A favor de la guerra o a favor de la paz, no hay más alternativas

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A favor de la guerra o a favor de la paz, no hay más alternativas

Una oportunidad para la paz que hay que aprovechar, porque es una oportunidad para la humanidad

La propuesta a favor de la paz presentada por China el 24 de febrero de este año, coincidiendo con el primer aniversario del inicio de la guerra de la OTAN contra Rusia que se desarrolla en Ucrania, inició un camino que poco a poco y no sin dificultades se va abriendo paso. Inmediatamente los EEUU rechazaron el plan, aduciendo que este era descaradamente favorable a Rusia, que no definía con claridad a qué se refería al hablar de la “integridad territorial de Ucrania” y que además no señalaba con precisión quién era el responsable del inicio de este conflicto. China, a sabiendas de las dificultades, siguió con su trabajo de construir la paz, y la llegada de Lula a la presidencia de Brasil y su clara apuesta por esa misma opción -la paz- han dado un impulso cualitativo y cuantitativo a ese proceso.

El trato mediático dado a la presencia de Lula en el Estado español ha sido vergonzoso. Brasil tiene más de 214 millones de habitantes, una tasa de crecimiento por encima del 4,6%, una superficie de 8,5 millones de kilómetros cuadrados (17 veces más que el Estado español), un PIB de más de 2 billones de euros y es la octava economía del mundo por paridad de poder adquisitivo. El motivo de ese trato mediático se debe claramente al posicionamiento de Lula a favor de un auténtico proceso de paz en el conflicto entre Rusia y la OTAN. Demostrando su simplicidad intelectual y su pleno vasallaje a los intereses del imperialismo yanqui, representado por Biden, han intentado desacreditar la posición de Lula; cuando vieron que era francamente difícil, trataron de desnaturalizarla, cosa que tampoco consiguieron.

Lula dejó unas cuantas cosas claras, cosas que por obvias pareciera que no fuera necesario aclarar, pero el nivel intelectual de los voceros de las clases dominantes españolas es de tal pobreza que el presidente brasileño tuvo que insistir en varias ocasiones ante la incapacidad de comprensión de políticos y periodistas, que de inteligencia natural andan francamente mal (así se entienden mejor esas expectativas que expresan sobre la llamada “inteligencia artificial”). Retomaron una cantinela muy similar a la empleada cuando China hizo su propuesta de paz. Una de las cosas que repitieron hasta la náusea es que, en su discurso a favor de la paz, Lula no definía a los responsables del conflicto actual, es decir, que no diferenciaba entre “buenos y malos”, posición propia de un maniqueísmo que entronca con la historia de la Santa Inquisición y que sigue impregnando la subcultura española. Lula simplemente señaló que cuando se intenta poner en marcha sinceramente un proceso de paz no se puede empezar por calificar a los bandos en conflicto de “buenos y malos”. Otra cuestión que no entra en los cerebros de los comunicadores y políticos de este país es su posición sobre la integridad territorial de Ucrania. Cuando Lula hizo la consideración de que el territorio de Crimea o el Donbás no pertenecen a Ucrania por definición natural, estos se llevaron las manos a la cabeza. La respuesta de Lula fue humilde: “eso lo tendrán que decidir los ucranianos y los rusos”, pero la presuntuosidad de los periodistas y políticos españoles no tiene límites. La ignorancia es muy atrevida, sobre todo cuando va unida al vasallaje sin matices. Es obvio que los conocimientos históricos sobre ambos países entre estos personajes es nula. Han de ser los habitantes de estos territorios los que se pronuncien sobre a qué Estado quieren pertenecer -ya lo han hecho, por cierto, y una mayoría abrumadora optó por pertenecer al ruso-. Plantear que vuelva a haber una nueva consulta entre la población puede tener su lógica dentro de un plan de paz, pero decir que son ucranianos sin tener en cuenta la voluntad de la población es una postura simplemente contraria a cualquier planteamiento democrático. Si se está a favor de la paz, no se puede estar financiando y apoyando con recursos humanos y bélicos a uno de los bandos en conflicto.

Coincidiendo con la estancia de Lula en Madrid, se conoció la conversación telefónica entre Zelensky y Xi Jinping, sobre la que el propio Zelensky expresó su satisfacción. Los EEUU, posteriormente y por la boca pequeña, tuvieron que aceptar que era algo positivo.

En unas pocas semanas se celebrará el Foro de Sao Paulo en Brasilia. Nos imaginamos que el Presidente Lula llevará de alguna manera su propuesta de paz a ese encuentro de las fuerzas progresistas latinoamericanas y, en general, de todo el mundo. Será un momento muy importante para dar un espaldarazo a esa iniciativa. Sin duda tendrá el apoyo del Movimiento Comunero del Siglo XXI.

En principio, se podía interpretar que con todos estos mimbres se podría construir un cesto relativamente consistente para la paz. Sin embargo, somos muy escépticos/as sobre un final positivo para este proceso. Las fuerzas favorables a la guerra son muy poderosas y no dejarán de conspirar para proseguir su camino. Ya hemos visto algunos ejemplos claros en el mundo occidental y en el Estado español. Entre ellos destaca Josep Borrell, un auténtico agitador de la guerra, no solo en Ucrania, sino también de su extensión a China. Cuando hace un llamamiento a que las armadas europeas transiten por el Estrecho de Taiwán, está haciendo un llamamiento descarado a la extensión de la guerra en Asia. Quizás sería bueno dotarlo de una mochila y un fusil para que fuese a la primera línea del frente en el Donbás.

Pese a las altas probabilidades de que este plan de paz iniciado por China y reforzado por Lula vaya a ser boicoteado por el bando imperialista y guerrerista, no hemos de tirar la toalla. Muy al contrario, la lucha por la paz ha de ser una de las tareas principales del movimiento popular en los próximos meses en Castilla, en el Estado español y a nivel internacional. Intentaremos llevar al próximo encuentro del Foro de Sao Paulo un manifiesto con el mayor número de apoyos de movimientos sociales en respaldo a la posición del presidente Lula en relación con la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania.

Izquierda Castellana, a 28 de abril de 2023

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