
Al menos una vez en la vida, 8 de cada 10 mujeres han sido víctimas de miradas morbosas en el transporte público de la Ciudad de México. Casi 6 de cada 10 han sufrido manoseos y arrimones y, 2 de cada 10, intimidaciones y persecución sexual.
Estas son algunas de las cifras que llevaron en 2016 al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a clasificar el sistema de movilidad de la capital mexicana como el más peligroso para las mujeres de toda América Latina y el Caribe, seguido por el de Bogotá (Colombia) y el de Lima (Perú).
Según recoge el estudio, el 40% de las mujeres entrevistadas afirmó modificar su vestimenta para evitar ser víctima de violencia sexual durante su desplazamiento, e incluso el 4,5% dejó su trabajo o sus estudios por inseguridad.

Protesta feminista en Ciudad de México (México). (Sáshenka Gutiérrez / EFE)
Un fenómeno este último que también ha constatado la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que defiende que, especialmente en países en desarrollo, la ausencia de métodos de movilidad seguros reduce la participación de las mujeres en la fuerza laboral y provoca absentismo escolar entre las niñas.
Actualmente, la situación en la capital mexicana no ha mejorado, según la propia percepción femenina. En 2019, y de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, el transporte público es el tercer espacio en el que las mujeres afirman que se sienten más inseguras (el 75% lo sostiene), solamente superado por los cajeros automáticos (86,9%) y los bancos (78,2%), y apenas cuatro décimas por encima de la calle (74,6%).
https://www.lavanguardia.com/participacion/lectores-corresponsales/20191208/472072196806/alerta-violencia-genero-ciudad-de-mexico-feminicidios-agresiones-sexuales.html