La información sobre lo que ocurre en el mundo y en el propio Estado, especialmente en el caso español, no solo no es útil para conocer y comprender los acontecimientos y su previsible evolución, sino que supone un claro impedimento para ello. No es que se manipule la realidad, es que han construido una realidad-virtual (alternativa) y cualquier cuestión que confronte con ella es ignorada o distorsionada hasta deformarla por completo.
El último ejemplo de ello está en la participación española en la flota organizada por los EEUU, bautizada como Operación Guardián de la Prosperidad. Lo primero que hicieron las autoridades españolas, por llamarlas de alguna manera, fue negar la participación en ese proyecto. Pero pocas horas después de esa negativa, el Pentágono publicó una información sobre la Operación en la que incluían a España. Tremendo contratiempo para el Gobierno. Como no se atreven a desmentir al Pentágono, optaron por una “explicación creativa”: España participará bajo el paraguas de la UE o de la OTAN. Finalmente han encontrado una solución, según la cuál la participación será dando continuidad y extensión a la operación naval Atalanta, puesta en marcha en 2009 contra la piratería en el Índico. Y aunque cualquier persona con dos dedos de frente percibe la engañifa, el truco les permite evitar el debate en el Congreso sobre esa intervención militar. Nos podemos imaginar las dificultades de la portavoz de Bildu, por poner un ejemplo, para apoyar esta operación en el Congreso español. Las debilidades que se pondrían de manifiesto en esa “alianza de progreso” formada para la investidura de Pedro Sánchez serían brutales. Por si acaso, Sánchez ya ha iniciado un proceso de acercamiento formal al PP de Feijóo.
El “escenario nacional” se deteriora de forma acelerada, siendo la situación cada vez más semejante a la descrita en los “Esperpentos”, el artificio literario que Valle-Inclán creó para describir los hábitos y corruptelas propios de la I Restauración. Es una auténtica lástima que no tengamos un autor de ese talento durante la II Restauración Borbónica. Pero esa caída de nivel intelectual y creativo ocurre por igual en el conjunto de las artes, las letras y las ciencias. La II Restauración borbónica es solo un campo fértil para la corrupción, el chalaneo y la mediocridad, especialmente en la política. Todo va asociado.
La globalización de la guerra avanza, y lo único que la ralentiza parcialmente son las dudas que le van surgiendo al bloque imperialista sobre su resultado final. Daban por hecho que la guerra en territorio ucraniano de la OTAN contra Rusia era pan comido, incluido el debilitamiento de la propia Rusia y la caída de Putin, pero las cosas no han discurrido según esa hipótesis, y es el Occidente atlantista (fundamentalmente UE y EEUU) el que está en serias dificultades económicas, políticas y de estabilidad institucional. Los EEUU se encuentran en un auténtico clima guerracivilista, y los partidarios del otanismo están decididos a que Trump no se pueda presentar a las próximas elecciones presidenciales, especialmente cuando todas las encuestas de opinión le dan una victoria segura frente a Biden. Trump ya ha dicho en numerosas ocasiones que no es partidario de apoyar la guerra en Ucrania, y de hecho el Partido Republicano se ha negado a seguir financiándola en el Congreso de EEUU. Sus opciones son centrarse en la confrontación con China. En relación con el Medio Oriente, especialmente Palestina, Trump está en sintonía con Netanyahu. Una victoria de Trump no nos alejaría de la guerra global, simplemente habría algunos cambios en los caminos hacia ella.
No son judíos, son sionistas. El Estado de Israel es un Estado cada vez más sionista. El sionismo es la doctrina que inspira la política del Estado de Israel, y puede decirse que entre la comunidad judía el sionismo es el equivalente al nazismo en la Alemania de las primeras décadas del siglo XX. Como puede verse cada día, la práctica del sionismo es tan antihumana como la del nazismo. Como analizábamos en nuestro editorial anterior, al imperialismo-sionismo la guerra no le va muy bien, aunque sí el genocidio sobre el pueblo palestino, especialmente contra su infancia.
Ya veremos cómo se implementan las medidas proyectadas para desbloquear la navegación por el Mar Rojo y el Canal de Suez, que tan tremendo impacto está teniendo en la economía capitalista global. Las fuerzas populares en la zona ya adelantaron que responderán adecuadamente, sobre lo que no tenemos ninguna duda.
El imperialismo sigue dando pasos hacia la globalización de la guerra; las fuerzas revolucionarias del mundo tenemos que hacer todo lo posible para que la pierdan. El futuro de la humanidad simplemente está en juego, como lo estuvo durante la guerra contra el nazifascismo.
Izquierda Castellana, 22 de diciembre de 2023