
El jueves 19 por la tarde aterrizaba en el aeropuerto de Peinador (Vigo) un jet privado, cuyo alquiler habría costado unos 100.000 euros, en el que entre otros venía Juan Carlos I, el Emérito.
Además de los gastos del pago del jet, un viaje de estas características ha tenido que suponer enormes gastos a mayores, aparte de la estancia de este señor en su exilio dorado.
Nos gustaría conocer al detalle, aunque ya sabemos que en este país es tarea francamente difícil, cuáles son los gastos para el erario público de las andanzas de ese golfo y corrupto conocido como Juan Carlos I. Desde los partidos del Régimen dan por hecho que las decisiones en relación con el viaje de Juan Carlos corresponden a la Zarzuela. Nos gustaría que se explicara la razón por la que, si todos los gastos derivados de esa actividad se financian con el erario público, es la Zarzuela la única que decide sobre ellos. Se trata de un ejemplo más de lo que decíamos en un editorial anterior “GROOM OF THE STOOL”, LOS LIMPIADORES DEL CULO DEL REY. En cualquier caso, da la impresión de que Juan Carlos ha llegado a un punto en el que ya no acepta imposición alguna de la Zarzuela.
Al margen de esas cuestiones menores, lo que nos parece gravísimo es que a la llegada de Juan Carlos al territorio español no lo estuviera esperando un pelotón de la Guardia Civil para detenerlo y ponerlo a disposición judicial.
Diamantes de 100.000 euros, los pendientes de Letizia regalo del emir de Catar
Lo que está ocurriendo en el Estado español -no solo con Juan Carlos y el conjunto de la Monarquía borbónica, sino con todas las instituciones que han encontrado en las prácticas de la Corona un modelo de actuación para sus propias prácticas de corrupción generalizada- sería inadmisible en cualquier otro país europeo. No es que creamos que las “democracias parlamentarias” constituyen ejemplos de transparencia y buena gestión, o que estén exentas de corruptelas, pero en España las habas se cuecen a calderadas desde hace décadas: la guerra sucia, los negocios cerrados en los palcos, el espionaje, las contabilidades paralelas, las comisiones, las tramas y fraudes… están a la orden del día.
El domingo 22 de mayo a las 12:00, en la Plaza de Ópera (Plaza de Isabel II) en Madrid, está convocada una concentración a la que ya se han adherido decenas de organizaciones, colectivos barriales, políticos y sindicales.
Haremos todo lo que esté en nuestras manos para que en esa convocatoria se ponga de manifiesto el rechazo del pueblo trabajador madrileño a Juan Carlos y al conjunto de la Monarquía borbónica.
Que se vayan para no volver.