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Algunas personas se han dirigido a IzCa o han respondido a través de Twitter a un twitt que publicamos el domingo 22.
Quizás no nos hemos explicado bien y, si es así, pedimos disculpas. En ese twitt y en coherencia con todo lo que venimos diciendo sobre la pandemia del COVID-19 desde el 30 de enero de 2020, pretendíamos hacer una evaluación cualitativa de esta.
La pandemia que estamos sufriendo no es como una gripe estacional, tal y cómo se decía desde los medios de comunicación e incluso desde las instituciones al inicio de esta crisis, idea que hemos criticado a través de nuestros editoriales desde el principio; pero tampoco es la Peste Negra. De la misma forma que hay enfermedades leves, graves y muy graves, con las epidemias ocurre lo mismo. Esta pandemia provocará miles de muertes en el Estado español y centenares de miles de afectad@s por ella, de los cuales una parte significativa la padecerán de forma leve y posiblemente ni se lleguen a diagnosticar. También es probable que con el paso del tiempo se identifique a un significativo número de fallecid@s que finalmente habrá que achacar a esta pandemia. Pero insistimos: el COVID-19 no se va a llevar por delante a porcentajes importantes de la población. Es imposible, y mucho menos con la precariedad de los datos epidemiológicos que tenemos en este Estado, hacer una aproximación medianamente rigurosa desde el punto de vista cuantitativo de lo que va a ocurrir.
Nosotr@s no tenemos ninguna bola de cristal, pero insistimos: es muy importante tener claros los criterios cualitativos sobre esta pandemia.
En cualquier caso mañana publicaremos una nueva editorial desarrollando más este tema y otros, particularmente los socio-económicos del COVID-19.
Izquierda Castellana, 23 de marzo de 2020.