
¿Representa la lucha de Cádiz el “Momento Gamonal” actual?
El 21 de noviembre, la Directora adjunta de La Vanguardia, Lola García (curiosamente lo de directora lo escriben con mayúsculas, el narcisismo incontrolable), escribía un artículo titulado ‘“Match Point” para Pedro Sánchez”’.
En él se repiten las diversas autoalabanzas del Gobierno/Régimen sobre sus logros, entre las cuales destaca, ¿cómo no?, el alto porcentaje de vacunación contra la Covid-19 en el Estado español, como si eso en sí mismo y por sí solo fuera un remedio eficaz contra la pandemia, haciendo una grosera demostración de ignorancia sobre la complejidad del control de una epidemia y obviando además que en países con tasas muy similares de vacunación la nueva ola pandémica está causando estragos.

Lola García incluye en su relato algunos de los inconvenientes con los que se pueden encontrar las venturosas profecías de Pedro Sánchez sobre nuestro futuro. En esa perspectiva introduce algo que ciertamente es una aportación que podríamos calificar como inteligente: la idea del “Momento Gamonal”, haciendo referencia a las movilizaciones que se produjeron en 2014 en ese barrio burgalés. Hay que recordar que años antes (en el 2005), en ese mismo barrio se había ganado una batalla contra el intento de construcción de un Bulevar que se llevaba por delante cientos de plazas de aparcamientos en la calle Eladio Perlado; es decir, Gamonal (actual barrio de Burgos, antiguamente municipio con ayuntamiento propio, tal como ocurre con Vallecas o Vicálvaro en Madrid), cuenta con una larga historia y tradición de lucha. Cádiz, por supuesto, también.
Los “Momentos Gamonal” de los que se habla en la Vanguardia son inevitables, mal que les pese. Pero la cuestión principal es que no se queden solo en “momentos”, sino que supongan pasos concretos reales en el avance de la organización y del movimiento popular. En síntesis, que contribuyan sustancialmente al cambio de Régimen político y de Sistema económico, sin lo cual estamos abocados al desastre.
En Cádiz todos los datos objetivos de precarización y sufrimiento social están sumamente agravados, en comparación con otras zonas de Andalucía y del Estado español. No es de extrañar que la potencia y combatividad de las movilizaciones en Cádiz sean especialmente intensas. A esa realidad hay que añadir que el sindicalismo alternativo tiene una importante presencia y, según parece, una capacidad de dinamizar un auténtico movimiento obrero y popular.
Algunos datos sobre la realidad social de Cádiz:

El origen inmediato del conflicto es la negociación del nuevo convenio del metal, habiendo caducado el anterior en diciembre de 2020. Este convenio afecta a 29.000 trabajadores y a unas 5.600 empresas. Pero es el contexto socioeconómico en el que se da este proceso el que explica la amplitud e intensidad de las movilizaciones. El paro provincial en Cádiz se sitúa alrededor del 25% de la población activa; la desindustrialización programada por el Estado en los últimos decenios es la causa clara de ese proceso. Los trabajadores/as quieren esencialmente mantener el poder adquisitivo de sus salarios, por lo que exigen un convenio anual. La patronal se niega, y quiere imponer un convenio para tres años y dar una paga al final del trienio para compensar la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, pérdida que ya dan por hecha. Los/as trabajadores/as, como es natural, no se fían, y aportan un dato clave: tres de cada cuatro trabajadores son eventuales, lo que hace que esa hipotética paga para dentro de tres años resulte un total absurdo o, peor, una triquiñuela.
El fracaso escolar en Cádiz, según un informe publicado el 7 de septiembre de 2021 por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, es del 38,5%, es decir, casi un 40% del alumnado abandona los estudios. Esta cuestión la relacionan con la salvaje política de recortes a la educación pública y el simultáneo impulso a la concertada.
En los primeros cinco meses de 2021 se produjo en Cádiz el mismo número de suicidios que en todo el año 2019, nada menos que 40 casos. El suicidio esencialmente no está causado porque la gente quiera dejar de vivir, sino porque la gente quiere dejar de sufrir. Es por eso, entre otras cuestiones, que cada vez tenga mayor presencia entre la juventud.
La provincia de Cádiz cuenta con una de las esperanzas de vida más bajas del España. En el conjunto del Estado, en 2021, la media de la esperanza de vida en ambos sexos era de 82,34 años, pero en Cádiz no llegaba a los 81, siendo particularmente baja en la Línea de la Concepción (inferior a los 80 años).
El próximo viernes 26, a las 19:00 en la Puerta del Sol, Madrid saldrá a defender y solidarizarse con la lucha ejemplar de los/as trabajadores/as de Cádiz. Esta será una primera expresión de solidaridad, pero se saldrá tantas veces como sea necesario.
Es grotesco comprobar como algunas organizaciones que se autoconsideran progresistas llegan, tras impresentables mercadeos, a apoyar los Presupuestos Generales del Estado del Gobierno actual, o a acuerdos para impulsar “falsas reformas” de las antipopulares leyes del PP. A esas fuerzas no las juzgará la historia. Las juzgará el pueblo, y sin tardar mucho.
Izquierda Castellana, 24 de noviembre de 2021