Al menos 62 muertos/as y decenas de personas desaparecidas. A estas horas, algunas aún esperan para ser rescatadas tras pasar la noche subidas en edificios, infraestructuras o atrapadas en sus vehículos o en los polígonos industriales donde estaban trabajando. La devastación ha sido enorme en Valencia y Albacete, pero también en zonas de Murcia, Teruel, Cuenca, Almería, Granada…
La falta de previsión y de prevención, los recortes en los servicios públicos, la mala planificación urbanística en base a criterios económicos que lleva a edificar en zonas inundables, así como una política laboral que antepone la producción a la seguridad y bienestar de la gente, y que ha obligado a que muchos tuvieran que trabajar en estas circunstancias y pese al peligro anunciado, matan; y matan fundamentalmente a la gente de las clases populares. Como en cada desastre natural (inundaciones, olas de calor, tormentas, nevadas, terremotos o incluso erupciones volcánicas) o provocado por el humano (incendios forestales y urbanos, accidentes ferroviarios, explosiones por falta de mantenimiento de sistemas de calefacción…) se demuestra que este Régimen y su entramado institucional ni son funcionales ni están pensados para servir al bienestar y la protección de la gente.
Una vez más, como se puede constatar en las diversas publicaciones que llenan las redes y los medios de comunicación, solo el pueblo organizado salva al pueblo. Toda nuestra solidaridad con los afectados/as por la DANA.