El imperialismo/sionismo avanza irresponsablemente hacia la guerra global

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El imperialismo/sionismo avanza irresponsablemente hacia la guerra global

En estas primeras semanas de 2024 asistimos a la agudización y expresión de una buena parte de las contradicciones que condicionan la realidad en el marco global, pero también de las que afectan a la gobernanza en el Estado español. Empezaremos por estas últimas.

El pasado 10 de enero, el Congreso de los Diputados sesionó en el Senado (por obras de adaptación a “las nuevas tecnologías” en su sede habitual, según informaron de forma poco clara, en un estilo que se impone hasta en las cuestiones más técnicas) para el debate y aprobación -en su caso- de tres decretos leyes del Gobierno, que incluían un amplio abanico de propuestas en el ámbito social y económico.

En la introducción general del asunto, el ministro estrella del momento, Félix Bolaños, solo acertó a dar dos razones para justificar la necesidad de aprobar el extenso conjunto de medidas: que la Unión Europea lo solicitaba como condición imprescindible para acceder a otros 10.000 millones de los fondos comunitarios (una vez más queda claro que este Gobierno es poco más que una delegación de la Comisión de la Unión Europea); y que además esas medidas serían de gran utilidad para las clases populares, aduciendo que aquellos que no apoyaran dichos decretos tendrían que verse las caras con el conjunto de la población, que tiene “clarísimo” lo beneficiosos que éstos van a ser para mejorar sus condiciones de vida, según él y otros miembros del “Gobierno de Progreso”. Esas ensoñaciones no solo son defendidas por el Gobierno y las organizaciones políticas que lo amparan, sino también, aunque cada vez con menos convicción, por los medios de comunicación en su órbita y la mayoría de aquellos que teóricamente no lo están.

Félix Bolaños

El chantaje no funcionó del todo y, de los tres reales decretos, solo se aprobaron dos por estrecho margen, previa concesión a Junts de todo aquello que exigían (ellos sí que saben para quién vendimian). El tercero, el que afectaba especialmente al subsidio de paro impulsado por la ministra de Trabajo, que parece estar de capa caída, fue rechazado porque Podemos mantuvo su posición inicial y votó en contra con el argumento de que esa aparente mejoría circunstancial en el subsidio para los mayores de 52 años iba asociada a una disminución con carácter definitivo de las pensiones correspondientes. El diario El País se hizo eco de tal planteamiento. Es curioso cómo los medios afines al Gobierno atacan a degüello a Podemos por su posición en el mencionado debate parlamentario, y no porque consideren que Podemos no tiene razón en su posicionamiento, sino porque consideran que éste debilita a la “mayoría de progreso”.

El espectáculo fue grotesco en el fondo y en las formas. Pedro Sánchez no apareció por el Senado hasta última hora de la tarde, cuando el PP exigió que las votaciones fueran presenciales. Con el avance de la legislatura se irá viendo claramente que este señor no está bien, en cuanto a su salud mental se refiere, pero el problema político fundamental es que detrás del actual Gobierno no hay proyecto ni sujeto político alguno, excepto la ambición por mantenerse en el puesto por puro interés corporativo. Son una “casta” como no se había visto antes en el Régimen del 78. Por cierto, nos gustaría mencionar el hábito cada vez más generalizado entre los miembros de los partidos del Régimen de taparse la boca cuando están hablando entre ellos, entendemos que cosas reservadas. ¿Hasta dónde puede llegar la ridiculez?

Los sondeos electorales indican un descenso de los apoyos del PSOE en relación con el PP, y no solo para las Elecciones europeas. En las Autonómicas de Galicia, que se celebrarán en apenas un mes, el PSOE quedaría de nuevo en tercer lugar, por detrás del BNG; en cuanto a Sumar, siguiendo esos mismos sondeos, no obtendrá representación alguna o, en el mejor de los casos para ellos, un único escaño. Todo un éxito para Yolanda Díaz.

El triunfalismo insensato de Pedro Sánchez y sus mariachis, situándose como auténticos vencedores de las Elecciones generales del pasado julio, va decayendo al pasar por el filtro de la realidad. Ya veremos hasta cuando dura el actual vodevil.

En cuanto al plano global, se puede constatar, desgraciadamente, que la globalización de la guerra avanza sin cesar. Vamos a hacer una sintética referencia a los tres focos que en estos momentos generan mayor tensión internacional. En próximos editoriales hablaremos sobre el proceso al que estamos asistiendo en Ecuador, con el envalentonamiento de las bandas de narcotraficantes y la confrontación militar con el Estado en la medida en que éste intenta limitar su actuación. Esto es algo que no solo está sucediendo en Ecuador: tales procesos son la expresión de una forma de guerra híbrida que el imperialismo está impulsando.

Aviones británicos despegan desde un portaaviones para bombardear Yemen

En primer lugar, lo relacionado con Taiwán. En los próximas semanas se celebrarán elecciones generales en la isla. En el previsible caso de que gane el partido actualmente gobernante, el PPD, se agudizarán las contradicciones con China continental; si resulta vencedor el Kuomintang, lo que parece menos probable, estas se reducirían. Este proceso de agudización de las tensiones en Taiwán dependerá también en buena medida del resultado de las elecciones presidenciales en EEUU, que se celebrarán a finales de 2024, y de las interferencias del imperialismo angloamericano sobre la isla, que podrían conducir a un estadio prebélico difícilmente reversible.

Otro escenario de gran importancia es el de la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania. Como reconocen todos los agentes mínimamente serios, el Régimen de Zelensky va perdiendo no solamente en el plano militar, sino en el político y en el reputacional. Inevitablemente muchas de las miserias existentes en Ucrania se han ido conociendo de forma progresiva, como la corrupción generalizada y otras prácticas propias del ultraliberalismo, entre ellas el tráfico de órganos y de personas. Queda por ver si el mundo occidental, especialmente los países que conforman la OTAN y en particular el imperialismo angloamericano, van a reforzar su apoyo a Ucrania o van a dejar que este conflicto se resuelva por su propia “evolución natural”. Nuevamente, el resultado de las elecciones en los EEUU tendrá un impacto significativo en el desarrollo de ese conflicto.

Por último, algunas consideraciones sobre la intervención del imperialismo-sionismo contra el pueblo palestino. Como hemos dicho en anteriores editoriales, el genocidio sigue avanzando, pero los resultados del conflicto político-militar siguen siendo favorables a la lucha del pueblo palestino. Estamos en unas circunstancias muy diferentes a las que había hace cinco años, no digamos 20, en el plano político y militar, tanto sobre el territorio más directamente afectado por la lucha como a nivel internacional. Pero también hay que señalar que es difícil que en un periodo temporal corto las fuerzas populares palestinas derroten plenamente al Estado de Israel. Por supuesto esto es muy deseable, pero detrás del Estado de Israel están los países angloamericanos y el mundo occidental en general. Estos serán conjuntamente derrotados, pero en un proceso a medio plazo que seguramente ha de transitar por la globalización de la guerra, tal como busca el imperialismo angloamericano. La intervención de la alianza angloamericana apoyada también por Canadá, Australia, Países Bajos y Bahrein contra Yemen es un claro indicador de que la victoria del pueblo palestino sobre el sionismo tendrá que pasar previamente por intensos y extensos escenarios de conflicto bélico, así como de conflicto político, diplomático, mediático, etc. La victoria del pueblo palestino irá asociada a la victoria de los pueblos del mundo contra el imperialismo/sionismo, y todo análisis en la forma de generar solidaridad con esa lucha debe tener en cuenta estos elementos.

Manifestación en Yemen en solidaridad con Palestina

El genocidio contra el pueblo palestino encabezado por Israel es, en estos momentos, la agresión más brutal por parte del mundo occidental. Tal cuestión es la que deberíamos tratar de impedir. El procedimiento por genocidio presentado por Sudáfrica ante el Tribunal de la Haya, iniciado el jueves 11 de enero, es un eslabón de gran importancia en ello. Sería del mayor interés presionar al Gobierno español para que se incorporase a los países que ya apoyan ese procedimiento (La Liga Árabe, Brasil, Indonesia, Colombia, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Malasia…). Esta vista en el Tribunal de la Haya está teniendo ya algunos efectos desestabilizadores sobre el Estado de Israel, que ha declarado que “Sudáfrica se ha convertido en el brazo político de Hamás”; tendrá también consecuencias en el campo político y mediático muy importantes, debilitando aún más la posición de Israel, además de generar contradicciones en el seno de su propia sociedad, pero desgraciadamente las consecuencias prácticas en cuanto al desarrollo de la guerra serán limitadas.

En cualquier caso, la solidaridad que impulsemos desde Castilla hacia el pueblo palestino ha de tener en cuenta dos criterios: en primer lugar, intentar detener el genocidio -especialmente el infanticidio- sobre la población palestina, para lo que es imprescindible que se consiga la declaración de una tregua indefinida, como propone Hamás y en general los países y las fuerzas que apoyan al pueblo palestino, aunque no parece nada sencillo; y en segundo término, contribuir en la medida de nuestras posibilidades a la victoria de las fuerzas populares en su guerra contra el imperialismo-sionismo. No somos partidarios/as de que los lemas de las movilizaciones sean declaraciones difícilmente materializables en la coyuntura actual, y que a menudo parecen responder más bien a los deseos de algunas organizaciones convocantes que a las posibilidades reales del movimiento en estos momentos. Un signo de madurez política completamente imprescindible es que los lemas de las manifestaciones tengan coherencia con los objetivos materializables por la lucha popular en cada momento histórico.

Parece muy necesario que el Gobierno español, muy particularmente el Ministerio de Sanidad, asuma, cosa que no va a ocurrir si no existe presión popular suficiente para ello, una línea de apoyo real y material hacia el pueblo palestino con recursos alimentarios, sanitarios, etc.

Por otro lado, hay numerosas gestiones entre el Gobierno de Estados Unidos, Israel y los actores de la zona para ir diseñando un futuro para la Palestina de posguerra. Lo que se debate por este conjunto de actores no es la desaparición del Estado de Israel como tal -cosa que nos encantaría, pero que actualmente es irreal-, sino si Hamás y otras fuerzas que impulsan la lucha del pueblo palestino van a jugar, o no, un papel determinante en la construcción de ese futuro. La línea impulsada por parte del imperialismo angloamericano es que ese futuro quede en las manos de la Autoridad Nacional Palestina, con unas ciertas reformas, lo que sería auténticamente liquidacionista.

El pueblo palestino tiene en este momento histórico expectativas muy claras de obtener una victoria significativa, y con ello, una victoria para el conjunto de los pueblos del mundo. Pero aunque estén cada vez más debilitadas, no hay que dar por derrotadas ya a unas fuerzas tan poderosas como son las del imperialismo-sionismo. Esto, como decíamos, se dará en un proceso largo y complejo, que inevitablemente supondrá sufrimiento para los pueblos, pero en esta ocasión la victoria de la lucha popular es perfectamente posible si se actúa con inteligencia y convicción revolucionarias.

Izquierda Castellana, 12 de enero de 2024

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