
La guerra es el primer problema para la salud en los países en los que hay conflictos militares abiertos, y va camino de convertirse en uno de los principales problemas en aquellos países que de alguna u otra forma se implican en ella.
A la guerra desarrollada en suelo ucraniano entre la OTAN y Rusia, en la cual el Gobierno español ha tomado claramente parte y aporta recursos económicos y de todo tipo para su sostenimiento, sustrayéndoselos a partidas presupuestarias sociales, se suma ahora la guerra en Palestina. Esta última ha generado ya miles y miles de muertos, de los cuáles una tercera son niños/as, al menos por lo que respecta al territorio palestino.
La guerra es un desastre y una auténtica tragedia para la humanidad. Aquellos colectivos y personas que luchamos por la salud pública tenemos la obligación de contribuir a que éstas se paralicen.
Tenemos una guerra al “norte” y otra al “sur”, y desgraciadamente no parece descartable que se desarrollen nuevos conflictos en el Este.
Desde la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Valladolid hacemos un llamamiento para que se detenga la guerra y se declare una tregua en ambos casos, tanto en Ucrania como muy especialmente en Palestina. No entendemos que nadie desde una perspectiva humana se posicione a favor de la continuidad de cualquiera de estas guerras.
Desde la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Valladolid hacemos un llamamiento a participar en las movilizaciones que se hagan a favor de la paz y, por tanto, por la finalización de la guerra.
El bombardeo del hospital en Gaza es la guinda que demuestra cómo la guerra pierde todo criterio humano y solo busca la destrucción del “otro bando”. A ello hay que sumarle los bombardeos hechos por la aviación israelí sobre las personas que se dirigían al sur de la Franja de Gaza, o a los realizados sobre el Paso de Rafah, el único que comunica con Egipto y en el que se habían concentrado innumerables ciudadanos/as palestinos/as.
Por la paz, no a la guerra.