Los asesinatos de Monika Asenova y Josefa Santos, en Salas de los Infantes y Villagonzalo-Pedernales, son la punta del iceberg de la violencia machista en Burgos. Y la última estadística conocida, el informe anual del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, así lo demuestra. Y es que en 2019 se ingresaron en los juzgados de Burgos más de 1.100 asuntos penales relativos a violencia de género y fueron 978 los delitos registrados.
Además de los dos homicidios cometidos en el mes de julio, y de un delito de aborto, en la estadística destacan los 378 delitos de lesiones y malos tratos, así como los 226 contra el honor. Delitos contra la libertad, contra la libertad sexual, contra la integridad moral, contra la intimidad y 120 delitos por quebrantamiento de penas y/o medidas de protección completan el balance anual en el ámbito penal.
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El pasado año se realizaron 121 procesos por delitos, en los que enjuició a 129 personas por violencia de género. 126 fueron hombres y, de ellos, 83 eran de nacionalidad española. Solo fueron absueltos 3, por lo que el nivel de condena roza el 98%. Y en la mayor parte de los casos, el 73%, víctima y agresor mantenían o habían mantenido una relación afectiva, siendo menores los casos de parejas casadas o separadas.
Denuncias
Por lo que se refiere a las denuncias, se presentaron 875, lo que supone un 10,7% más que en 2018. De ellas, 645 las interpuso directamente la víctima, con atestado policial. Todo ello deja la ratio en 24,5 denuncias por cada 10.000 habitantes o, lo que es lo mismo, 49 denuncias por cada 10.000 mujeres.
Mientras, se incoaron 271 órdenes de protección (con solo 13 denegaciones) y los órganos judiciales acordaron 533 medidas de protección penales y 105 civiles, principalmente de alejamiento y de prohibición de comunicación. Son datos superiores a los registrados el pasado año, cuando las órdenes de protección incoadas fueron 237 y entre las medidas civiles y las penales se alcanzaron las 625.