¡Las tropas de Ucrania apoyadas por la OTAN están a las puertas de Moscú, que a su vez está viviendo una insurrección popular contra Putin y su Gobierno!

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¡Las tropas de Ucrania apoyadas por la OTAN están a las puertas de Moscú, que a su vez está viviendo una insurrección popular contra Putin y su Gobierno!

Este sería el titular con el que a la mayoría de los grandes medios de manipulación-comunicación occidentales les gustaría abrir sus ediciones digitales y escritas. Como sería demasiado grotesco hacerlo en la actualidad, cualquier nueva circunstancia que ocurre en ese conflicto político-militar, lo interpretan y «relatan» en esa clave, aunque sea forzando completamente la realidad. Cualquier «novedad en el frente» la incorporan como elemento que refuerce ese relato virtual en el que están instalados. Solo hay que hacer un somero análisis de la hemeroteca de los dos grandes medios escritos en el Estado español (El País y La Vanguardia) para comprobar esta tesis: que avanzan las tropas rusas en Ucrania, un desastre para el ejército ruso; que se repliegan, un desastre mayor aún y además signo de la derrota inminente y final del ejército ruso; y así con todo. Similares son «las cuentas de la guerra» de Zelenski, héroe actual del capitalismo occidental más decadente, degenerado y depredador de la historia. Según él y sus voceros, más de 500 generales rusos murieron en los primeros meses de la guerra, así como decenas de miles de soldados de esa nacionalidad, que según él corrieron similar destino, no menos de 100.000. Los medios de comunicación occidentales replican como papagayos tales informaciones sin hacer el menor contraste sobre ellas. El Gobierno español de Pedro «el Guapo» estimula de forma irresponsable, – ¿qué va hacer si no una persona de su nivel moral e intelectual?- esa política informativa guerrerista y, lo que es peor, irracional y exenta de todo rigor intelectual.

Se conoce bien el hecho de que en una guerra la primera víctima es la veracidad. En la que está teniendo lugar en Ucrania, en la guerra entre la OTAN y Rusia, esta alcanza niveles de auténtica paranoia; pero es que al bloque capitalista occidental, muy especialmente al español, no le queda otra.

El capitalismo occidental necesita una gran guerra como marco en el que, creen, pueden intentar resolver su crisis estructural y geoestratégica. Una crisis estructural de la que no tienen otra forma de salir, y de la que en condiciones normales, después de reiterados intentos, lo único que han conseguido es una repetición de crisis coyunturales cada vez más severas. Y crisis geoestratégica, es decir, la evolución hacia un mundo multilateral, tal como demanda la mayoría de la humanidad, como así expresan los Estados que acogen a 6.000 millones de personas de las 7.000 millones que habitan el planeta. Ese proceso hacia un mundo multilateral avanza, por supuesto con dificultades, esencialmente bajo el impulso de China, de una forma continua. El capitalismo/imperialismo occidental y su organización armada -la OTAN- están totalmente enfrentados a tal dinámica y las perspectivas que genera para el mundo.

Saben perfectamente que esta es su última oportunidad y de ahí su indisimulada ansiedad. Es su última oportunidad porque la correlación de fuerzas militar también avanza desfavorablemente para ellos. Además también se están dando cambios de gran importancia en un campo que era hasta hace muy poco de su uso y dominio exclusivo: el campo cultural y de la información (más bien manipulación). En este terreno aparecen actores que cuestionan la hegemonía del pensamiento occidental capitalista, además con un éxito progresivo.

Realmente estamos ante la última oportunidad estratégica para el imperialismo en su misión de mantener el brutal modelo de dominación global actualmente existente.

Es por ello que una nueva guerra mundial no solo no les preocupa, sino que la ven como imprescindible, y para ella se están preparando desde hace ya algunos años.

Los EE.UU., como otras potencias occidentales, han demostrado suficientemente a lo largo de la historia que no les importa ir por el mundo generando destrucción, muerte y caos, si ello tiene utilidad para su proyecto. En los últimos años invadieron Irak, Libia, Siria, Afganistán (donde sufrieron una humillante derrota), Yugoslavia, etc.. Anteriormente lo habían hecho en numerosos países de Latinoamérica, incluyendo la colaboración en el golpe de Estado contra el legítimo presidente chileno Salvador Allende o en Cuba, donde las tropas mercenarias que enviaron para la invasión fueron derrotadas por el pueblo cubano en Bahía de Cochinos.

El continente asiático también sufrió esa política de agresiones/invasiones, tal como ocurrió en Corea y posteriormente en Vietnam.

Los yankis, y sin razón objetiva alguna para ello, fueron los primeros, hasta ahora los únicos, en utilizar la bomba atómica al finalizar la II Guerra Mundial en Hiroshima y Nagasaki, con el resultado de centenares de miles de muertos y desaparecidos entre la población civil, que es a quienes se dirigieron.

Ese es el Estado al que el Gobierno español, el actual, sigue ciegamente, que es a su vez quien ha creado la patética y trágica figura de Zelenski, al que Pedro Sánchez tanto ama. Un auténtico criminal profesional que una vez tras otra rechaza cualquier proceso de negociación para la paz y se dedica plenamente a estimular y ampliar la guerra. Este también es de los que se creerá que va a ganarla. A Hitler le ocurrió lo mismo hasta poco antes de su suicidio. Tal como dijo el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov, en la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU del día 22 de septiembre: « Lavrov: «Occidente trata a Zelenski según el principio de ‘es un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra’‘»

Hay una excepción en el relato y los análisis que se hacen de la evolución de la guerra en Ucrania, que nos parece de interés destacar, y es el que habitualmente hacen los oficiales de alta graduación retirados del Ejército. Hace unos pocos días, en una entrevista televisiva al Teniente General Pitarch, comentó que lo fundamental de la hiperpublicitada contraofensiva ucraniana era su aprovechamiento mediático-político, ante una opinión pública occidental que empezaba a dar muestras de cansancio por la falta de resultados en la guerra y que cada vez ve con menos simpatía el tremendo esfuerzo presupuestario de recursos materiales y humanos para alimentarla. Es obvio que en ese sentido la están utilizando.

Otro tópico reiterado hasta la náusea, aunque saben que es totalmente falso, es el de que Europa está cada vez más unida a la OTAN en su guerra en Ucrania. La mentira tiene las patas muy cortas y las últimas elecciones en Suecia no indican tal cosa. El Gobierno que planteó la entrada en la OTAN ha perdido las elecciones, y las encuestas también dan como perdedor en las elecciones del próximo domingo 25 de septiembre al actual Gobierno italiano, volcado en una política guerrerista y proatlantista. Podríamos hablar también del rechazo a las políticas de la UE y la OTAN de diversos países de Europa central, pero muy especialmente queremos destacar las movilizaciones cada vez más amplias que se están haciendo por parte de las clases populares en contra de esa guerra en diversos países europeos.

El caso del Estado español es particular, tal como dice la canción infantil -«el patio de mi casa es particular»-. Además de estar afectado por el mal común de la crisis estructural del capitalismo y por los cambios geoestratégicos, ante los que son incapaces de dar un paso en la dirección correcta, están afectados por sus tremendas debilidades específicas desde el punto de vista económico. La economía española es la más renqueante de toda Europa occidental. Debilidades que afectan también y de forma muy intensa a cuestiones culturales, en parte inducidas desde el propio Gobierno, pero muy especialmente debilidades políticas. La histeria de los medios de comunicación y portavoces institucionales ante la posibilidad de que el Emérito fuera invitado a los funerales de Isabel II, y una vez confirmada tal cosa, para su desazón, pasaron a tener por prioritaria la cuestión de dónde iban a ser ubicados, expresando el deseo de que los. Eméritos y los reyes actuales no se sentasen juntos. Finalmente los cuatro reyes de la baraja estuvieron agrupados en un mismo espacio, tal como era completamente previsible. Ese nerviosismo ha sido una nueva clara expresión de la brutal fragilidad institucional del Régimen del 78, que por supuesto se manifiesta en otras muchas cuestiones.

De momento, la UE y el capitalismo internacional prefieren que el Gobierno de Pedro Sánchez continúe gestionando los intereses del imperialismo y del capitalismo español en este territorio. Siguen teniendo la impresión de que el actual Gobierno es el más idóneo para frenar las consecuencias sociales de la brutal crisis económica, a las que se suman las condicionadas por la guerra; y estos, los del Gobierno, están haciendo todo lo posible para que esa actitud se mantenga. En el actual viaje a Nueva York de Pedro Sánchez, según aparece publicado en El País del 23 de septiembre:«El presidente tranquiliza a los grandes fondos por la ley de vivienda y los impuestos a energéticas en un encuentro con los ejecutivos de las compañías con más intereses en España»

La traición al pueblo saharaui, porque EE.UU y Marruecos lo exigían; y la implicación directa en la guerra de Ucrania, que traerá consecuencias para nuestros Pueblos, son otras expresiones de tal cuestión.

La obsesión del actual Gobierno, compartida por todo el Régimen del 78, es que a la opinión pública no llegue información de lo que está ocurriendo realmente, y ello en ningún plano: ni en el económico, ni en el político, ni en el militar. Con tal cuestión pretenden impedir que se pueda ir construyendo una oposición organizada, informada y consciente. Aunque saben que algunas cosas inevitablemente van a llegar, especialmente las derivadas de la galopante inflación, pretenden que esto ocurra lo más tarde posible, para que las fuerzas políticas y sociales que estamos por una alternativa antiimperialista y prosocialista a lo que está ocurriendo no tengamos tiempo para organizar la resistencia. Lo tienen claro.

El lanzamiento de iniciativas puramente propagandísticas, como el impuesto a las grandes fortunas durante unos pocos meses, no es más que pura propaganda, sin eficacia alguna. Otras medidas, como la rebaja del IVA al gas natural del 21% al 5% que sí tendrá una cierta repercusión, no afecta a la calefacciones colectivas de las comunidades de vecinos, que quedan excluidas de tal medida, cuando tendrían que ser las priorizadas. No es difícil imaginar la tremenda tensión que ocurrirá en las reuniones de las comunidades de vecinos acerca de la calefacción, pero también en otras muchas en las que la inflación y la pérdida de poder adquisitivo repercute de forma muy especial.

Represión en las fiestas de Alcalá de Henares

En paralelo con esa línea de desinformación, y de forma complementaria, están reforzando y ampliando la represión. La actuación policial en las últimas fiestas de Alcalá de Henares es un claro ejemplo de que están ensayando para llevar adelante el control de movilizaciones sociales amplias.

El bloque dominante español, además de ser absolutamente servil a los intereses de un capitalismo occidental cada vez más guerrerista, es también cada vez más incapaz desde el punto de vista intelectual, más estúpido. Las apariciones de miembros del Gobierno y/o de sus apoyos parlamentarios, cada vez es más similar a un desfile de modelos. La estética ha desplazado totalmente a la ética; y la estupidez, al pensamiento racional e inteligente.

Las últimas declaraciones en una comisión parlamentaria de la ministra «Montere», que hasta ahora no han sido desmentidas, son simplemente de juzgado de guardia y la convierten en una auténtica delincuente.

Izquierda Castellana, 23 de septiembre de 2024

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