NO SON ACCIDENTES. SON CRÍMENES.

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L@s responsables institucionales de este país, es decir los que cobran salarios muy por encima de la media y gozan de impresionantes privilegios, nunca asumen responsabilidad alguna en lo que ocurre. Siempre hay circunstancias o responsables externos que explican los problemas. Así ocurrió con la pandemia Covid- 19; así ocurre con la crisis económica y con la inflación; así ocurre con los incendios forestales (en este caso lo achacan al cambio climático).

La brutal ola de calor que estamos padeciendo, así como los incendios forestales, están interrelacionados entre sí y con otras cuestiones, como el calentamiento global, pero es obvio que el cómo se desarrolle su gestión condiciona que sus efectos sean más o menos trágicos.

El medio rural castellano sufre un secular abandono por parte de la instituciones: la pérdida de población; el desmantelamiento del tejido productivo y las infraestructuras; la liquidación de los servicios públicos durante los últimos años, especialmente en sanidad y educación; además de los servicios privados que ya no les son económicamente rentables, tal como el cierre de los servicios financieros en los pueblos medianos y pequeños.

En lo que llevamos de año, entre enero y junio de 2022 según datos del propio Ministerio de Transición Ecológica, se han quemado en el conjunto del Estado español 69.869 hectáreas, una cifra que supone un 153% de la quemada durante el año 2021. La mitad de la superficie, es decir, 32.000 hectáreas, eran superficie arbolada. La mitad, a su vez, le ha tocado a Castilla y León, especialmente a la provincia de Zamora. En la Sierra de la Culebra se quemaron más de 30.000 hectáreas en el mes de junio, la mitad arboladas. Es necesario señalar que en el nuevo incendio que se ceba con la Sierra de la Culebra en este mes de julio han muerto dos personas: un bombero y un pastor, además de numerosos heridos.

El territorio forestal y la fauna que tienen a este como su hábitat de vida son patrimonio esencial de nuestra Comunidad, de las pocas cosas que van quedando. Su destrucción supone un elemento adicional en la liquidación de nuestro pueblo. Porque un pueblo son sus gentes, pero también su territorio, su fauna, su paisaje… si también se liquida esto, se liquida el futuro de nuestro pueblo.

Los incendios se pueden y se tienen que prevenir. Los bomberos forestales se han cansado de decir que los incendios se «apagan en invierno», que es cuando hay que limpiar los montes de maleza y en general de aquellos elementos que no son útiles desde el punto de vista del desarrollo forestal, pero que son un potencial combustible para los incendios en verano. Igualmente, es en invierno cuando hay que establecer los cortafuegos… Es imprescindible también tener plantillas de bomberos forestales ajustadas a las necesidades potenciales.

INCENDIO FORESTAL SIERRA DE LA CULEBRA.

Las que acabamos de enumerar son unas pocas medidas sencillas, que obviamente necesitan de otras muchas, pero nada de eso se está haciendo, porque como decíamos las instituciones están colonizadas por gentes a las que solo les importa su beneficio particular y nada o muy poco los problemas del conjunto de la sociedad. No hay en absoluto una gestión forestal racional y eficiente desde la administración pública.

En relación con la gestión de la ola de calor en su sentido global, podríamos hacer similares consideraciones. Dos trabajadores de la limpieza han fallecido en los últimos días en Madrid por la ausencia de una condiciones laborales medianamente ajustadas a las circunstancias. No son muertes, son asesinatos, tal como dejaron muy claro miles de personas en las fiestas de la Karmela en Vallekas, en donde se denunciaron estos hechos y se dedicó un minuto de silencio a las víctimas de la irresponsabilidad de la administracion pública y empresarial. Los comentarios al respecto de la ministra de trabajo son expresivos de la tremenda corrupción moral que afecta a la clase política. Según el Gobierno y su Ministra de Trabajo ya no hay contratos temporales. Según la información publicada en diversos medios, «el barrendero» fallecido por un golpe de calor en Vallekas – Jose Antonio González-, tenía un contrato de un mes. La mentira tiene patas muy cortas.

 

La defensa de la vida en particular -y la defensa de nuestro patrimonio forestal como parte de la defensa de la vida- exige una movilización por parte de nuestra gente. Sin ella, sin esa movilización, nuestr@s polític@s van a seguir teniendo una actitud absolutamente irresponsable. Desde el movimiento popular castellano intentaremos, en colaboración con el mayor número de colectivos posibles, impulsar una movilización que exija una política justa y eficiente en relación con los incendios forestales y de la ola de calor que nos afecta.

Izquierda Castellana. 19 de julio de 2022

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