
Crónica del acto de homenaje a María de Pacheco y a los comuneros toledanos
El pasado sábado 5 de febrero la militancia comunera volvió a reunirse en Toledo para conmemorar la resistencia que ofreció la ciudad contra el proyecto imperial de Carlos V, resistencia capitaneada por María de Pacheco. Estamos inmersos/as en el V Centenario, pero las instituciones, y particularmente las castellano-manchegas, han pasado de puntillas y/o silenciado este episodio de gran trascendencia histórica, política y social para el devenir de nuestro pueblo y para el conjunto de pueblos del mundo. No es casual, pues el recuerdo de los comuneros -en tanto es útil para inspirar líneas de acción política rupturistas en el presente- sigue siendo un elemento potencialmente peligroso. El 500 aniversario de la Revolución se cierra sin que el Ayuntamiento toledano haya hecho algún tipo de reconocimiento a la Leona de Castilla, ignorando la clásica reivindicación castellanista de instaurar una estatua que recuerde su papel protagónico de las mujeres comuneras en aquellos acontecimientos.
Entre pendones, banderas republicanas y feministas, decenas de militantes del movimiento comunero del siglo XXI realizamos el tradicional pasacalles desde la Plaza de Zocodover hasta el lugar en que se levantaba la casa de Juan de Padilla y María de Pacheco. Durante las intervenciones políticas de Yesca e IzCa se hizo un recorrido por la situación política -el incremento de las tensiones militares, la agudización de la precariedad y la carestía, el desprestigio de las estructuras e instituciones del Régimen del 78, el procedimiento de ilegalización contra Izquierda Castellana, las consecuencias de la ofensiva patriarcal, las principales problemáticas de la juventud…- y se puso en valor el imprescindible trabajo militante en los diferentes frentes de lucha.
Desde el imperialismo angloamericano cada vez se estimula más un ambiente guerrerista en el Este de Europa, que por desgracia puede ir a más; como venimos diciendo, la crisis estructural del capitalismo no tiene más alternativas que la guerra y, en estas circunstancias, una Castilla republicana, soberana y con instituciones propias sería una herramienta muy poderosa para la paz, la solidaridad y la justicia social.
¡Viva Castilla feminista, republicana y comunera!
Izquierda Castellana, 7 de febrero de 2022