Disfrutar de los triunfos en la lucha antiimperialista

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La reciente victoria del movimiento chavista en Venezuela, y por tanto, la nueva derrota del imperialismo, deben ser un motivo de gran satisfacción y disfrute para el movimiento popular castellano. La simple lectura de los titulares de El País sobre la cuestión, además de demostrar la pérdida de capacidad cognitiva por parte de ese medio, es ya una profunda razón para la alegría. Si el enemigo está emocionalmente hundido, especialmente cuando éste es tan dañino y rastrero como ese diario -y el conjunto del Grupo PRISA-, es que las cosas van bien para el movimiento popular a nivel global.

La “batalla-guerra” de Venezuela no es cualquier batalla: llevan 25 años intentando revertir el proceso puesto en marcha desde la llegada al poder de Chávez tras una rotunda victoria político-electoral. Venezuela es el país con mayores reservas petroleras del mundo y, por muchas vainas que cuenten, ese producto seguirá siendo imprescindible en el sistema productivo internacional durante las próximas décadas. Les resulta inadmisible que el petróleo venezolano sea controlado por un gobierno soberano, antifascista y antiimperialista. Hay que señalar que los dos principales diarios de EEUU (el New York Times y el Wall Street Journal) mantienen una actitud ante el proceso electoral venezolano mucho más “fina” que la grotesca posición del Grupo PRISA.

La jugada le salió mal al imperialismo, en parte porque era absolutamente previsible. Han intentado repetir la misma receta usada en anteriores ocasiones sin éxito, una receta exenta de toda creatividad y originalidad, y que es reflejo de su electroencefalograma plano en estos momentos. Los EEUU han reconocido a Edmundo como «presidente legítimo» de Venezuela, es decir, como el nuevo Guaidó. El imperialismo no ha aprendido nada y sigue cometiendo los mismos errores. Allá ellos, lo único que consiguen es acelerar su descrédito y su incapacidad para comprender la realidad. El Estado Venezolano, por su parte, ha resuelto rápidamente la situación, lo que es una expresión de que la correlación de fuerzas es muy favorable. Los sectores más reaccionarios, especialmente entre aquellos autoconsiderados progresistas, tenían la esperanza de que Brasil, Colombia y México se sumasen a la ola de cuestionamiento de la institucionalidad venezolana; pero no ha sido así, y el comunicado emitido por los Presidentes de estos tres países concluye que la solución de todas las dudas sobre el proceso electoral en Venezuela se tiene que hacer en el cauce de la institucionalidad vigente, cuestión sobre la que Maduro tomó ya la iniciativa demandando al Tribunal Supremo una investigación del asunto.

Episodios como los que se están viviendo en Venezuela nos tienen que permear de una profunda alegría. Disfrutar de las victorias lo más posible es también una necesidad colectiva. En el cada vez más tensionado panorama internacional suceden cosas que desgraciadamente nos producen mucho dolor, como los asesinatos de líderes revolucionarios o el genocidio sobre el pueblo palestino que aplica el nazisionismo, y que afecta especialmente a su infancia. Pero ello no va a cambiar la tendencia estratégica de fondo: la derrota del proyecto imperialista. No tienen nada que hacer en ningún terreno, excepto seguir matando e impulsando su actividad criminal en todos los frentes, incluyendo el impulso al terrorismo internacional, el narcotráfico, etc. En el plano militar tienen la derrota asegurada, y en los planos mediático e ideológico, cada vez están más arrinconados.

Nos tocará sufrir mucho en ese proceso, pero con convicción y buen trabajo, la victoria también está al alcance de las clases populares en Castilla y en el conjunto de pueblos del Estado español.

Izquierda Castellana, a 2 de agosto de 2024

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