
En este editorial vamos a comentar algunos temas de actualidad en los que queda reflejado el estilo de trabajo irresponsable y corrupto no solo del actual Gobierno, sino del Régimen del 78 en general. De tanto meter la mierda debajo de la alfombra, esta acaba por inundar toda la habitación.
Vamos a comenzar por el “Caso Koldo-Ábalos”. Cuando Ábalos fue desplazado como ministro de Transporte, se produjo una línea de interrogación sobre cuál era la causa. A simple vista parecía que era un ministro de una cierta eficiencia. Varios años después, la respuesta llega con el “Caso Koldo”, un auténtico corrupto que, con la colaboración de diversos personajes vinculados al Gobierno y/o al Régimen, aprovechando la tragedia de la pandemia de Covid-19, quiso hacer fortuna. No fue ni mucho menos el único caso, pero parece que se va a convertir en el más emblemático. Ahora Ábalos y los miembros del Gobierno sostienen -y se ofenden si se les insiste- que no se habían enterado de nada; una versión absolutamente increíble en estos casos y la más socorrida entre los políticos pillados en procesos de corrupción.
La corrupción de Pedro Sánchez no solamente no se niega, sino que se reivindica, en el caso de Marruecos. La posición del Gobierno español en relación con la monarquía alauita es un caso claro y explícito de corrupción estructural, que se critica en un artículo de opinión de Najat El Hachmi en El País, del que entresacamos un fragmento: “El presidente ha viajado a Marruecos y dice que no tiene ninguna queja sobre el funcionamiento de la monarquía alauita. Pues vale, todo bien, nada que decir sobre los apaleados en la frontera, los disidentes encarcelados y los saharauis abandonados a su suerte, ninguna responsabilidad de antigua potencia. A Sánchez lo puede ayudar Urtasun llevando la descolonización al lejano imperio romano, y así España seguirá lavándose las manos de la ignominiosa situación en la que abandonó su última colonia”.
Otra cuestión de interés para reflexionar sobre la pérdida de valores por el Régimen es lo relacionado con el traidor ruso Maxim Kuzmínov. Este piloto “desertó” con un helicóptero, llevándose, sin su consentimiento, a dos tenientes del ejército ruso que conformaban la tripulación, que fueron asesinados al llegar a Ucrania, mientras el traidor fue recompensado con medio millón de dólares. La historia se repite y los medios intentan hacer pasar a este personaje por una especie de héroe de las libertades en Rusia. Como era de esperar, apareció muerto a balazos. En el editorial del viernes 23 de El País, el portavoz principal del Grupo PRISA dice lo siguiente: “España está obligada a responder con contundencia a Moscú por el asesinato del desertor ruso Maxim Kuzmínov en Villajoyosa”, eso sí, planteando que hay que confirmar primeramente la autoría intelectual del Kremlin en ese ajusticiamiento, y en caso afirmativo, tomar medidas en colaboración con la UE. Seguramente en estos momentos Putin y las instituciones rusas estarán temblando de miedo.
Hace un par de días hemos asistido –nuevamente- al veto de EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU a un alto el fuego en Gaza sobre la base de una propuesta presentada por Argelia. Eso sin embargo no ha tenido reflejo, ni generado debate alguno, en los medios de comunicación españoles. Pero claro, esto difícilmente se puede utilizar a China o a Rusia. Ya son cerca de 30.000 los/as asesinados/as por el Ejército sionista en Gaza, la mitad de ellos/as, niños/as.
Un tiempo atrás se hicieron muy populares los versos de Machado musicalizados por Paco Ibáñez: “La envidia de la virtud hizo a Caín criminal. ¡Gloria a Caín! Hoy el vicio es lo que se envidia más”. Estamos inmersos/as en un deterioro cada vez más profundo e inducido desde el propio poder de degeneración moral e intelectual de las sociedades occidentales, y en eso sí que estamos entre los primeros. Combatirlo ha de ser uno de los frentes de lucha del movimiento popular.
Queremos trasladar nuestro sentido pésame a los familiares y amigos/as de las víctimas, que aún no sabemos cuántas han sido, del incendio acontecido en Valencia. Se ha confirmado ya que el poliuretano, material altamente inflamable, se había empleado para el aislamiento de las placas de aluminio que se utilizaron en la construcción de las fachadas de los edificios afectados por el incendio. Cabe recordar que estos bloques fueron levantados en la época en que se estaba terminando el ciclo especulativo en la construcción de principios del siglo XXI -durante el Gobierno de Zapatero- y que se trataba de no perder la oportunidad de enriquecerse rápidamente con la burbuja inmobiliaria. Ahora pretenden hacer creer que el problema fundamental del incendio estuvo en el viento (que obviamente favorece la extensión de éstos) y no en la presencia de material altamente combustible, como sucede en los incendios forestales. Al final nos van a tratar de convencer de que todo lo que ocurre es una consecuencia del cambio climático. En nuestra opinión, la mayoría de las desgracias que afectan a nuestros pueblos tienen que ver con el Régimen del 78 y el capitalismo ultraneoliberal en el que éste se enmarca.
Otro ejemplo es el intervencionismo por parte de la Administración de justicia sobre aquellas medidas que el Gobierno pretende impulsar para contar con el apoyo del independentismo catalán. El juez García-Castellón de la Audiencia Nacional destaca por esas prácticas ultrareaccionarias. La Audiencia Nacional tendría que estar disuelta hace muchos años como Tribunal de excepción que no tiene equivalente en ningún otro Estado de la llamada Europa democrática. Pero en su momento, y aún ahora, cumple un servicio insustituible como estructura de represión sobre los movimientos populares.
Evitar la continuidad de estas corruptelas y de la mayoría de las desgracias que nos acontecen pasa por la sustitución del Régimen por una República de los pueblos y por la construcción del socialismo.
Izquierda Castellana, 23 de febrero de 2024