
Estos días se está celebrando la Cumbre de los BRICS+ en Kazán, República de Tartaristán, Rusia. El éxito de la Cumbre se expresa, entre otras cosas, en la participación de sus nueve miembros de pleno derecho y alrededor de una treintena de aspirantes a incorporarse, con la nueva figura creada del “socio”, figura ya existente en el antiguo Mercado Común Europeo, antecedente de la UE, y con la que el Estado español, con el Régimen franquista original, estuvo incluido cuando esa alianza económica y política aún no estaba totalmente burocratizada, militarizada y esclerotizada.
Siendo un hecho de enorme magnitud internacional, la Cumbre de los BRICS+ no tiene apenas reflejo en los medios de comunicación en el Estado español, especialmente en los del Grupo PRISA, muestra de esa mezcla de soberbia e incapacidad cognitiva que caracteriza a aquellos que en su momento fueron mucho, pero dejaron de serlo.
Los países del BRICS+ suponen un 45% de la población global, abarcan un tercio de la superficie terrestre y representan, al menos, el 40% del PIB mundial y del comercio. Obviamente los BRICS+ son una realidad de primer orden, guste o no guste, y superior a la que encarna el G7. El propio Secretario General de la ONU, el portugués António Guterres (natural de un país que, desde su independencia definitiva de España en 1640, siempre ha mostrado una especial capacidad para la diplomacia), ha estado presente en ese encuentro, para disgusto de Occidente y especialmente de Ucrania.
La alianza BRICS+, sobre la que publicaremos un editorial específico en las próximas semanas, representa una gran esperanza para la humanidad, y no fundamentalmente por su importancia en lo cuantitativo, sino por lo cualitativo. Es la primera vez en la historia que se está creando una alianza pluriestatal desde criterios democráticos y planteamientos horizontales, en la que no hay que renunciar a la soberanía propia para incorporarse. Desde Comuner@s apostamos por esa alternativa, considerando que sería una opción muy conveniente para el Estado español, desde luego para Castilla.

La crisis política, social y moral en el Estado español avanza sin pausa. El bloque dirigente, por llamarlo de alguna manera, está a la vanguardia de esa degradación, independientemente de si nos referimos a la izquierda o a la derecha del Régimen. Si no fuera porque se trata de algo de esencial importancia para las clases trabajadoras de los pueblos del Estado, la incapacidad que los políticos están demostrando para afrontar los problemas cada vez más graves sería causa de risa. Realmente es para llorar, cabrearse profundamente y movilizarse para conseguir que las cosas cambien. La única preocupación que realmente tienen los/as políticos/as de los diversos colores es el mantenimiento de su puesto de trabajo institucional. Vamos a comentar algunas de las principales cuestiones candentes en el Estado español: la situación de la vivienda, del ferrocarril e infraestructuras viarias en general y de la administración de Justicia.
Aunque estamos profundizando en el estudio del asunto de la vivienda, ya se puede señalar sin duda alguna que desde el Sistema, en su sentido general, se está maniobrando para lanzar una nueva ofensiva inmobiliaria bajo el pretexto de que hacen falta millones de viviendas nuevas. Esto no es cierto, y en términos generales -salvando algunas localidades o barrios puntuales- no hacen falta más construcciones; la clave es el uso que se hace de éstas y cómo se ha dejado a los especuladores (pequeños, medianos o grandes) actuar con absoluta impunidad, especialmente en zonas turísticas (no es de extrañar que la respuesta social se esté generando sobre todo allí donde este fenómeno, cada vez más pernicioso, está más desarrollado).
El acceso a una vivienda es sin duda un dramático problema para las clases trabajadoras y para la juventud en particular. Ya no es solo la propiedad de una vivienda, sino que se ha convertido en prácticamente imposible para la mayoría de adultos jóvenes hacer frente a un alquiler. Desde los años 70, en ciudades universitarias como Salamanca, Santiago o Granada, así como en los barrios de las grandes ciudades en las que había una presencia importante de estudiantes, era habitual que los pisos se alquilasen de forma compartida para disponer de una habitación con acceso a las zonas comunes (cocina y baño), pero era totalmente excepcional que esto siguiera ocurriendo cuando aquellos jóvenes comenzaban a trabajar. Hoy esa es la realidad de millones de jóvenes que no tienen más alternativa, porque sus recursos no lo permiten, que vivir en una habitación “con derecho a cocina”, como se decía en la posguerra.

Frente a este gravísimo problema no sirve cualquier solución. Si lo que se pretende vender como tal es la construcción masiva de nuevas viviendas, sin resolver previamente su implementación en la sociedad, de nuevo serán controladas por los especuladores y el problema de fondo no se resolverá. La gobernanza política alude a que el mercado resuelve todos los problemas, en su absoluta asimilación de las normas del neoliberalismo, y que a una mayor oferta de vivienda los precios “se normalizarán”. La historia demuestra que eso es una auténtica estupidez. Lo único que se conseguirá es que en el proceso de construcción y en el de su puesta a la venta o alquiler en el mercado se enriquezcan los de siempre. En definitiva, el problema fundamental de la vivienda en el Estado español es su consideración como producto especulativo y no como un bien de uso al que toda persona tiene derecho.
En cuanto al ferrocarril, existe un largo debate en el Estado español sobre cómo debería ser la infraestructura y red viaria, achacándose al “poder madrileño” que haya condicionado un sistema radial de comunicación cuyo eje es la capital del Estado. Esto es desde luego solo una parte de la realidad, porque el sistema de comunicaciones ha estado y sigue estando condicionado en muy buena medida por la geografía. Como se ha podido comprobar en las últimas décadas con la construcción de líneas de AVE y autovías, la orografía peninsular hace que el abordaje de este asunto sea especialmente complejo; en Europa occidental solo pueden encontrarse dificultades similares en el caso italiano.
Durante una buena parte del Régimen de la Transición, del posfranquismo, se priorizaron los ejes no radiales, muy especialmente en Levante, así como los que vertebraban Euskal Herria y la conexión con el norte de la Meseta. Cuando en Cataluña y en el País Vasco había una red casi completa de autopistas, en la Meseta no se habían empezado ni a construir, salvo pequeños tramos.
Estos días se asiste a un auténtico desastre en el funcionamiento del sistema de transporte en los ferrocarriles, cuyos motivos son múltiples. La infraestructura del ferrocarril en el Estado español es desde sus orígenes anómala, cuando se optó por el “ancho de vía ibérico”, que impedía la conexión directa con Europa, con otro tamaño en su ancho de vía (1.668mm frente a 1.435mm). El sistema ferroviario español ha ido acumulando problemas, por las mismas razones que afectan a otras áreas, infraestructuras y servicios: falta de planificación y previsión, falta de estudio sobre las medidas que se van a tomar, así como por los procesos de privatización de las líneas, dando paso a empresas de bajo coste y/o extranjeras que han supuesto una saturación de la red sin previa preparación para ello.
No deja de ser curioso cómo la puesta en marcha de los AVE, claramente deficitarios desde el punto de vista económico -y no parece que vayan a dejar de serlo en el futuro-, no suscitó las mismas críticas y ataques que la financiación del Sistema sanitario público; los servicios públicos no tienen por qué ser productores de beneficios, sino que cumplen un fin social. Queremos manifestar nuestro apoyo al ferrocarril como medio de transporte, con muchas ventajas sobre el transporte por carretera (contaminación, deterioro ecológico, seguridad…).
Lo que viene ocurriendo con el sistema ferroviario en los últimos meses, especialmente en las últimas semanas, es expresión de que al frente se encuentra un pollo sin cabeza. Hay una repercusión entre el conjunto de ciudadanos/as que habían comprado un servicio que no se cumple o que lo hace en condiciones diferentes a las previstas, con lo que conlleva de pérdida de tiempo, dinero y tranquilidad vital. Pero además de las repercusiones sobre las personas a título particular, que son muchas decenas de miles, este caos tiene un impacto importante sobre el que parece que nadie está reparando: el relativo al ámbito reputacional de Madrid como ciudad de creciente referencialidad en el Sur de Europa. Obviamente todas las alteraciones, como la ocurrida en el túnel que une Chamartín y Atocha, tienen un impacto potencialmente muy grande en la reputación de la ciudad. No tenemos datos suficientes para concluir si esto es una “creativa manera” de hacer campaña para intentar descabalgar al PP del poder institucional en el ayuntamiento y en el parlamento regional o si simplemente es fruto de una casualidad de la que se hace el mayor aprovechamiento posible. No es que la reputación de Madrid en ese terreno sea lo que más nos importe, pero tampoco nos es indiferente lo que ocurre a esos niveles en la mayor ciudad de Castilla y del Estado español. No nos sorprende en absoluto que Ayuso, sin duda una auténtica fascista, se haya negado a reunirse con Pedro Sánchez, cuya catadura moral e ideológica no es en absoluto superior a la de la Presidenta.
En cuanto a la administración de Justicia, no deja de ser curioso que el PSOE y sus aliados, que tanto despotrican contra el Sistema judicial cuando se ven envueltos en algún problema con esa administración (véase el caso de Begoña Gómez), recurran reiteradamente a ella para intentar frenar lo que afecta a su imagen política. El intento de paralizar el proceso contra la esposa del presidente del Gobierno es patético, tanto como las respuestas que en ese mismo campo judicial desarrolla el PP. Desde luego los jueces se estarán frotando las manos al ver cómo los “chiquillos del colegio” recurren a su autoridad para intentar dirimir sus problemas. La administración de Justicia en el Estado español es un desastre heredado esencialmente del Régimen franquista, que se niega por cierto a llevar a cabo ninguna investigación sobre quienes ostentan la Jefatura del Estado, esa familia de golfos, corruptos y deficientes que son los Borbones. En nuestro largo historial de procesamientos y juicios, incluidos los que tuvimos por criticar a la Monarquía, nunca hemos tenido problema en acudir a los tribunales y argumentar para ser absueltos de los delitos de los que habitualmente nos acusaba la policía. Queremos aclarar que nuestra valoración sobre el PSOE y el PP no es idéntica. El PSOE tiene una historia de lucha en defensa de la República y muchas de las personas que yacen en las cunetas o en los cementerios eran militantes de ese partido o de la UGT; pero las direcciones federales de ese partido desde la Transición han sido un desastre para la izquierda en un sentido amplio y un impedimento para conseguir un proceso democrático durante ese periodo.
Para ir concluyendo, algunas últimas consideraciones sobre el escenario internacional.
En cuanto a Oriente Próximo, las cosas siguen en una situación similar a las que reflejábamos en el último editorial. El Estado sionista, con la complicidad total de los EEUU, sigue con su política genocida contra Palestina y el Líbano, pero sin dar el paso a la intervención directa contra Irán. Se ve que le siguen dando muchas vueltas antes de pasar a la acción por las consecuencias que acarreará su ataque.
Niños palestinos quemados vivos son amontonados en el Hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza, ante la avalancha de heridos por el exterminio que está llevando a cabo el ejército sionista.
Si el mundo no despierta, el norte de Gaza se convertirá en una fosa común gigante. pic.twitter.com/YJY2rA32PQ
— Daniel Mayakovski (@DaniMayakovski) October 23, 2024
En Europa Oriental, la guerra desarrollada entre Rusia y los restos de lo que queda del Estado ucraniano, con el apoyo del imperialismo global y de la OTAN, sigue siendo favorable desde el punto de vista militar y político a las fuerzas de la resistencia antiimperialista encabezadas por Rusia. Parece ser que se van a unir en la práctica tropas norcoreanas. El imperialismo quiere organizar la guerra global al ritmo que le interesa, pero el frente antiimperialista, en la medida en que no puede frenarla, parece que tiene sus propios criterios sobre la cronología en que ésta se debe desarrollar.
En cuanto al Mar Meridional de China, la República Popular está demostrando en los últimos días su capacidad militar y organizativa para tomar Taiwán en el caso de que las fuerzas de esa entidad decidan dar un paso definitivo para incorporarse al proyecto imperialista angloamericano.
Izquierda Castellana, 23 de octubre de 2024