No es un Estado fallido, es un Estado postfranquista al servicio de la oligarquía y de sí mismo

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Para comenzar con este editorial, queremos expresar nuestra plena solidaridad con todos/as las afectados/as de Valencia y de otros territorios del Este peninsular: Albacete, Castellón, Cataluña, Aragón, Andalucía, Murcia y Ceuta.

Hemos estructurado este editorial de la siguiente forma: primero, una descripción sintética de los hechos y su contexto; segundo, una breve relación de sucesos similares ocurridos en el Estado español durante el periodo de existencia del Régimen del 78, el de la II Restauración borbónica, y lo que tienen en común; tercero, una reflexión sobre los porqués de esta catástrofe; y en cuarto lugar, unas consideraciones sobre la naturaleza del Régimen que lo hace tan eficiente para servirse a sí mismo y a las oligarquías, pero totalmente ineficiente para servir al conjunto social, al que odia cada día más (odio que ciertamente es mutuo), así como unas conclusiones en base al análisis de las tragedias de estos casi 50 años de vida de este Régimen.

1º Descripción sintética de los hechos

En los últimos días del mes de octubre, en el otoño es cuando habitualmente ocurren estas desgracias, comenzaron a comunicar desde la AEMET (Agencia Española de Meteorología) la hipótesis, muy probable, de que se produjera una DANA, antes llamada gota fría. El domingo 27 de octubre la referida AEMET deja constancia del temporal en ciernes. El martes 29, a las 07:36, da la alerta roja (la de máxima gravedad), y a las 08:04 reitera la alarma. Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, comparecía a las 13:00, es decir, casi cinco horas después, y declaraba -no se sabe de dónde sacó la información- que sobre las 18:00 las lluvias “amainarían”. Ocurrió todo lo contrario. A las 20:12 el Gobierno autónomo envió el SMS de alarma informando de la situación, por cierto, de una forma poco precisa. Entonces mucha gente ya había fallecido por los efectos de la riada provocada por la DANA.

Aviso recibido a las 20:12 del 29 de octubre

Hasta el momento van más de dos centenares de fallecidos confirmados, y más de mil desaparecidos/as, de los que una buena parte, desgraciadamente, tampoco se hallarán con vida. Estamos viendo ya cómo se ralentiza y dificulta la información sobre los fallecidos/as, y también cómo se está impidiendo la presencia de la gente, del pueblo voluntario, en aquellos lugares en que se prevé que puedan hallarse un elevado número de cadáveres.

2º Otros desastres “naturales” durante el Régimen del 78

Primavera de 1981: Epidemia causada por el llamado aceite tóxico, el aceite de colza desnaturalizado por un grupo de industriales sin escrúpulos y con la autorización de la administración del Estado. El primer caso diagnosticado apareció el 1º de mayo, pero se tardaron varias semanas hasta diagnosticar el origen de la llamada en aquel momento “neumonía tóxica”. Afectó a más de 20.000 personas, de las que fallecieron alrededor de un millar. En 1987 el Tribunal Supremo consideró probada la relación de causalidad entre la ingesta del aceite de colza desnaturalizado y la enfermedad. Se condenó a los industriales autores de la fechoría y al Estado como responsable civil subsidiario. Las asociaciones de afectados/as, es decir, la gente, jugó un papel esencial para que el proceso se llevara hasta el final, con la clarificación de los hechos delictivos que había detrás de él. Hay que destacar la importancia que tuvo el equipo de abogados/as, entre los cuales estaba de forma muy destacada nuestra compañera Doris Benegas.

20 de octubre de 1982: La llamada “Pantanada de Tous”, que se saldó con 30 fallecidos y miles de afectados/as. Hubo numerosos avisos previos para que se desembalsase la presa, pero fueron ignorados.

23 de agosto de 1983: Riada de Bilbao. El pluviómetro de la compañía Iberduero en el barrio de Larraskitu registró 500 litros por m2. Se contabilizaron 34 fallecidos y miles de afectados/as. Es de destacar en este caso la implicación importantísima de la sociedad, y dentro de esta, de la militancia de Herri Batasuna (Unidad Popular), que tuvo un papel de primer orden en evitar mayores consecuencias. Esto fue reconocido por los medios en el momento, y seguramente tuvo un papel relevante en el impulso a la imagen de esa coalición como proyecto de futuro para Euskal Herria en esa época.

7 de agosto de 1996: Riada en el camping de Biescas en Huesca. El camping estaba situado en la desembocadura del Río Gállego, contra cualquier criterio de racionalidad. Se habían realizado numerosos avisos de que ahí no se podían ubicar instalaciones de esas características, pero la avaricia y la complicidad de la administración tuvieron más peso que las alertas. Fallecieron 87 personas y 187 resultaron heridas.

Año 2020 y siguientes: Pandemia de Covid-19. No será difícil recordar cómo el Gobierno Central reiteraba que aquí no iba a llegar la pandemia, y en caso de llegar, se trataría solo de casos aislados. Al final unas 120.000 personas fallecieron, alcanzándose una tasa de mortalidad muy por encima de las de países de nuestro entorno, y mucho más elevada si se compara con la de países con sistemas diferentes, como China; simplemente la expresión de un desastre previsible y organizado.

3º Algunas consideraciones sobre la tragedia actual, comunes con las tragedias señaladas anteriormente

Hay que reiterar el desprecio absoluto hacia la información técnica proporcionada a las instituciones políticas. Este desprecio está muy condicionado por la propia ignorancia desde tales instancias, cuya única preocupación es la avaricia, el enriquecimiento, y la supervivencia de su estatus, tanto entre la izquierda como entre la derecha del Régimen. Hay que destacar de nuevo las tramas urbanísticas basadas en la más criminal codicia: una regulación poco estricta y, aun así, incumplida en un muy importante número de casos, con una planificación al servicio de las empresas constructoras y de la que los ayuntamientos y otras instituciones son absolutamente cómplices. Este desarrollo urbanístico está viciado de inicio y tiene su origen hace muchas décadas. La gente, a pesar de los avisos de riesgo extremo por parte de la AEMET, asistió a los centros de trabajo y/o estudios porque no se le aconsejó lo contrario, cuando es obvio que no tendría que haber salido de sus casas o que tendría que haber sido evacuada de las zonas inundables.

Viñeta de El Roto

4º Algunas reflexiones sobre la naturaleza del Régimen

El Régimen de la IIª Restauración borbónica es de una absoluta ineficiencia en cuanto a proporcionar solución a los problemas y necesidades de la sociedad, pero es de una gran eficacia en lo relativo a garantizar su propia supervivencia, con la inestimable ayuda de algunos medios que lo apoyan. Lo estamos comprobando de nuevo en la agilidad y diligencia para poner en marcha medidas represivas; ya han movilizado a 10.000 miembros del ejército y a 10.000 efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional (entre los que hay numerosos miembros de las unidades de antidisturbios) cuando ya no tienen ninguna utilidad preventiva, pero sí plena utilidad desde el punto de vista represivo. Sostienen que este despliegue es para evitar los saqueos. Los saqueos que se están dando son, en general, para cubrir las necesidades más primarias de la gente (conseguir agua y alimentos). Son por tanto, absolutamente legítimos.

Lo que tratan de prevenir es una respuesta social masiva y potencialmente contundente ante la actitud de las instituciones, algo en lo que los Gobiernos de este Régimen, independientemente de su color, tienen una larguísima experiencia. Tratan sobre todo de evitar que haya una respuesta social de rechazo ante la visita a las zonas afectadas de los autodenominados reyes, una pareja criminal e irresponsable. No sería difícil prever que ésta sucedería, al responder a los auténticos sentimientos de la mayoría de la población, pero es fundamental para su supervivencia y la del Régimen impedir que tal cosa ocurra y que aparezca en los medios de comunicación internacionales (en los estatales no ocurriría, tal como vimos con las muestras de rechazo durante la ceremonia de coronación de este payaso, con todos nuestros respectos a los que practican honradamente ese oficio).

Para que los pueblos del Estado español avancen, para que estas desgracias no se repitan, el único camino es la derrota del Régimen y la puesta en marcha de un proceso constituyente republicano.

Por si quedaba alguna duda sobre la complicidad con el Régimen de la IIª Restauración borbónica de los diversos partidos políticos (los dos mayores, pero también otros), asistimos al esperpento de la propuesta del Gobierno de la Generalitat valenciana de crear cinco comisiones de trabajo, nada menos, con la participación del Gobierno español a través de sus ministros/as. Como dijo el Conde de Romanones, presidente del Consejo de Ministros durante el reinado de Alfonso XIII, “si quieres que los problemas no se resuelvan, crea una comisión”.

Izquierda Castellana, 3 de noviembre de 2024

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