La política de los huevos kinder

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La política de los huevos kinder

La infantilización -con todo el respeto para la infancia- de la acción política del actual Gobierno está alcanzando extremos poco previsibles hace no mucho tiempo. La pandemia da para todo, y el pensamiento «débil» inunda la acción institucional al completo, con el Gobierno y la Corona a la cabeza.

Nos llevan «de sorpresa en sorpresa». Sorpresas que no tienen más capacidad real de sorprender que la de los huevos kinder. Dentro de estos huevos de chocolate se encerraba una cápsula con un muñequito de plástico en forma de animal o un personaje de los cuentos infantiles, montados o por montar. A pesar del recorrido limitado de la sorpresa de tales juguetitos, estos tenían un cierto atractivo para la población infantil.

La cuestión es que el Gobierno de España, la Corona y el conjunto de instituciones del Régimen del 78 que conforman la gobernanza de la «nación española» (a la que dicen respetar y defender por encima de todo, aunque como es evidente esa defensa se orienta exclusivamente al saqueo permanente y sistemático de sus recursos públicos, o a la represión, cuando la consideran necesaria, del movimiento republicano y soberanista) recurren al huevo kinder como forma de acción política.

Para resolver el problema de Gibraltar (ese sí que es una evidencia de la renuncia a la soberanía territorial), dicen haber elegido la vía de «desmantelar la valla», milagro de los milagros. No nos cuentan en qué va a consistir el plan concreto; y cuando lo intentan, hay discrepancias de fondo entre el Primer Ministro de Gibraltar y la Ministra de Asuntos Exteriores.

Pero los tres huevos kinder más espectaculares de estas Navidades han sido el discurso de Felipe el «Amérito», el cambio de cabecilla de lista del PSC a las próximas elecciones catalanas y la presentación de la vacuna de Pfizer contra la Covid19 como el inicio del principio del fin de la pandemia.

Según los defensores del Régimen en todas sus variantes, el discurso del «Amérito» ha sido histórico, y supone el inicio de un proceso de modernización de la Monarquía. Proceso de modernización sobre el que va a tener la iniciativa y la última palabra la propia institución monárquica. Veremos que dentro de ese huevo kinder solo habrá pura morralla.

La segunda, la colocación del actual Ministro de Sanidad, el señor Illa, como aspirante a la Presidencia de la Generalitat de Cataluña por el PSC. Hay que reconocer que en este caso la «jugarreta» tiene trasfondo. En este huevo kinder habrá un pequeño Rasputín. La idea, aunque no la explicitan, es clara: dar los pasos que permitan la constitución de un tripartito en Cataluña entre el PSC, ERC y los Comunes. Y además, en principio, presidido por el propio Illa.

Echemos un vistazo a la viabilidad de tal proyecto. En las encuestas JxCat y ERC cada vez aparecen más a la par, y tal como ocurrió en las elecciones catalanas anteriores (diciembre de 2017) no es descartable que la candidatura encabezada por Puigdemont sea finalmente la que obtenga más apoyos. En cualquier caso, estará muy a la par con ERC. Los Comunes/Podemos irán a la baja, siguiendo la tendencia de todas las últimas elecciones. El Régimen, en sus diversas expresiones, tiene el objetivo de impedir un nuevo gobierno soberanista aunque estos obtengan, tal como parece, la mayoría en votos y escaños en el Parlament; la única opción para evitar tal cuestión dentro de «su legalidad» es articular un tripartito en el que además de ERC y los Comunes esté un PSC cosméticamente retocado y electoralmente algo reforzado. Entre esas tres fuerzas probablemente tendrán escaños suficientes para formar gobierno, especialmente contando con la abstención -para nada descartable- de Ciudadanos e incluso del PP. El PSC posiblemente solo se integrará en dicho gobierno si obtiene la presidencia de este, pero salvo que la diferencia en votos y escaños resultara muy sustancial a favor de ERC, Salvador Illa puede presionar con los apoyos que indudablemente va a tener para presidir ese gobierno tripartito, con lo cual esas iniciales diferencias cuantitativas se pueden ver compensadas con las diferencias cualitativas que aportaría a ese Gobierno una presidencia de un miembro del PSC-PSOE, nada menos que alguien que aún es Ministro del Gobierno español y muy bien relacionado con los poderes fácticos.

La tercera gran sorpresa, especialmente basada en la ignorancia, cuando no directamente en la estupidez, es la de establecer el principio del final de la pandemia Covid-19 a través de la irrupción de la vacuna de Pfizer. Esto, según el Presidente del Gobierno, sucederá a lo largo del presente año. La mentira tiene las patas muy cortas, y a estas alturas es evidente para cualquier observador con ciertos conocimientos y sentido común que tal cosa no va a ocurrir, tal como están reconociendo los analistas y expertos medianamente serios.

Esa política pueril basada en el engaño sistemático desde luego no sirve para resolver los problemas, y por el contrario, los agudiza; aunque durante un tiempo, con el inestimable apoyo de los medios de comunicación/manipulación se oculte la auténtica dimensión de estos y los dramas que suponen para la vida cotidiana del pueblo trabajador, la realidad acabará por imponerse a la ficción.

El sábado 30 de enero a las 18:00, la Asamblea de Colectivos, Barrios y Pueblos de Madrid convoca una nueva manifestación, la tercera, bajo el lema «Nos están matando», en la que se volverá a denunciar la precarización de la vida de los/as trabajadores/as en todos los aspectos, y ello para que los de siempre puedan seguir viviendo instalados en el lujo y el despilfarro cada vez más insultante.

Hay un único camino para el cambio que el pueblo necesita: la organización, la lucha; en síntesis, la construcción de Poder Popular. En este año 2021 que hemos iniciado, el del V Centenario de la Revolución Comunera y el V aniversario del fallecimiento de Doris Benegas, en el que se pondrá en marcha la fundación que lleva su nombre, podemos y tenemos que dar un gran paso adelante para conseguir la derrota del Régimen monárquico postfranquista y avanzar en la construcción de la República comunera.

Izquierda Castellana, 4 de enero de 2021

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