Las elecciones del domingo 13 no van a suponer un impacto significativo sobre los graves problemas que afectan a nuestra Comunidad y a nuestras gentes: no tendrán consecuencias sobre la despoblación galopante; ni sobre el deterioro intenso de nuestra ganadería y agricultura; ni sobre el debilitamiento severo, con riesgo de desaparición, de diversos sectores de la pequeña empresa; ni sobre la emigración forzada de nuestra juventud; ni sobre la precarización de los trabajadores en general; ni sobre la discriminación de las mujeres; ni sobre la pérdida del poder adquisitivo de las y los pensionistas, que suponen una importantísima fracción de la sociedad castellano y leonesa. Cualquiera de los resultados posibles surgidos de estas elecciones no supondrá incidencia significativa en las cuestiones que acabamos de enumerar.
No vemos candidatura alguna, a nivel de la Comunidad, que merezca nuestro apoyo. Sus actividades están esencialmente orientadas a conseguir hacerse con el mayor trozo del pastel institucional, pastel que se ha convertido en el «alimento» más codiciado por un pequeño sector social que encuentra en la actividad política profesional la oportunidad de conseguir un estatus de vida privilegiada (que por otros medios no conseguirían).
Solo vemos una excepción significativa al respecto: las candidaturas provinciales. En nuestra opinión, marcan estratégicamente un rumbo correcto. Nuestra posición sobre la articulación territorial de Castilla entiende a las provincias como su base fundamental, que deben desarrollar su institucionalidad a través de las diputaciones, una vez democratizadas estas. Partiendo de ellas, debería articularse un proyecto para el conjunto de Castilla, es decir, para sus 17 provincias, a través de instrumentos estatales propios; esta sí sería una herramienta que podría tener capacidad real de intervención para corregir el devenir dramático de nuestra tierra.
El poder mediático “progre” ha intentado influir de forma compulsiva en las Elecciones Autonómicas de Castilla y León, especialmente el Grupo PRISA y, en ese contexto, también en el movimiento provincialista, asociándolo, entre otras cosas, a la “España Vaciada”. La denominación de España Vaciada es una abstracción que ignora y deforma las auténticas causas de ese proceso de vaciamiento y, por lo tanto, pone unas bases que no servirán de manera alguna para resolver el problema. Puro postureo. Pero al calor de esos procesos se han arrimado algunas personas que no tienen la menor intención de cambiar la deriva en que se encuentra Castilla, ni en contribuir a la construcción de un futuro de progreso para nuestro pueblo. Hay una clara excepción en relación con esos proyectos: la candidatura “Soria ¡Ya!”. Se trata de un proyecto real, que después de 20 años de trabajo social en defensa de Soria (y, por extensión, de Castilla), ha decidido dar el paso de presentarse a las Elecciones Autonómicas a través de una plataforma electoral. Les deseamos que tengan éxito, porque ese éxito será útil para Soria y para el conjunto de nuestro pueblo. A pesar de que tal origen y posicionamiento -el de Soria ¡Ya!- ha sido explicado por activa y pasiva, el citado grupo mediático -PRISA- insiste en incluir a esa candidatura en el «totum revolutum» de la España Vaciada.
El vaciamiento -y no solo demográfico- de Castilla, proceso que tiene siglos de existencia, aunque se ha visto agudizado en las últimas décadas, tiene su origen en la colonización interior a la que se ve sometida nuestro pueblo tras la derrota de la Revolución comunera a manos del ejército imperial de Carlos V y las consecuencias que de ello se derivaron. El Madrid imperial, contrapuesto al Madrid comunero, es uno de los motores de ese proceso de colonización interior de Castilla, de su decadencia. Una lucha eficaz contra la involución demográfica, económica y social de Castilla pasa por construir auténticas instituciones propias.
La militancia de IzCa y en general la militancia comunera dedica sus energías y recursos a impulsar la organización y movilización popular, en la lucha por aquellas cuestiones que tienen un efecto grave en la calidad de vida de nuestra gente: movimiento en defensa de los derechos de las mujeres, de la juventud, del Sistema Sanitario Público (en particular, en el medio rural), etc. En el proceso previo a las Elecciones Autonómicas anteriores (2019), el PSOE apoyó de forma clara al movimiento en defensa de la Sanidad Pública y ese fue sin duda uno de los factores que motivaron su victoria electoral en aquella ocasión, pero no pudieron o no supieron proyectar políticamente esa victoria y el cambio de Gobierno en la Comunidad que la gente esperaba se vio de nuevo defraudado por maniobras de salón. No parece fácil recomponer socialmente aquellas expectativas. En relación a Unidas Podemos, solo podemos expresar nuestro pesar porque IU, una organización con una base militante real y relativamente forjada en la lucha, se haya dejado arrastrar por Podemos a una deriva electoralista que incluye el intento de instrumentalización de las plataformas sociales para esa finalidad. No van a conseguir resultados electorales significativos, pero en ese camino están haciendo un grave daño a algunos movimientos populares. Esperamos que los sectores ideológica y políticamente sanos reflexionen sobre esta deriva y adopten posiciones que les permitan recomponer un posicionamiento favorable hacia la lucha por los derechos sociales y políticos de nuestro pueblo.
Izquierda Castellana, 12 de febrero de 2022