciclismo39 adquirió tintes propios. Sus inicios se ligaron a la burguesía40, aunque también estuvo vinculado al entorno castrense en algunos puntos como Toledo41. Este tuvo sus primeras entidades en torno a 1870, destacando la Sociedad Velocipedista de Madrid (1878)42, el Club Velocipédico Madrileño (1894), la Unión Velocipédica de España (1894), cuya sección madrileña englobaba Segovia, Guadalajara, Toledo, Ávila, Cuenca y Ciudad Real43, el Veloz Club Riojano (1888)44 u otros clubes en Valladolid y en Palencia45. Del mismo modo, también en esta época se crearon los primeros medios escritos como Valladolid ciclista, Madrid Ciclista o Salamanca ciclista46.
Sin embargo, el asentamiento de este deporte en nuestro territorio de estudio no fue uniforme, sino que reincidiría en ese esquema prototípico castellano de desarrollo deportivo antes descrito, interior-exterior, que tendría su centro dimanante en la villa madrileña47. De igual manera, este proceso evolutivo no siguió una senda lineal, sino que se estructuró en diferentes fases48. La primera,una etapa de lenta incorporación, desde 1870, que sería sustituida en torno a 1890 por una segunda fase de ascenso, caracterizada por prácticas rudimentarias49 en lugares no de uso propio, como la plaza de toros en Santander50 o el frontón Expósitos en Valladolid51, y con una nómina de participantes escasa. La tercera, significada por un proceso de ligero retroceso y crisis con la llegada del final del siglo XIX52, debido al surgimiento de las motocicletas o automóviles, así como a la aparición del fútbol53. La cuarta, acaecida en los primeros decenios del nuevo siglo, con especial énfasis en los años 20, coadyuvada por el abaratamiento de los utensilios ciclistas o la mejora del poder adquisitivo de ciertos sectores de la sociedad, en la que el ciclismo se convirtió en una de las modalidades con más presencia, dando lugar a las primeras competiciones deportivas54. De esta forma se llegaría a una última fase en los años treinta, iniciada en la década anterior, que podemos calificar como de socialización profunda, en la que el ciclismo se convierte en deporte de masas y se asiste a un proceso de organización y reglamentación más férreo (Vuelta a Castilla, 1934), el cual pasaría a su vez por diversas subetapas hasta acabar consolidado como deporte de masas estructurado55. Dicho tránsito, que ya se dejó sentir de forma notable en la década de 1920, se dio en torno a la segunda experiencia republicana, momento en el que ese proceso de socialización llegaría a más sectores de la sociedad produciéndose una mayor democratización de la práctica deportiva, aunque sin consolidarse56.
3. La vuelta de suscripción popular: la I Vuelta a Castilla.
El año 1929 inauguraría en el imaginario colectivo el concepto de la Vuelta a Castilla57, aunque este no fue el primer intento, ya que su proyección, según apunta el diario El Pueblo, ya había tenido lugar en otras ocasiones58. Pero sería en el citado año 1929, cuando tras un llamamiento de la Unión Velocipédica Española (UVE), autoridades de este deporte, periódicos y ayuntamientos acudieran a una asamblea para vertebrar la Vuelta a Castilla. En torno a los meses de junio o julio esta idea iría fraguándose, puesto que, como versaba el diario salmantino El Adelanto, resultaba ridículo que el territorio de Castilla59 no tuviera una vuelta60. En estas fechas el ciclismo castellano contaba ya en su calendario con diversas pruebas ciclistas, entre las que destacaba el campeonato de Castilla61, que se celebró en diversas ocasiones62 con el objetivo de que en la región empezara a conocerse este deporte.
Tanto el campeonato, que se inició en 192163, como la Vuelta a Castilla, posteriormente, denotaban en su recorrido un concepto de Castilla que sobrepasaba los límites histórico-administrativos de los diversos intentos y proyectos de división territorial de España, en los que Castilla quedaba fragmentada en distintas regiones64 o carecía de existencia65. De este modo, estas competiciones dejaban entrever rasgos territoriales del Pacto Federal Castellano (1869)66, el cual apostaba por una unidad castellana y cuyos ecos resonaban en esta etapa67. Supuesto que queda corroborado en los itinerarios que trazarían ambas competiciones, las cuales recorrerían bajo la denominación de Castilla provincias tanto de Castilla la Nueva (Cuenca, Guadalajara o Madrid), como de Castilla la Vieja (Ávila, León, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid o Zamora)68.
Empero, volviendo a los orígenes de la Vuelta a Castilla, hubo que esperar más tiempo para que el proyecto de la I Vuelta a este territorio se pusiera sobre la mesa69. Este intento de 1929 pareció ser decidido y se llegaría incluso a nombrar comisiones, destacando el papel del ciclismo madrileño, cuyas principales personalidades ocuparían cargos relevantes en las comisiones70. Sin embargo, este conato no llegó a materializarse tanto por la parca solvencia económica de los clubes ciclistas como por la falta de impulso de los medios de comunicación e instituciones71, dado que tras estas primeras noticias no volvió a registrarse ninguna otra en la prensa hasta meses más tarde.
En efecto, las noticias sobre la I Vuelta a Castilla volverían a aparecer meses más tarde, esta vez ligadas al Club Ciclista Castellano, club referente del ciclismo vallisoletano fundado en el año 1925 por los sectores más activos de la Unión Deportiva Castellana, que llegaría a impulsar la construcción de un velódromo en la citada villa y en cuya junta destacarían José Guillen, Abdón Torres y Miguel Torres72. Este club proyectaría una Vuelta a Castilla con un recorrido de 775 km, que transcurriría por Valladolid, Aranda de Duero, Burgos, Palencia, León, Zamora, Salamanca, Medina del Campo, Tordesillas y Valladolid y que tendría un premio de más de 20 000 pesetas73.
Sin embargo, este intento tampoco llegó a realizarse y más tarde74, a finales de 1930, una UVE cargada siempre de entusiasmo, aunque no tanto de dinero, buscaría apoyos financieros para hacer realidad el referido proyecto75. Parece ser que la llamada surtió efecto y se conseguiría el patrocinio de empresas automovilísticas recibiendo el nombre de Gran Premio. Pese a esto y a la participación del presidente de la UVE, Emilio Guiserin76, junto a Óscar Leblanc, voces reconocidas del proyecto, este intento, que llegó a tener estructurada en términos económicos y de recorrido la competición, aunque este último punto habría de confirmarse, así como la fecha, no pasaría de eso, un conato.
Finalmente, sería en 1934, cuando el Valladolid Ciclo Excursionista daría el paso de organizar la primera Vuelta a Castilla. Esta iba a tener lugar del 13 al 16 de septiembre pasando por las provincias de Valladolid, Zamora, Salamanca77, Segovia y Madrid. La penúltima jornada sería de asueto, siendo esta previa a la contrarreloj. Tras diversos ajustes, la Vuelta a Castilla quedaría estructurada en tres etapas, la primera con el recorrido Valladolid-Zamora (97 km)-Salamanca (155 km, con descanso de una hora en Zamora)78, la segunda Salamanca-Ávila- Madrid (215)79 y la tercera Madrid-Segovia-Valladolid (205)80. La remuneración económica sería de 60 pesetas para todos los participantes, 1680 pesetas para los finales de etapa, 5320 para la general y 705 para la clasificación general regional, así como otros premios por pasos por pueblos como Tordesillas, Toro, Peñaranda, Villacastín, la Granja o Cuéllar81.
Por su parte, la participación fue fruto de vaivenes. De este modo, si en un primer momento se llegó a confirmar la implicación de más de 70 corredores con el envío de equipos por parte de clubes como el Orbea, el Club Ciclista Balear, el Velo Club Portillo82 y la participación de Carretero, Berrendero, Escuriet, Salom, Bastida, Ruiz Erillo y De Blas —en general, la plana mayor del ciclismo—, finalmente, la misma quedaría reducida a 42 ciclistas de los que solo 22 concluirían la misma83. Entre estos destacarían, aparte de algunos de los ases relatados, corredores más populares como el ciclista cuellarano Bonifacio Murillo84, otros procedentes de Madrid, Salamanca y Valladolid85 o el leonés César Sánchez, el «primer regional» en solicitar la participación en la competición86.
Esos 42 ciclistas fueron testigos y protagonistas de la transformación del Gran Premio de Valladolid en Vuelta, que serviría para que el ciclismo castellano diera el gran paso87 a una competición por etapas que recorrería la geografía castellana y que contaría con el apoyo del pueblo, la I Vuelta a Castilla. Esta afirmación no es una cuestión baladí, pues sería la iniciativa popular la que, sobre todo, haría posible esta competición. Esto se hizo evidente a través de las suscripciones populares para ayudar a participar a ciclistas locales como ocurrió en Santander88 o Zamora89, el apoyo de pequeños comercios90 y/o establecimientos91, así como de clubes deportivos como el UD Salamanca92, el Club Ciclista Salmantino93 o el CD Zamora94. No obstante, la financiación pública también tuvo un papel relevante, ya que diversos ayuntamientos95 o diputaciones96 castellanas colaborarían en sufragar económicamente la carrera como Valladolid97, Zamora o Salamanca98. Del mismo modo, también destacarían pruebas de promoción como la que se llevaría a cabo en Salamanca99, o la radiodifusión de la Vuelta a Castilla a través de la Unión Radio Madrid el día 14100. Esto no debe hacer olvidar el imprescindible papel que tuvieron para la realización de la referida carrera los diversos comités provinciales, que se crearían en Madrid, Segovia, Valladolid y, con toda seguridad, en Ávila y Zamora101.
La realización de esta vuelta por etapas sirvió de pretexto a los promotores de esta iniciativa para realizar una crítica a la poca inversión deportiva en Castilla, comparando este territorio con el vasco102, así como para resaltar el valor del ciclismo de cara a la industria y al turismo equiparándolo, en este caso, con la Volta a Cataluña103. De igual manera, también serviría para interpretar la competición como el comienzo de la reivindicación deportiva castellana en el ciclismo, que había despertado un gran interés y que podía suponer la promoción social de deportistas castellanos, los cuales pudieran competir con otros en igualdad, cuestión que llevaba al Heraldo de Zamora a enorgullecerse como castellanos y zamoranos104. Es importante recordar para contextualizar estas opiniones que, como se puede constatar en la obra de Ibarrondo-Merino105, la diferencia de desarrollos por disciplina hizo que el fútbol, al ser este el deporte más popular106 y, por ende, más valorado, se distanciara del ciclismo en cuanto a la temporalidad en su institucionalización regional (Federación Castellana de Fútbol, 1932107), en su estructuración (campeonatos regionales y mancomunados) y en sus instalaciones (estadios de fútbol en Burgos, Valladolid, Santander, Torrelavega y varios en Madrid)108.
De este modo, con todos estos ingredientes que hemos desbrozado y, pese a algunos aspectos relatados, la salida de la carrera se convirtió en un auténtico festejo popular en cada una de sus etapas109, las cuales llevaban el nombre cada una de un patrocinador (Bazar J, Anís del Mono y Ciclos Orbea y Compañía)110.
La primera etapa resultó un tanto dificultosa: pinchazos, caídas… que marcaron una jornada que transcurrió entre Valladolid-Zamora (97 Km)-Salamanca (155 km) con descanso de una hora en Zamora111. La dificultad no solo se dejó sentir en la carrera sino también desde el punto de vista informativo. En meta se impondría Escuriet con un tiempo de 4 horas, 54 minutos y 57 segundos112, seguido de Pío Torres y, tras ellos, el pelotón, donde destacaron Bastida, Ezquerra, Tuero, Cardona y los hermanos Trillo113. Tanto el club ciclista salmantino como la UD Salamanca se volcarían en el acto. Del mismo modo, también destacaría la colaboración del Estado con motoristas y guardias para mantener el orden y una nutrida asistencia de público114. La segunda etapa transitó entre Salamanca-Ávila- Madrid (215)115. Al paso por Ávila, la media fue de 33 km/h, y esta vez se impondría Cardona por delante de Escuriet y Bastida. La última jornada entre Madrid- Segovia-Valladolid (205)116, pasando por Cuéllar, fue para Ezquerra, por detrás Cardona y Escuriet. Este último se impondría en la «general», seguido en el podio de Salvador Cardona y F. Ezquerra117.
4. Un nuevo intento: la II Vuelta a Castilla.
Tras el éxito de la I Vuelta a Castilla surgiría el proyecto de la II Vuelta a Castilla118, que transcurriría entre el 8 y el 15 de julio. Esta contaría con 8 etapas119, la primera entre Valladolid y Santander (253 km), la segunda entre Santander y Burgos (155 km), la tercera entre Burgos y Logroño (134 Km), la cuarta entre Logroño y Soria (106 km), la quinta sería una jornada de descanso en Soria, la sexta discurriría entre Soria y Segovia (244 km), la séptima entre Segovia y Salamanca (163 km) y la octava entre Salamanca y Valladolid (155 km)120. La segunda edición sería organizada por El Norte de Castilla en colaboración con el Valladolid Ciclo Excursionista, así como diversas asociaciones121, sobre todo las ciclistas122. Por El Norte de Castilla destacarían Eduardo López Pérez o el jefe de publicidad, señor Escudero y por el Valladolid Ciclo Excursionista Nicanor Marcos, así como Andrés Asensio, vicepresidente y su secretario Escudero123. Del mismo modo, mostrarían su apoyo las autoridades palentinas 124 y los ayuntamientos de Segovia, Palencia o Santander entre otros125. Aun cuando no fuera tan necesaria, viendo el apoyo institucional, también destacaría nuevamente la suscripción popular126, así como el apoyo de la casa Orbea127 y de clubes más o menos populares como el Club Ciclista Burgalés128, del presidente del Club Valladolid Deportivo o del Tenis Club del Arco129.
Sin embargo, finalmente, esta vuelta, que llegó a contar incluso con un comité de honor compuesto por Francisco de Cossío130, director de El Norte de Castilla, Gil Robles, ministro de Guerra o Royo Villanova, ministro de Marina131, no recibiría todo el apoyo de estas instituciones132, cuestión que, junto a escollos del comité organizador en las capitales castellanas133 y otras causas de fuerza mayor134, acabaría por hacer que tanto El Norte de Castilla como Valladolid Ciclo Excursionista suspendieran esta edición ciclista135. A pesar de esto, el comité organizador no tuvo reparos en enviar cartas de agradecimiento a alcaldes como el de Santander136, corporaciones y organizaciones deportivas, así como al gobernador civil de Soria, aunque se criticara en términos generales a las mismas. Aun con todo esto, el anuncio tuvo algo de utilidad para el desarrollo del deporte en provincias de índole más rural como Soria, por más que provocara una posterior decepción137. Más tarde volverían a sonar rumores de su posible celebración, pero sin concretarse138 y hubo de pasar mucho tiempo para que esta vuelta resurgiera.
Conclusiones
La evolución del ciclismo en Castilla describió un desarrollo dual, caracterizado por una temporalidad altamente diferenciada entre su centro neurálgico, Madrid, y el resto de las provincias castellanas. Este hecho determinó que la primera prueba ciclista por etapas a la globalidad de la geografía castellana surgiera de forma tardía respecto de otros ámbitos como el vasco o catalán. No obstante, el origen primigenio de este deporte en Castilla fue similar al de otros territorios situándose sus primeras etapas en el siglo XIX.
En el año 1934 se realizó por primera vez la Vuelta a Castilla, la cual describe un concepto de lo castellano, que rompe los límites histórico-administrativos o la carencia de estos, para evocar y reclamar desde la deportividad, una territorialidad castellana unitaria similar a la descrita en el Pacto Federal Castellano. Hecho que puede ser observado tanto en los campeonatos de Castilla como en los proyectos de Vuelta a Castilla o en la referida I Vuelta ciclista a Castilla, que coinciden con la prevalencia de una discusión político-territorial en este periodo, la cual también se puede observar en la articulación de la Federación Castellana de Fútbol.
Esta I Vuelta a Castilla quedaría singularizada por un hecho diferencial como sería la suscripción popular. De este modo, sería el pueblo y sus pequeñas infraestructuras, talleres, bares, comercios, quienes sufragarían de forma mayoritaria la creación de la primera vuelta por etapas de este territorio, pudiéndose llegar a denominar una vuelta del pueblo en su sentido más popular, pues su primera edición apenas recibió un tímido favor institucional, residiendo su viabilidad en el pueblo.
De igual manera, se ha podido constatar como con posterioridad los intentos de realizar nuevas ediciones apoyándose en la iniciativa público-privada, no popular, fracasarían y la vuelta a Castilla no emergería hasta décadas más tarde.
Notas
1 Con este término se hace referencia a los deportes reglados provenientes de Inglaterra, cuyo ejemplo para- digmático sería el fútbol.
3 Ditcher, 2021; Dubinsky, 2019.
10 De aquí en adelante, el uso de este término sin adiciones se hará para referirse al conjunto de Castilla la Vieja y Castilla la Nueva.
14 Gómez e Izquierdo, 2003, p.6.
17 Gómez e Izquierdo, 2003, p. 6.
20 Pujadas Martí y Santacana Torres, 2000.
21 Un ejemplo de esto sería el binomio empresa-club. Bahamonde, 2002.
30 Ferrer Díez, 2014, Munguía García, 2006, Ortega Bariego, 2013, Pizarro Ruiz, 2006, San Martín, 1996, San-
tamaría, 1998.
32 Vehículo primario de dos ruedas denominado así porque la ausencia de pedales hacía que recibiera el impulso del apoyo alternativo de los pies en el suelo. Sería a partir de la inclusión de los pedales cuando este recibiría el nombre de bicicleta.
33 Domínguez Almansa, 2011, Gómez e Izquierdo, 2003.
34 Domínguez Almansa, 2011, Gómez e Izquierdo, 2003.
35 Domínguez Almansa, 2011, Mota Zurdo, 2020b.
37 Pujadas Martí y Santacana Torres, 1994.
38 Domínguez Almansa, 2011, Mota Zurdo, 2020a, p. 22.
42 Gómez e Izquierdo, 2003, p. 71.
44 Fernández, 2004, Mota Zurdo, 2020a y 2020b.
48 Hemos de destacar que sería en torno a 1885, cuando se produciría el tránsito del velocipedismo al ciclismo, Gómez e Izquierdo, 2000.
52 Domínguez Almansa, 2011, Ortega Bariego, 2013.
53 Domínguez Almansa, 2011, p. 78.
54 Ramos Altamira, 2013, Ortega Bariego, 2013, Sánchez, 1995.
57 «La futura vuelta a Castilla», El Heraldo de Castellón, 17 de diciembre de 1929, p. 4.
58 «La I Vuelta a Castilla», El Pueblo, 18 de diciembre de 1929, p. 2.
59 El medio de comunicación emplea el término Castilla sin adiciones.
60 «Algo de la Vuelta a Castilla», El Adelanto, 18 de diciembre de 1929, p. 10.
61 «Calendario de pruebas para la próxima temporada», La Libertad, 1 de febrero, de 1931, p. 7.
62 «Ante el próximo campeonato Castilla en Valladolid. La participación de los corredores palentinos», El Día de Palencia, 25 de septiembre de 1929, p. 10.
63 «El campeonato de Castilla», La Correspondencia de Valencia, 21 de julio de 1930, p. 6.
64 Ejemplo de esto pueden ser el Decreto de Patricio de la Escosura de 1847 o el Proyecto de Constitución Federal
de 1873, entre otros.
65 Conviene aclarar aquí que entre el año 1931-1936 Castilla no existía como territorio administrativo, ya que según lo expuesto en el artículo 8 de la constitución republicana el territorio español estaría formado por regiones, que se constituirían en régimen de autonomía y Castilla, pese a los intentos estatutarios, no llegó a formalizar ninguno.
66 El Pacto Federal Castellano fue un documento del Partido Republicano Federal, firmado por republicanos de las 17 provincias castellanas, que promulgaba la existencia de Castilla como sujeto político y la unión de las dos Castillas. «El Pacto Federal de las dos Castillas», La Discusión, 18 de junio de 1869, p. 1.
67 Carral, I., «Regionalismo castellano», Diario de Burgos, 26 de mayo de 1931, p.1. «La diputación y los ayunta- mientos de la provincia», Diario de Burgos, 25 de mayo de 1931, p. 2. Menéndez, J., «Habitantes del olvido», Diario Montañés, 21 de enero de 2017, p. 59.
68 Carral, I., «Regionalismo castellano», Diario de Burgos, 26 de mayo de 1931, p.1. «La diputación y los ayun- tamientos de la provincia», Diario de Burgos, 25 de mayo de 1931, p. 2. Menéndez, J., «Habitantes del olvido», Diario Montañés, 21 de enero de 2017, p. 59. «Ante el próximo campeonato Castilla en Valladolid. La participación de los corredores palentinos», El Día de Palencia, 25 de septiembre de 1929, p. 10. «La I Vuelta a Castilla», El Día de Palencia, 22 de febrero de 1930, p. 3. «Calendario de pruebas para la próxima temporada», 1 de febrero de 1931, p. 7. «La primera vuelta a Castilla con etapa en Salamanca», El Adelanto, 11 de julio de 1934, p. 8. «El campeonato de Castilla aplazado», La Libertad, 7 de julio de 1929, p. 4.
69 «La I Vuelta a Castilla», El Pueblo, 18 de diciembre de 1929, p. 2.
70 «La I Vuelta a Castilla», El Pueblo, 18 de diciembre de 1929, p. 2.
71 «Algo de la Vuelta a Castilla», El Adelanto, 18 de diciembre de 1929, p. 10.
73 «La I Vuelta a Castilla», El Día Palencia, 22 de febrero de 1930, p. 3.
74 «Para la temporada que viene», Gran Sport, 17 de octubre de 1930, p. 3.
75 Regúlez, C., «Don Emilio Guiserin, Presidente del Comité de la UVE, nos explica la gestión de ésta y sus proyectos para el año próximo», Gran Vida, 13 de noviembre de 1930, p. 1.
76 Regúlez, C., «Don Emilio Guiserin, Presidente del Comité de la UVE, nos explica la gestión de ésta y sus proyectos para el año próximo», Gran Vida, 13 de noviembre de 1930, p. 1.
77 «La primera vuelta a Castilla con etapa en Salamanca», El Adelanto, 11 de julio de 1934, p. 8.
78 «La vuelta ciclista a Castilla», La voz de Asturias, 14 de septiembre de 1934, p. 2. «La gran carrera ciclista I vuelta a Castilla», El Adelanto, 14 de septiembre de 1934, p. 5. «Ciclismo», El Adelanto, 13 de septiembre de 1934, p. 2.
79 Handicap, «La vuelta a Castila en bicicleta», Heraldo de Zamora, 14 de septiembre de 1934, p. 3.
80 Handicap, «La primera vuelta a Castilla en bicicleta», Heraldo de Zamora, 15 de septiembre de 1934, p. 3. «La vuelta ciclista a Castilla», El Adelanto, 16 de septiembre de 1934, p. 7.
81 «La I vuelta a Castilla se celebrará en septiembre», Heraldo de Zamora, 11 de julio de 1934, p. 2. «Un acon- tecimiento deportivo que se puede acoplar a nuestras ferias en septiembre próximo», Heraldo de Zamora, 28 de julio de 1934, p. 2. «La primera vuelta a Castilla», La libertad, 29 de julio de 1934, p. 7.
82 «La vuelta a Castilla», El Adelanto, 9 de septiembre de 1934, p. 7.
83 «La gran carrera ciclista I vuelta a Castilla», El Adelanto, 20 de septiembre de 1934, p. 9.
84 Ortiz, S., «La I vuelta a Castilla», Heraldo de Zamora, 12 de septiembre de 1934, p. 5.
85 «La que será la primera vuelta ciclista a Castilla», El Adelanto, 29 de julio de 1934, p. 6.
86 «La vuelta a Castilla», El Adelanto, 9 de septiembre de 1934, p. 7.
87 «La primera vuelta a Castilla con etapa en Salamanca», El Adelanto, 11 de julio de 1934, p. 8.
88 «Hoy comienza la I vuelta a Castilla la Nueva», La voz de Cantabria, 13 de septiembre de 1934, p. 3.
89 «Para las ferias de septiembre», Heraldo de Zamora, 9 de agosto de 1934, p. 1.
90 «La carrera ciclista de la región», Heraldo de Zamora, 6 de septiembre de 1934, p. 2. Conde, «La I vuelta a Castilla», Ideal Agrario, 14 de septiembre de 1934, p. 4.
91 «Ante la I vuelta ciclista a Castilla, Ideal Agrario, 31 de agosto de 1934, p. 4. «La vuelta ciclista a Castilla», Ideal agrario, 11 de septiembre de 1934, p. 4.
91 «La I vuelta a Castilla», El Adelanto, 8 de septiembre de 1934, p. 3.
92 «La de Peñaranda, la de Castilla y un campeonato infantil», El Adelanto, 20 de julio de 1934, p. 7. «La que será la primera vuelta ciclista a Castilla», El Adelanto, 29 de julio de 1934, p. 6. «La I vuelta a Castilla», El Día de Palencia, 31 de julio de 1934, p. 3.
93 «Ciclismo», El Adelanto, 13 de septiembre de 1934, p. 2.
94 «La primera vuelta ciclista a Castilla», Ideal Agrario, 22 de agosto de 1934, p. 4.
95 «La participación del municipio en el proyectado homenaje a D. Miguel de Unamuno», El Adelanto, 27 de julio de 1934, p. 3.
96 «La suscripción a Valentín García», 11 de septiembre de 1934, p. 2.
97 «Para las ferias de septiembre», Heraldo de Zamora, 9 de agosto de 1934, p. 1.
98 «Un acontecimiento deportivo que se puede acoplar a nuestras ferias en septiembre próximo», Heraldo de Zamora, 28 de julio de 1934, p. 2. «La primera vuelta a Castilla», La Libertad, 29 de julio de 1934, p. 7.
99 «Ciclismo», El Adelanto, 3 de agosto de 1934, p. 3.
100 Ortiz, S., «La I vuelta a Castilla», Heraldo de Zamora, 12 de septiembre de 1934, p. 5.
101 «Han llegado los primeros donativos», Ideal Agrario, 3 de agosto de 1934, p. 4.
102 «La que será la primera vuelta ciclista a Castilla», El Adelanto, 29 de julio de 1934, p. 6. Nuevamente, el uso del término Castilla se emplea en este medio sin adiciones.
103 «Las pruebas ciclistas nacionales y la I vuelta a Castilla», Heraldo de Zamora, 20 de agosto de 1934, p. 1.
104 «Los corredores de la I vuelta a Castilla en Zamora», Heraldo de Zamora, 13 de septiembre de 1934, p. 1.
106 Ibarrondo-Merino, 2021, p. 273.
107 Federación que articularía la práctica totalidad de clubes de fútbol de las regiones de Castilla la Vieja y Castilla la Nueva.
109 «Perfil de la feria», El Adelanto, 15 de septiembre de 1934, p. 8.
110«La I vuelta a Castilla», El Ideal Agrario, 5 de septiembre de 1934, p. 4.
111 «La vuelta ciclista a Castilla», La Voz de Asturias, 14 de septiembre de 1934, p. 2. «La gran carrera ciclista I vuelta a Castilla», El Adelanto, 14 de septiembre de 1934, p. 5. «Ciclismo», El Adelanto, 13 de septiembre de 1934, p. 2.
112 «La gran carrera ciclista I vuelta a Castilla», El Adelanto, 14 de septiembre de 1934, p. 5.
113 Conde: «La I vuelta a Castilla», Ideal Agrario, 13 de septiembre de 1934, p. 1. «La vuelta ciclista a Castilla», El Luchador, 13 de septiembre de 1934, p. 2. «La vuelta ciclista a Castilla», La Región, 13 de septiembre de 1934, p. 4.
114 «Ciclismo», El Adelanto, 13 de septiembre de 1934, p. 2.
115 Hándicap: «La vuelta a Castila en bicicleta», Heraldo de Zamora, 14 de septiembre de 1934, p. 3.
116 Hándicap: «La primera vuelta a Castilla en bicicleta», Heraldo de Zamora, 15 de septiembre de 1934, p. 3.
«La vuelta ciclista a Castilla», El Adelanto, 16 de septiembre de 1934, p. 7.
117 «La vuelta ciclista a Castilla», El Adelanto, 16 de septiembre de 1934, p. 7.
118 «Ciclismo», El Adelanto, 30 de mayo de 1935, p. 2.
119 «La vuelta ciclista a Castilla», La Voz de Cantabria, 24 de julio de 1935, p. 5.
120 «II vuelta a Castilla», El Día de Palencia, 26 de julio de 1935, p. 3.
121 «II vuelta a Castilla», El Día de Palencia, 26 de julio de 1935, p. 3.
122 «La II vuelta a Castilla en bicicleta», Diario de Burgos, 7 de agosto de 1935, p. 1.
123 «II vuelta a Castilla», Diario de Burgos, 26 de julio de 1935, p. 2.
124 «La II vuelta a Castilla», El Diario Palentino, 1 de agosto de 1935, p. 4.
125 «Para la vuelta ciclista a Castilla», La Región, 10 de agosto de 1935, p. 8.
126 «La participación de Palencia en la II vuelta a Castilla», El Diario de Palencia, 8 de agosto de 1935, p. 1.
127 «La II vuelta ciclista a Castilla», Heraldo Segoviano, 11 de agosto de 1935, p. 2.
128 «Club ciclista burgalés», Diario de Burgos, 13 de agosto de 1935, p. 2.
129 «La II vuelta a Castilla», Diario de Burgos, 20 de agosto de 1935, p. 2.
130 «Nuevos detalles de la vuelta a Castilla», El día de Palencia, 19 de agosto de 1935, p. 1.
131 «II vuelta ciclista a Castilla», El Día de Palencia, 20 agosto de 1935, p. 2.
132 «II vuelta ciclista a Castilla», El Día de Palencia, 20 agosto de 1935, p. 2.
133 «Se suspende la II vuelta a Castilla». Heraldo Segoviano, 1 de septiembre de 1935, p. 4.
134 «Suspensión de la vuelta ciclista a Castilla», El Avisador Numantino, 4 de septiembre de 1935, p. 2.
135 «Al fin, se suspende la vuelta a Castilla», La Libertad, 31 de agosto de 1935, p. 10.
136 «Ha sido suspendida la II vuelta ciclista a Castilla», El Cantábrico, 3 de septiembre de 1935, p. 5.
137 «Ciclismo», Labor, 23 de enero de 1936, p. 6.
138 «Ciclismo», Guion, 1 de marzo de 1936, p. 4.
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