
Vallekas abarrota un auditorio durante la presentación de «Memorias del deporte obrero castellano»
El pasado viernes 24 el auditorio de la Biblioteca Miguel Hernández se quedó pequeño para acoger la presentación del libro: «Memorias del deporte obrero castellano. Castilla ante la Olimpiada Popular de Barcelona 1936. Cantabria, Castilla y León, Castilla la Mancha, La Rioja y Madrid».
Algun@s de l@s asistentes se quedaron fuera del recinto por motivos de aforo. Quienes sí pudieron acceder al auditorio atendieron a una charla en la que el autor de la obra (Iker Ibarrondo-Merino) desgajó el desarrollo del capitalismo industrial en Castilla como condición sine qua non -ya que el deporte es un fenómeno eminentemente burgués- para comprender el desarrollo del deporte en este territorio.
Se afirmó que dado que el desarrollo capitalista en Castilla es diferencial y específico, el origen y desarrollo del deporte también lo es, describiendo un eje de desarrollo único, del interior al exterior, así como otros elementos que lo determinan.
Tras este primer bloque, el autor engarzó con la cuestión sexual y de clase respecto del deporte, aseverando que, debido a que el desarrollo del capitalismo es desigual en función de cada nación, también lo fue el deportivo; cada clase social dentro de cada nación desarrolló una lucha en parámetros específicos por el acceso al mismo, que en Castilla se vincularía al socialismo, hasta mediados de 1936 cuando entroncaría con el comunismo con connotaciones castellanistas y feministas. El mismo fenómeno sucedió respecto al deporte femenino, teniendo que superar para la práctica deportiva los roles de género que el capitalismo había construido en torno a su sexo.
Posteriormente se explicó la participación castellana en la Olimpiada Popular antifascista de Barcelona de 1936, a la que Castilla enviaría una delegación de atletas en representación de este territorio. El autor destacó la participación de Vallekas en la configuración de esta delegación olímpica.
Para terminar, el autor reflexionó sobre el expolio cultural, de conciencia y memoria del pueblo castellano -realmente existente en términos sociales, económicos y políticos- y que los atletas obreros de principios del siglo XX entendieron como marco natural de acción deportiva.