
Comunicado de MALVA ante el hurto del debate público de la Ley Trans
Desde MALVA queremos manifestar nuestra más absoluta indignación y decepción como mujeres, feministas y ciudadanas ante el acuerdo de la Mesa del Congreso relativo a la tramitación de la conocida Ley Trans por trámite de urgencia y que la Comisión de Igualdad tenga competencia legislativa plena, regulado en art. 148 del Reglamento del Congreso.
Denunciamos la absoluta falsedad de los motivos alegados para solicitar el procedimiento de urgencia. Una ley con tan importantes repercusiones sociales y sanitarias no puede ser aprobada sin que la voz de las expertas y expertos sea escuchada y debatida, sin la presencia de colectivos feministas, sin la presencia de organizaciones sanitarias (representados por psiquiatras, endocrinas, psicólogas…), ni de docentes, trabajadoras sociales ni tampoco las familias (no solo las transactivistas), que tienen mucho que decir al respecto. Por supuesto, sin que se escuche a las personas que han destransicionado o que se encuentran en ese proceso.
Se hurta el debate público. La opacidad, la ocultación y las maneras totalitarias del Gobierno PSOE-Unidas Podemos son incompatibles con el derecho de la sociedad a conocer cómo va a impactar esta ley en las vidas de los menores y de las mujeres. Pretenden ignorar las terribles consecuencias que leyes similares han tenido en lugares como Inglaterra y Suecia, y cómo estos países están modificando su legislación y reculando en la prescripción de bloqueadores a menores ante las consecuencias detectadas en su aplicación (estudios que analizan la disforia de inicio rápido, que afecta a 8 de cada 10 casos). Nos están privando de este derecho.
En estos tiempos de tergiversación de discursos, de utilización de nuevos vocablos estúpidos, de posmodernidad con tufillo a rancio, quieren aprobar la Ley Trans con mucha rapidez para que la ciudadanía no tenga tiempo de saber que nos están intentando idiotizar, para que no veamos con nitidez la ola de conservadurismo y neoliberalismo exacerbado, respaldado por un ingente negocio farmacológico y médico que está arrastrando a las sociedades occidentales al absurdo. La izquierda ha comprado estos postulados casposos y sexistas barnizados de modernidad sin rechistar bajo el paraguas de la diversidad y la inclusión, pero decir esto es enfrentarse a una denuncia por discurso de odio.
A la dictadura del individualismo más feroz “yo soy lo que soy, porque lo digo yo” se han sumado unas expresiones tan absurdas como ofensivas para las mujeres, que ya no podemos ser denominadas como tales sino definidas como personas menstruantes, con vulva o gestantes, y otras expresiones que contribuyen a borrar a las mujeres, como leche pectoral o torácica, progenitor gestante, Cónyuge supérstite gestante, etc. Máximo retorcimiento de las palabras para no ofender a los señores que se definen «mujeres con pene» y que curiosamente siempre son lesbianas (hombres que no renuncian a tener sexo heterosexual ). Nos reiríamos si no fuera por las graves consecuencias de este delirio: la primera, que se quiera formalizar como ley; la segunda, que está arrastrando a miles de niñas/os y jóvenes (niñas en más de un 80%) a un engaño masivo de cambio de sexo sobre la base del sexismo más profundo, al que el movimiento feminista lleva combatiendo durante siglos. Hemos vuelto al rosa y el azul, a los balones para niños y las muñecas para niñas, que “casualmente” es el mismo discurso que defiende Vox, el que reniega de la violencia de género y utiliza pins parentales para limitar la coeducación; ahora añadimos otro pin parental, la Ley Trans, esta vez en forma de disposición legal y respaldada por una Ley Mordaza que puede imponer abultadas multas para todo aquel que ose decir algo.
Todo ello supone un gran retroceso para los derechos de las mujeres que va a costar mucho revertir. Pero lo que va a ser imposible de recuperar van a ser los cuerpos maltrechos de los/as menores sometidos a tratamientos hormonales y cirugías mutiladoras con consecuencias irreversibles. Exigimos al Congreso que se escuche a todas las partes implicadas, así como la opinión de expertos/as para que se tenga toda la información necesaria. Exigimos a los medios de comunicación que, en un ejercicio de responsabilidad periodística, informen de manera clara y objetiva sobre esta realidad, así como que se garantice la presencia del movimiento feminista abolicionista en los medios de comunicación como parte indispensable de la pluralidad y no solo hagan propaganda favorable a la Ley Trans.