Sobre la situación interna en Rusia en relación con la insubordinación del Ejército privado Wagner

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Quisiéramos hacer dos consideraciones previas.

En primer lugar, no se puede analizar y/o evaluar hechos objetivos concretos en base a prejuicios, rumores o fantasías conspiranoicas. Ese camino es el más adecuado para errar. Los/as revolucionarios/as necesitamos investigar los datos reales y, sobre esa realidad, construir hipótesis de trabajo que a su vez hemos de contrastar con la evolución de los hechos. Solo este procedimiento, esta metodología científica, nos puede llevar a conclusiones acertadas y, por tanto, a contribuir a la construcción de teoría revolucionaria, lo que es imprescindible en el momento actual.

En segundo lugar, constatar que vivimos tiempos históricos de gran aceleración; en pocos días o incluso horas suceden muchas más cosas de relevancia de lo que puede ocurrir en años en otras coyunturas. Ello requiere criterios claros para intervenir en ese proceso tan cambiante desde una perspectiva revolucionaria. Esa urgencia de intervención no puede estar reñida con la necesidad de conocimiento y estudio, sin los cuáles esa intervención sería ineficiente.

En estas circunstancias, se pone de manifiesto de nuevo la incapacidad de análisis medianamente riguroso de las corrientes reformistas, entregadas al social-liberalismo proimperialista, como es el caso de algunos sectores vinculados al PCE y de otras organizaciones de esta índole a nivel internacional; y también la incapacidad de análisis concreto de la realidad concreta de las corrientes “izquierdistas”, que si bien en general están constituidas por buena gente, en situaciones críticas como la que estamos viviendo, su doctrinarismo (y, por tanto, la incapacidad que tienen para utilizar la metodología científica del conocimiento) les lleva a asumir posiciones ideológico-políticas aberrantes, que finalmente juegan a favor del enemigo. Desgraciadamente, de ambas tendencias veremos más ejemplos en esa línea en el futuro.

El sábado 24 de junio pasamos unas primeras notas internas y para nuestro entorno más cercano haciendo un análisis sobre los hechos protagonizados por el Ejército privado ruso Wagner, de las cuáles entresacamos los párrafos que nos parece que siguen teniendo vigencia e interés:

“Los hechos desde luego, hasta donde conocemos, tienen una gravedad muy importante, pero ni de lejos se acercan a la potencialidad de tumbar el actual Estado ruso.”

“El viernes 23 de junio el Jefe de la compañía militar Wagner, Prigozhin, publicó en su canal de Telegram que el Ministerio de Defensa ruso había atacado unidades del grupo PMC-Wagner en retaguardia, mediante ataques aéreos. El Ministerio de Defensa lo negó inmediatamente, pero Prigozhin, en base a esta falsa información, inició un proceso de insubordinación y avances en territorio de la Federación Rusa, en lo que se puede denominar claramente una acción de rebelión militar.”

El domingo 25 de junio hicimos una segunda aproximación a los hechos para uso interno, de la que citamos algunos fragmentos:

“Al menos momentáneamente, Putin, a través del Presidente de Bielorrusia, Lukashenko, ha conseguido dar una solución -por supuesto, provisional- al conflicto militar que se había generado a partir del viernes por la insubordinación del Ejército privado Wagner, encabezada por su líder Prigozhin.”

“El objetivo principal obviamente era que no hubiera un enfrentamiento militar en territorio ruso con una fuerza teóricamente defensora del Estado de la Federación Rusa, aunque este fuera de naturaleza privada. En el Global Times del sábado se hacía una referencia en ese sentido, señalando que de conseguirlo Putin demostraría un gran liderazgo político.”

“Ese potencial conflicto militar, que finalmente se ha conseguido evitar, hubiera sido una auténtica tragedia para el mencionado proceso en marcha. No somos ingenuos/as y sabemos que el problema de fondo no queda resuelto, y que el asunto del Ejército Wagner traerá algunos coletazos más, pero la dirección del Estado ruso, encabezada por Putin, ha conseguido bloquear la peor de las opciones ahora mismo.”

En las últimas horas, algunos voceros han estado haciendo hincapié en que Putin había hecho en su discurso una crítica radical a la Revolución de Octubre. Al final de este editorial incorporamos el texto íntegro de ese discurso, en el que se puede comprobar que en absoluto se hace referencia explícita a esa cuestión, y menos aún en el sentido en el que la utilizan esos “opinadores”. Lo que hizo Putin fue describir como una situación dramática y caótica el contexto de Rusia en 1917 y en los años siguientes. Sin esos contextos, los procesos revolucionarios son inviables. La Revolución de Octubre se pudo llevar adelante precisamente porque el contexto en el que se encontraba la sociedad rusa, tanto interna como internacionalmente, era absolutamente desastrosa. Es precisamente la Revolución de Octubre, por supuesto con muchos sacrificios para el pueblo ruso, la que consigue enderezar esa situación y lograr que el espacio que configuró la URSS, y particularmente Rusia, se convirtieran en la potencia social, económica y militar que pudo derrotar a los nazis en la denominada “Gran Guerra Patria”.

Kornilov y Lenin, 1917

En esta ocasión, como ocurriría después con la Revolución popular y socialista en China, se demostró que sólo a través de los procesos revolucionarios se pueden resolver cabalmente esas situaciones críticas y devolver al país correspondiente su estatus de soberanía, desarrollo y cohesión social. Sería importante que aprendiéramos de ello para aplicar esas lecciones al caso del Estado español, que no está lejos de una situación con características similares.

Aunque hay personas y colectivos que se comportan como si tal cosa así fuera, no estamos ante un videojuego; estamos ante el desarrollo material y con todo su dramatismo, incluyendo los aspectos militares, de las contradicciones acumuladas en las últimas décadas en el Sistema capitalista bajo la hegemonía -aunque cada vez más débil- del imperialismo angloamericano.

Por los datos que tenemos, parece que la solución adoptada con respecto a Wagner tiene más profundidad de lo que inicialmente aparentaba. Si es verdaderamente así, nos parece un dato positivo. En cualquier caso, se ha evitado el peor escenario: el enfrentamiento militar con la secuela de muerte y sufrimiento que hubiera supuesto el enfrentamiento con las tropas de Wagner, aunque el resultado final estuviera cantado.

Obviamente Putin no es comunista, como venimos manifestando reiteradamente en nuestros editoriales. Sin embargo, la naturaleza del Estado Ruso actual no es en nuestra opinión la de un Estado imperialista. Rusia es un Estado antifascista, y su base sociológica también lo es en gran medida. No es casualidad que el objetivo mayoritariamente asumido por el pueblo ruso en relación con la intervención en el Donbass y Crimea sea el de la desnazificación de Ucrania, por mucho que tal cosa les resulte molesta a la Unión Europea y a los dirigentes del imperialismo angloamericano, quienes por contra están en la línea de impulsar la renazificación global.

Parece ser que la tensión en el otro gran foco prebélico -Corea y Taiwán- está intensificándose. Es muy importante observar con detalle la evolución de las cosas en esa parte del mundo en los próximos días y semanas.

Como decíamos al principio, una de las tareas principales para los/as revolucionarios/as es el estudio concreto de la realidad concreta para, a partir de ahí, poder construir hipótesis que nos permitan intervenir en ella de forma transformadora en un sentido favorable a los intereses de las clases populares. No son frases hechas, esto es tan importante como el oxígeno para respirar. Obviamente no buscamos la erudición, sino el conocimiento que permita operar en la realidad-real.

Izquierda Castellana, 26 de junio de 2023

 

Anexo. Discurso de Putin el 24 de junio:

Me dirijo a los ciudadanos de Rusia, al personal de las Fuerzas Armadas, de las fuerzas del orden y de los servicios especiales. A los soldados y comandantes que ahora están luchando en sus posiciones de combate, repeliendo los ataques del enemigo y haciéndolo heroicamente. Lo sé porque hoy por la madrugada volví a hablar con los comandantes de todas las direcciones. También me dirijo a aquellos que, mediante engaños o amenazas, han sido arrastrados a esta aventura criminal y empujados al camino del crimen más grave, el motín armado.
Rusia está librando hoy una ardua batalla por su futuro, está repeliendo una agresión de los neonazis y sus amos. Prácticamente, toda la maquinaria militar, económica e informativa de Occidente está dirigida contra nosotros. Luchamos por la vida y la seguridad de nuestro pueblo, por nuestra soberanía e independencia. Por el derecho a ser y seguir siendo Rusia, un Estado con una historia milenaria.
Esta batalla, en la que se está decidiendo el destino de nuestro pueblo, requiere la unión de todas las fuerzas, unidad, consolidación y responsabilidad. Todo lo que nos debilita, todas las divisiones que nuestros enemigos exteriores pueden utilizar y utilizan para socavarnos desde dentro, debe ser desechado.
Por ello, las acciones que dividen nuestra unidad son, en esencia, una apostasía de nuestro pueblo, de nuestros compañeros de armas que están luchando ahora en el frente. Es una puñalada en la espalda a nuestro país y a nuestro pueblo.
Fue exactamente así el golpe que recibió Rusia en 1917, cuando luchó en la Primera Guerra Mundial. Pero la victoria le fue robada. Las intrigas, disputas, politiqueos a espaldas del Ejército y del pueblo provocaron una mayor conmoción, la destrucción del Ejército y el colapso del Estado, la pérdida de vastos territorios. El resultado fue la tragedia de la guerra civil.
Los rusos mataron a los rusos, los hermanos a sus hermanos, y de ello sacaron provecho todo tipo de aventureros políticos y fuerzas extranjeras que dividieron el país y lo destrozaron.
No permitiremos que esto vuelva a ocurrir. Protegeremos tanto a nuestro pueblo como a nuestro Estado contra todas las amenazas. Incluida contra la traición interna.
Porque a lo que nos enfrentamos es precisamente a una traición. La ambición desmedida y el interés personal condujeron a la traición. Traición a su país, a su pueblo y a la causa por la que lucharon y dieron sus vidas los combatientes y comandantes del Grupo Wagner junto a nuestras otras unidades. Los héroes que liberaron Soledar y Artiómovsk, ciudades y pueblos del Donbás, lucharon y dieron su vida por Novorossiya, por la unidad del mundo ruso. Su nombre y su gloria también fueron traicionados por quienes intentan organizar la rebelión, empujando al país hacia la anarquía y el fratricidio. Hacia la derrota, y en definitiva, y la capitulación.
Repito, cualquier agitación interna es una amenaza mortal para nuestra estadidad, para nosotros como nación. Es un golpe para Rusia, para nuestro pueblo. Y nuestras acciones para defender la patria contra tal amenaza serán duras. Todos aquellos que deliberadamente tomaron el camino de la traición, que prepararon un motín armado, que tomaron el camino del chantaje y de los métodos terroristas, sufrirán un castigo inevitable, responderán ante la ley y ante nuestro pueblo.
Las Fuerzas Armadas y otros organismos gubernamentales recibieron las órdenes necesarias y se están introduciendo medidas antiterroristas adicionales en Moscú, la región de Moscú y otras regiones. También se harán esfuerzos decididos para estabilizar la situación en Rostov del Don. Sigue siendo difícil, con el trabajo de las autoridades civiles y militares bloqueado.
Como presidente de Rusia y comandante en jefe, como ciudadano de Rusia, haré todo lo posible para defender el país, para proteger el orden constitucional, la vida, la seguridad y la libertad de los ciudadanos.
Quienes organizaron y prepararon el amotinamiento armado, quienes alzaron las armas contra sus compañeros de lucha, traicionaron a Rusia. Y responderán por ello. Insto a los que están siendo arrastrados a este crimen, a no cometer el error fatal y trágico, inimitable, a tomar la única decisión correcta: dejar de ser parte de acciones criminales.
Preservaremos y defenderemos lo que nos es querido y sagrado, y junto con nuestra Patria superaremos cualquier reto y nos haremos aún más fuertes.
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