
Yolanda Díaz, al colocar como portavoz de Feminismo(s) en Sumar a Elizabeth Duval, persona transexual autoidentificada mujer, hace una auténtica declaración de intenciones.
Que un partido que tiene aspiraciones de formar parte de una coalición de Gobierno nombre para ese cargo a una mujer trans supone una verdadera humillación para las mujeres. Es un desprecio de nuestra realidad, de nuestro sufrimiento, de la violencia que padecemos. Es poner en una situación de representatividad de un grupo específico de personas a quien jamás ha vivido ni vivirá la realidad de ese grupo al que supuestamente representa. Es ignorar la opresión por sexo. Es invisibilizar nuestra experiencia como mujeres. Es banalizar las demandas legítimas del feminismo y sabotear su agenda.
Es más importante validar las fantasías y deseos de cualquier hombre antes que nuestras duras realidades. Elisabeth Duval podrá tener todo el derecho del mundo a sentirse mujer, pero no se puede obligar a los demás a validar nuestros sentimientos, especialmente cuando van en contra de la realidad científica y constatable. Se trata además de un hombre antifeminista, que ha llamado a elaborar listas negras de feministas, que lleva años en televisión y prensa (por aquello de que son los más marginados) riéndose de las mujeres y del feminismo.
No olvidemos que el género es la herramienta de opresión de las mujeres, a través del que se perpetua el transactivismo, siendo su abolición -la del género- el objetivo principal del feminismo. Esa es la razón por la que no tenemos la misma agenda.
Es totalmente equiparable a poner como responsable de feminismo a Abascal. Con la designación de Duval como portavoz de eso que llaman «feminismos», Sumar desprecia a todas las antifascistas que históricamente han luchado por la defensa de la dignidad de las mujeres.