Comunicado: Defendamos Madrid.

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Después de varios días de “amenazas“ a una buena parte de la población trabajadora de barrios y localidades de la comunidad de Madrid, el gobierno de Ayuso ha informado de un conjunto de decisiones que nos dicen van encaminadas a controlar la pandemia Covid 19.

Esperábamos en coherencia con la intención anunciada que las medidas consistieran en el aumento de plantillas y recursos en el sistema sanitario público en general y particularmente en atención primaria, la cobertura del conjunto de plazas comprometidas de rastreadores, la adecuación de los centros de educación tanto desde el punto de vista de los recursos humanos como de la infraestructura, o la adjudicación de las plazas pendientes en el Metro de Madrid, único camino para aumentar la frecuencia de los trenes y así disminuir las circunstancias de riesgo de transmisión del virus, que en horas puntas y especialmente en algunas líneas como la uno, son auténticamente homicidas.

Pero nada de esto ha sido anunciado, solo han comunicado un conjunto de medidas punitivas que en bastantes ocasiones son de imposible cumplimiento. Eso si ya han dicho que para los no cumplidores habrá multas de 600 a seiscientos mil euros.
Dicen que se van a hacer un millón de test rápidos en los próximos días para la determinación del antígeno Covid 19 y que los positivos habrán de someterse a aislamiento y los contactos a cuarentena. ¿Pero en dònde se van a realizar esos aislamientos o cuarentenas?
Imaginémonos una familia de cuatro o cinco miembros que viven en un piso de cincuenta metros cuadrados y uno de sus miembros da positivo y por tanto necesita aislamiento; y los otros cuatro, contactos, necesitan cuarentena. ¿En dónde lo van a realizar, hacinados los cinco en la misma vivienda de cincuenta metros cuadrados? Eso es una auténtica barbaridad y la garantía de que se acabarán contagiando todos. ¿Hay previstos lugares en los que se puedan realizar aislamientos o cuarentenas con un mínimo de garantías? Parece que no.
 Si fuera para salvar a la banca, todo lo que hiciera falta, pero  para ayudar a las clases trabajadoras nada de nada. Esos planteamientos son un insulto a la inteligencia y a la gente del pueblo.

Cierran los parques públicos, únicos lugares de esparcimiento para la mayoría de las gentes del pueblo, pero eso si dejan abiertas las casas de apuestas.

Pretenden culpabilizar a la gente del común del descontrol de la pandemia pero ellos son los principales, por no decir únicos, responsables.

El viernes 18 hubo una concentración en Sol de repulsa a la política -obrericida- de gobierno Ayuso. La asamblea desde la que se emite este comunicado está trabajando en una convocatoria de movilización para el domingo 25 de octubre a las 12:30 en defensa de los servicios públicos, en defensa de Madrid y por la dimisión de Ayuso.

Ayer domingo 20 de septiembre, se realizaron numerosas concentraciones en los barrios afectados por las medidas de restricciones de la Comunidad de Madrid (Carabanchel, Villaverde Bajo, Villaverde Alto, Usera, Arganzuela, Latina, Puente de Vallekas, Villa de Vallekas, Ciudad Lineal-San Blas, Lavapiés, Getafe, Parla, Fuenlabrada y Alco-Sanse), concentraciones en las que se ha dado una importantísima muestra de rechazo social ante dichas medidas.

A lo largo de las próximas semanas se realizarán actividades en barrios, pueblos, centros escolares, sanitarios, de trabajo… para dar información y conseguir apoyos.
La movilización del 25 de octubre tiene que ser un auténtico clamor, exigiendo la dimisión de Ayuso. Nos va la vida en ello.

 

Coordinadora 25S
Partido Socialista de Libre Federación
Plataforma contra la Impunidad de los Crímenes del Franquismo
AVICES
Plataforma Republicana del Henares
PCE-ml
Colectivo 26 de Julio
Partido Comunista de Madrid
Yesca
Resistiremos Vicálvaro
Via Democrática
Izquierda Republicana
Comité 1-20
Rebeldía Vallekana
Izquierda Castellana
ACP Estrella Roja
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Fuente: elDiario.es Vecinos del sur de Madrid protestan contra las «restricciones políticas» de Ayuso: «Creen que creando guetos compensan la falta de recursos»

Más de 855.000 personas tendrán que lidiar a partir de esta medianoche con las nuevas restricciones impuestas por la Comunidad de Madrid ante el aumento continuado de casos de coronavirus. Los barrios afectados, la gran mayoría en el sur de la capital y localidades limítrofes, han realizado este domingo hasta 15 concentraciones de protesta ante una decisión que achacan a motivos políticos, más que sanitarios. «Han ido a saco por los barrios en donde peores resultados sacaron en las elecciones», protestaba a mediodía en Ciudad Lineal Roberto Pérez, comercial de profesión y vecino del área, una idea repetida por asistentes a varias de las concentraciones de la jornada.

Las reivindicaciones generaron reacciones de los responsables políticos. «Los barrios de Madrid hacen frente a la segregación. Lo que hacen falta son rastreadores y más sanitarios empezando por los centros de atención primaria», escribió en Twitter el líder de Más País, Íñigo Errejón. El coordinador de Izquierda Unida, Alberto Garzón, opinó que el PP de Madrid había preferido «priorizar los beneficios económicos de sus amigos, externalizando y privatizando servicios sanitarios y el bienestar de su base electoral, confinando solo a barrios obreros» antes que contratar más rastreadores y sanitarios en la atención primaria. La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, opuso que los partidos que habían pedido el apoyo al estado de alarma «incitan a la confrontación y convocan concentraciones», signo a su entender de «mezquindad» e «irresponsabilidad». El alcalde, José Luis Martínez Almeida, había criticado por su parte las concentraciones iniciales del viernes.

Al margen de los intercambios de mensajes de los políticos, Paloma, de 27 años, señalaba al mediodía en Ciudad Lineal que su casa se había librado de las restricciones por tres calles. «No tiene sentido dividir por zonas sanitarias solo por segregar», se quejaba. «Creando guetos creen que compensan la necesidad de recursos y prevención», añadía Paloma, su madre, que cree que el Gobierno regional está «protegiendo a las zonas con mayor poder adquisitivo».

Los vecinos ocuparon la calzada y la policía local tuvo que desviar el tráfico. «Somos obreros, no somos prisioneros», «menos banderas y más enfermeras» o «no es confinamiento, es segregación» fueron algunos de los cánticos, acompañados de palmas, de los vecinos concentrados.

Más al sur, en Vallecas, la concentración comenzó a las 12 frente a la Asamblea de Madrid, situada en el barrio de Palomeras Bajas, informa Analía Plaza. Allí se reunieron más de mil personas, que posteriormente bajaron por la calle Martínez de la Riva -que pasa al lado del barrio de San Diego, uno de los más afectados por los contagios- en dirección a la Junta de Distrito, en la Avenida de la Albufera.

«No es confinamiento, es segregación»

Entre los asistentes estuvieron los miembros de Más Madrid Rita Maestre, Héctor Tejero y Nacho Murgui. La protesta avanzó al grito de «no es confinamiento, es segregación» y llegó a la Junta pasada la una de la tarde. La avenida quedó cortada en el tramo que va de Monte Igueldo al metro de Nueva Numancia, donde esperaban varios furgones policiales. Además de los cánticos en defensa de la sanidad pública, los asistentes corearon «más sanitarios, menos comisarios».

En el barrio de Carabanchel, la concentración comenzó también a las 12, con puntos de encuentro en el Centro de Salud General Ricardos y la Plaza Emperatriz, donde cientos de personas se congregaron al grito de «Ayuso dimisión» para protestar contra las medidas que entraran en vigor esta medianoche en las zonas de salud de Puerta Bonita, Guayaba y Vista Alegre, las tres con una incidencia de más de 1.000 casos de coronavirus en los últimos catorce días.

En torno a las doce y media, la concentración se convirtió en manifestación, con rumbo hacia la Plaza Oporto a través de la Calle Oca, coreando lemas como «más sanitarios, menos policía», en relación a las noticias recientes de un aumento de la presencia de las fuerzas de seguridad en los barrios afectados, informa Sara Riveiro.

Tanto en Latina como en Usera, las congregaciones se retrasaron a las siete de la tarde. En el segundo de estos barrios, la reunión de vecinos se convirtió en una marcha cuando la plaza junto a la junta de distrito rebasó las 1.000 personas y los vecinos empezaron a avanzar por la avenida de Rafael Ybarra y la calle de Marcelo Usera. Con la participación de militantes de Izquierda Revolucionaria, los asistentes gritaron mensajes como «Nuestro barrio no es un gueto» o «Ayuso dimisión», trufados de menciones a la lucha obrera.

Arancha, limpiadora de la estación de Atocha «y de Podemos, pero aquí a título individual», esperaba en la plaza el inicio de la protesta mientras señalaba su fastidio porque las restricciones en su barrio no evitarán que tenga que ir por la mañana en el metro al trabajo, ni resolverán la falta de médicos en el centro de salud o aliviarán la preocupación por las tres pruebas PCR positivas en el colegio de sus hijos.

A las siete en punto, un grupo de percusión empezó a golpear los tambores y a guiar a los asistentes en sus palmadas. Cerca, Alfonso, vecino del barrio, opinaba que las restricciones de mañana tienen que ver «más con el segmento social del barrio» que con la situación real de la epidemia, y criticaba la ausencia de rastreadores. Tamara y su marido, ambos de pelo cano, lamentaban por su parte no poder ir al parque. «El poco ejercicio que hacíamos no lo podremos hacer», se quejaban.

 

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